Dividida, la convención por la agresión al país árabe

Regresar tropas de Irak y enviar a Bush a su casa, pide Jesse Jackson

JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS

Boston, 28 de julio. Las tensiones sobre la guerra en Irak rompieron con el guión preaprobado de la convención del Partido Demócrata, cuando algunos oradores pidieron el retiro inmediato de los soldados estadunidenses, justo antes de que el presidente de la convención restableciera la línea oficial de la campaña de John Kerry en esta ciudad.

"Si fuera presidente/sería electo un viernes/pediría un tratado de paz el sábado/de-tendría la guerra el domingo/regresaría las tropas a casa el lunes", cantó el intérprete haitiano-estadunidense Wyclef Jean. "Pero la radio no tocará esta canción", dijo, y continuó: "díganle la verdad a los niños".

Después, el reverendo Jesse Jackson, con su reconocido talento retórico, tomó el mi-crófono: "Es hora de la paz, regresar nuestras tropas a casa desde Irak y enviar a Bush a su casa en Texas". Dennis Kucinich, uno de los precandidatos presidenciales, usó su turno para reiterar sus posiciones contra la guerra y la ocupación de Irak.

Aunque una abrumadora mayoría de los delegados apoya estas posiciones, el equipo de Kerry ofreció esta noche un desfile de generales, legisladores y veteranos de la guerra en Vietnam para presentar la posición sobre política exterior de su campaña: "Un Estados Unidos más fuerte y más seguro".

La palabra clave aquí es fuerte. El candidato demócrata busca proyectar que es un comandante en jefe dispuesto a usar la fuerza, mejor que su contrincante republicano.

"Hace sólo cuatro años yo podía ir a cualquier parte del mundo y lograr que hicieran cosas que frecuentemente no deseaban ha-cer, pero que avanzaban la seguridad de Estados Unidos", declaró el gobernador Bill Ri-chardson, presidente de la convención. "Pude consolidar lo que a veces eran vínculos tambaleantes con nuestros vecinos en América Latina". Agregó: "hoy, por la política solitaria de este gobierno, estamos no sorprendentemente solos en un mundo peligroso".

En discurso diseñado para complacer a moderados en los dos partidos nacionales, agregó que el problema de esta política unilateral es que Estados Unidos está "aguantando solo el peso de Irak, pagando las cuentas por la guerra, casi 200 mil millones hasta ahora". Pero, como todos los que ofrecieron la visión oficial, no habló de detalles.

En lugar de articular posiciones específicas y detalladas de su propuesta de política exterior, los estrategas de la campaña decidieron que el enfoque debería ser sobre la historia de Kerry como veterano de la guerra en Vietnam. Así evitan riesgos de pronunciamientos concretos sobre una propuesta, a la vez que subrayan la "experiencia" de Kerry en asuntos internacionales y su capacidad personal de líder en tiempos de guerra.

Las diferencias entre Kerry y Bush en política exterior son más de énfasis que de contenido. "ƑEstamos actuando como líder y uniendo al mundo para aislar a nuestros enemigos y no a nosotros mismos?", preguntó en un discurso en Virginia, esta semana.

De hecho, el intento es no ofrecer nada que pudiera ser caracterizado como radical, o como propuesta novedosa, sino definir la propuesta de política exterior como un retorno al consenso centrista bipartidista que existía antes de que el gobierno de Bush promoviera una política exterior "extremista".

Varios asesores de la campaña de Kerry han señalado que la política propuesta por el candidato se parece en gran medida a la que promovía Bush padre. Comprobando que aquí no se cocina ninguna novedad, algunos de los principales asesores de política exterior de Kerry son conocidos ex funcionarios del gobierno de Bill Clinton y otros del establishment que ahora trabajan en el sector privado, incluyendo a Kissinger Associates.

En discursos durante su campaña, Kerry ha declarado que desea ampliar las fuerzas armadas aún más, que podrían permanecer en Irak varios años, y rehúsa descartar la nueva doctrina de acción unilateral preventiva. "Como presidente no esperaré luz verde del extranjero cuando esté en juego nuestra seguridad", dijo en entrevista reciente.

Sobre México y Latinoamérica, tampoco ha presentado una política específica. "To-dos nosotros en el equipo de política exterior creemos que Bush no ha cumplido con sus palabras empleadas en su campaña electoral de 2000, de establecer una relación de socios con México", dijo a La Jornada Jamie Ru-bin, uno de los principales asesores de Kerry.

Bush, añadió, "se ha enfocado en la retórica, y cuando las cosas se pusieron difíciles marginaron la política bilateral que nosotros creemos tiene que permanecer al centro".

Rubin indicó que Bush "ha fracasado en su intento de alentar la promoción de democracia y de libre mercado y asociaciones que merecen los países latinoamericanos", y "creemos que podemos hacer una mejor labor de trabajar más cercanamente con amigos y aliados en América Latina para avanzar en nuestros intereses comunes".

Ninguno de los especialistas en política exterior entrevistados por La Jornada pudieron identificar algo específico en la propuesta política de Kerry sobre América Latina. Ayer, el ex subsecretario de Estado Peter Romero declaró, en conversación con embajadores, que si Kerry gana la Casa Blanca, "América Latina no va a ser una prioridad en política exterior", reportó Notimex.

John Coatsworth, director del Centro Da-vid Rockefeller de Estudios de América La-tina de Harvard University, explicó a La Jornada que México y América Latina no van a ser temas de relevancia mayor en esta elección: "Mi sensación es que la probabilidad de un debate real es bastante reducida, ya que los temas principales de la campaña no están relacionados con América Latina".

Señaló que "el terrorismo no es gran tema en las relaciones Estados Unidos-América Latina. Bush, a quien tanto le preocupa Irak, ya no habla de países como Colombia". La única excepción, porque Florida es clave en la elección presidencial, es el tema de Cuba, y por también razones domésticas el asunto migratorio con México y otros países.

Esta falta de interés en los países del he-misferio es algo desafortunado para los políticos mexicanos y del hemisferio que fueron invitados a observar esta convención.

La delegación mexicana -integrada entre otros por Elba Esther Gordillo, Beatriz Paredes, Francisco J. Paoli-, al igual que sus contrapartes de otros países, son invisibles. Tal vez hubo una que otra conversación con asesores de política exterior de Kerry y una breve reunión con la hermana del candidato, pero gente como Rubin no tenía ni idea de cuál era la agenda de los mexicanos.

Por tanto, tendrán que tener el privilegio de estar cerca de Kerry junto con los otros 30 mil o más congregados aquí. Cada vez se ha-bla más español en los actos políticos, pero eso no parece indicar mayor interés en los países hispanoparlantes para la cúpula política estadunidense. Además, no votan y por tanto los estrategas no están interesados en ellos, con la excepción, una vez más, de los cubanoestadunidenses.

Tal vez la voz mexicana con mayor presencia e impacto en esta convención no será la de ningún político, sino la de Paulina Ru-bio, quien se rumora que cantará para los delegados demócratas.