México D.F. Jueves 29 de julio de 2004
Políticos subutilizan oportunidades de
acuerdo: Woldenberg
A la democracia hay que darle una "dimensión
social": López Obrador
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
La
lucha contra las profundas desigualdades sociales es la asignatura pendiente
que la democracia tiene en el país, señaló el jefe
de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador,
al inaugurar ayer el ciclo de conferencias y mesas redondas: 6 de julio,
Día de la Democracia en la ciudad de México, donde el ex
presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) José Woldenberg
ofreció la conferencia magistral: La transición a la democracia,
en la que planteó la necesidad de generar un nuevo debate para resolver
si el modelo presidencial resulta funcional y eficiente, o ha llegado el
momento de transformarlo con alguna fórmula de parlamentarismo.
López Obrador recordó que como dirigente
del PRD le tocó participar en la integración del Consejo
del IFE, y calificó la ciudadanización de la organización
de los procesos electorales como un logro del pueblo.
"Tenemos que seguir hacia adelante en lo que corresponde
a la democracia política y en nuestra concepción de lo que
México requiere hoy día, así como hace falta consolidar
la nueva democracia mexicana, es fundamental añadir a la democracia
política la lucha contra la desigualdad, a la democracia hay que
darle una dimensión social", apuntó.
Woldenberg Karakowsky, actualmente académico e
investigador de la UNAM y conductor de la serie de televisión México
hacia la democracia, hizo en seis propuestas un repaso del proceso
de transición democrática en el país a partir de 1997,
para luego destacar que la alternancia en el poder, tras la derrota del
PRI en la elección de 2000, no constituyó la consolidación
de la democracia mexicana, sino sólo demostró su existencia.
Previno, sin embargo, que "el fin de la transición
no es el fin de la política ni de las reformas, mucho menos es el
fin de los problemas del país, todo lo contrario, porque la democracia
no es una estación terminal, menos un espacio idílico. La
democracia porta sus propios problemas".
Y en este contexto criticó el que, inmersos en
un calendario electoral, los actores políticos subutilicen las oportunidades
de acuerdo y se dediquen a explotar todas las potencialidades de conflicto:
"Las fuerzas políticas aparecen hoy como perdidas en su propio laberinto",
advirtió, porque la etapa constructiva pareciera haber llegado a
su límite y no hay nada que revierta este proceso.
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