México D.F. Lunes 26 de julio de 2004
Seguridad Social: responsabilidad ineludible
La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE) -el llamado "club de los ricos", al cual México pertenece
por capricho del salinismo- dio a conocer en su informe Health Data
2004 que en los últimos cinco años, en sus 30 estados
miembros, hubo un aumento significativo en el gasto en salud. Sin embargo,
nuestro país ocupó el penúltimo lugar en ese rubro
por habitante, al igual que en medicamentos y en prevención; es
decir, es, junto con Turquía y República Eslovaca, el país
que menos ha invertido a ese respecto.
No obstante, la OCDE recomendó en su estudio Rumbo
a sistemas de salud de alto rendimiento reducir el gasto público
en salud, reforzar los controles administrativos en el sector, analizar
la posibilidad de transferir parte de los costos de los servicios médicos
a los usuarios y privilegiar una mayor participación de la medicina
privada en la atención a los habitantes. Cabe subrayar que en ambos
documentos el organismo no se refiere a "inversión", sino a "gasto".
A la luz de estas últimas recomendaciones, queda
claro que las políticas de seguridad social del gobierno foxista
y de los que le antecedieron guardan absoluta congruencia con el proyecto
neoliberal global encaminado a privatizar los servicios médicos,
empezando por "moderar" el impacto en el presupuesto del gasto en salud.
En este proyecto encajan las reformas a la Ley del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) que actualmente impulsan en el Congreso
PRI, PAN, PVEM y Convergencia, para prohibir que las cuotas obrero-patronales
se utilicen para financiar las pensiones de los trabajadores, con la supuesta
intención de paliar la crisis financiera que enfrenta el instituto,
pero que en los hechos tendrá efectos demoledores para los actuales
pensionados y trabajadores en activo afiliados al IMSS, cuyo derecho a
recibir una pensión digna, una conquista laboral histórica,
quedará vulnerado por la vía de una reforma legal. De concretarse,
la iniciativa de marras se sumará a las que impulsó el gobierno
de Ernesto Zedillo en 1995 y 1997 para el repliegue del Estado de su responsabilidad
de proveer de servicios de salud a la población y garantizar seguridad
social a los trabajadores.
Los efectos del recorte al presupuesto en el rubro de
salud, constatado por la OCDE, están hoy a la vista de todos: abrupto
deterioro de los servicios que presta el IMSS, desabasto de medicamentos,
carencia de personal médico para atender a los derechohabientes
y pensiones de miseria, entre otros. Efectos que el gobierno federal y
los patrocinadores de la nueva reforma al instituto pretenden ahora atribuir
a vicios y desórdenes administrativos. Pero, mientras el Ejecutivo
y la mayoría en el Congreso avanzan en la estrategia para asestar
un golpe al IMSS a fin de cumplir así con los compromisos del gobierno
con los organismos financieros internacionales, cada vez más mexicanos
carecen de un régimen de seguridad social y se impone la lógica
neoliberal de que sólo quienes puedan pagar podrán acceder
a los servicios de salud y, dada la situación de estancamiento económico
y aumento del desempleo, cada vez son los menos.
Con los niveles de pobreza y desigualdad social existentes
en México, el repliegue del Estado en el ámbito de la seguridad
social, como recomienda la OCDE para los países ricos, no sólo
es irresponsable, sino criminal. El Congreso tiene en sus manos la responsabilidad
histórica de frenar este proceso privatizador.
La Jornada: 10 pesos
A partir de hoy, lunes 26 de julio de 2004, este diario
incrementa su precio de portada a 10 pesos por ejemplar. La casa editora
de La Jornada se halla consciente del impacto negativo que esta
medida tiene en el bolsillo de los lectores, especialmente en el enrarecido
entorno económico presente, caracterizado por los síntomas
de recesión y el repunte del desempleo.
Por ello se buscó postergarla todo el tiempo que
fue posible y se procuró absorber por otras vías los incrementos
de los insumos utilizados en la elaboración del diario, de los salarios
de sus trabajadores y de los costos fijos del periódico.
La Jornada ofrece una disculpa a los lectores por
esta decisión inevitable; agradece su preferencia y ratifica su
compromiso con un ejercicio informativo cada vez más profesional.
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