México D.F. Lunes 26 de julio de 2004
La diplomática participará en
los festejos por el aniversario de la revolución
Regresa Roberta Lajous a Cuba "con la mirada puesta
en el futuro": SRE
La embajadora descarta que llegue con temas prioritarios
en la agenda bilateral
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La
Habana, 25 de julio. La embajadora mexicana Roberta Lajous regresó
hoy a La Habana después de 73 días de ausencia, con la misión
de impulsar "una nueva visión al futuro" entre los dos gobiernos,
"a través de un diálogo directo y franco", según indicó
un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
"Estoy muy contenta de regresar a La Habana", dijo Lajous
en una breve declaración a la prensa, en el aeropuerto internacional
José Martí.
Lajous viajará este lunes a Santa Clara, invitada
al acto conmemorativo de la fiesta nacional cubana del 26 de julio por
la revolución, tras la cual participará en la misma localidad
en una cena que se ofrece al cuerpo diplomático.
En el acto principal está previsto un discurso
del presidente Fidel Castro sobre el conflicto con Estados Unidos.
La embajadora mexicana volverá más tarde
a la capital cubana para reanudar labores el miércoles, pues el
martes también es feriado en la isla, por la celebración
del asalto al cuartel Moncada en 1953.
-¿Siempre pensó que regresaría? -le
preguntó un reportero.
-Por supuesto, claro que sí -respondió la
diplomática.
Lajous vino acompañada por su madre, Luz Vargas
de Lajous y su tía, Gloria Lajous, quienes estarán con ella
en su reinstalación. La embajadora llegó en el vuelo regular
de Mexicana de Aviación, que aterrizó puntualmente a las
13:50 horas locales.
En un salón de protocolo de la terminal aérea,
fue recibida con flores y un aplauso del personal de la embajada.
Ante la prensa, la embajadora declinó entrar en
temas de fondo sobre el conflicto bilateral y remitió a la declaración
elaborada de antemano por la cancillería mexicana.
Momentos antes, en la ciudad de México al abordar
el vuelo 321 de Mexicana de Aviación, declaró que es prioritario
reforzar la relación bilateral y aseguró que su regreso a
La Habana es importante, porque fortalece las relaciones de hermandad entre
ambos países.
Expresó que sobre la agenda bilateral no hay asuntos
en particular que tratar, ya que "es mi obligación y mi gusto darle
seguimiento a todos los temas". Confió en que a su regreso a la
residencia de México en la capital cubana se encontraría
con "el equipo de trabajo que está conmigo en la embajada. Me están
esperando y tienen muchas ganas de que regrese".
Sostuvo que la normalización de las relaciones
diplomáticas entre Cuba y México favorecerá el impulso
del desarrollo e intercambio en los temas bilaterales.
Temas pendientes
En su reunión del pasado domingo, los cancilleres
Luis Ernesto Derbez, de México, y Felipe Pérez Roque, de
Cuba, "acordaron continuar trabajando en todas las áreas de la relación
bilateral y mantener una comunicación fluida por medios diplomáticos,
que permita la atención adecuada a los distintos temas de interés
bilateral", indicó el comunicado mexicano.
Este tramo de la declaración ratifica que más
allá de la reposición de embajadores y la exclusión
del caso de Carlos Ahumada de la agenda política bilateral, el resto
del diferendo aún está vivo y debe negociarse por vías
diplomáticas.
Lajous regresó con margen para preparar las celebraciones
de la fiesta nacional mexicana en septiembre, que suele implicar una fuerte
presencia cultural del país en la isla.
Luego de la tensión generada por el retiro de la
embajadora mexicana de La Habana, la petición de que Cuba hiciera
lo mismo con su jefe de misión, Jorge Bolaños, y la expulsión
del consejero político Orlando Silva, considerado persona non
grata en México, el retorno de Lajous, como el de su colega
cubano horas antes, cierra el peor ciclo en las relaciones bilaterales.
Cuba y México tienen 102 años de relaciones
diplomáticas, que en 1927 se elevaron al nivel de embajadas. En
este lapso nunca se había producido la expulsión de un embajador
o el retiro de un representante como represalia política, menos
con las 48 horas que se le dieron a Bolaños para volver a la isla,
lapso que no usa con los diplomáticos cubanos ni el gobierno de
Estados Unidos.
Las relaciones no fueron tan tensas ni siquiera cuando
Cuba descubrió, en septiembre de 1969, que el encargado de prensa
en la embajada mexicana en La Habana, Humberto Carrillo Colón, trabajaba
para la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
CON INFORMACION DE GEORGINA SALDIERNA Y ANGELICA ENCISO
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