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México D.F. Viernes 30 de julio de 2004
Luis Javier Garrido
La escalada
La escalada del gobierno foxista en su intento por destruir las instituciones que han sustentado la vida nacional de las últimas décadas está agravando seriamente la tensión social en el país y amenaza con generar un conflicto social cuyas dimensiones no se pueden prever.
1. La precipitación del gobierno de Vicente Fox por imponerle al país un proyecto de modificaciones legales aberrante al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es inconstitucional, atenta gravemente contra los derechos de los trabajadores y acelera la destrucción del sistema nacional de seguridad social. No es más que una evidencia más de las dificultades que le esperan a los mexicanos en estos dos últimos años del sexenio, ante el fracaso del régimen foxista en todos los órdenes y las decisiones atrabiliarias de un individuo, Vicente Fox, que no tiene la capacidad para gobernar en función de los intereses nacionales y jamás debió llegar a la Presidencia de la República.
2. La exigencia de Fox a los legisladores, de que en un periodo extraordinario del Congreso, que se inicia hoy viernes 30, aprueben sin discutir y sin consenso una contrarreforma neoliberal más, que a diferencia de lo que él dice lesiona profundamente los intereses de la clase trabajadora del país y no contribuye en nada a rescatar al IMSS, se pretende hacer como todos los cambios regresivos que se han impuesto en estos cuatro años como consecuencia de un acuerdo entre Fox y el PAN, por un lado, y las corrientes salinistas del PRI, por el otro, que siguen en la pretensión de continuar sirviendo a unos cuantos intereses empresariales y atentando contra los derechos de los mexicanos.
3. La desesperación de Fox por imponer esta nueva contrarreforma al sistema estatal de seguridad social viene de que el tiempo sexenal se le acaba y no ha cumplido con la agenda a la que se comprometió en privado con el gran capital trasnacional, que le está exigiendo cuentas, y que es la de profundizar el desmantelamiento del Estado de bienestar edificado por los regímenes posrevolucionarios (1917-1982). El llamado "paquete estructural" no es otra cosa que la supresión de los obstáculos legales existentes para, por un lado, poder entregar el control de las políticas públicas y de los recursos estratégicos de la nación a las trasnacionales y, por el otro, cancelar todo el régimen de derechos que a lo largo de las décadas se les había reconocido a las personas y a las comunidades. Y, por lo mismo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han hecho de la destrucción de dichos sistemas públicos de seguridad social uno de sus objetivos centrales, en particular en los países latinoamericanos y asiáticos.
4. El IMSS, creado por la administración de Manuel Avila Camacho en 1943, como una institución estatal sustentada en una composición tripartita (con representantes obreros, patronales y del gobierno) luego de una lucha de 12 años del movimiento obrero organizado, y cuyo objetivo ha sido desde entonces el de hacer vigente la fracción XXIX del artículo 123 constitucional y asegurar la vida, la invalidez, la vejez, las enfermedades y los accidentes de los trabajadores, se ha convertido por lo mismo en uno de los objetivos centrales de las políticas neoliberales que lo tienen en la mira. No es de sorprender por lo mismo que la argumentación falaz y descabellada de Fox para destruirlo se sustente, como en otros países, en la afirmación de que ni el gobierno ni los empresarios pueden ya cumplir con sus obligaciones en materia de seguridad social, y de que, por tanto, es en los trabajadores en quienes debe recaer todo el peso de las mismas.
5. La destrucción del IMSS ha sido por otra parte un proyecto anunciado del gobierno foxista, pues desde inicios del sexenio prosiguió con las políticas neoliberales de Ernesto Zedillo iniciadas al imponer la ley de 1996, y a través del tecnócrata zedillista (y en su momento salinista) Santiago Levy, a quien impuso como director general del IMSS, ha buscado desde 2000 desmantelar la infraestructura hospitalaria de la institución, deteriorándola y abandonando muchos de sus servicios, con el argumento de que carece de recursos, como se ha venido haciendo desde los años de la tecnocracia priísta con los organismos y empresas estatales, y como lo está haciendo Fox con Pemex y con la industria eléctrica.
6. La actual ofensiva del foxismo, el panismo y el salinismo contra el sistema de pensiones y jubilaciones de los trabajadores del IMSS va dirigida por lo mismo no sólo contra los viejos y sus familias, sino contra todos los trabajadores del país, y contra un proyecto de nación que, con todas sus contradicciones, se quiere sustituir por el de la barbarie que ofrece el neoliberalismo.
7. Las movilizaciones a nivel nacional de los trabajadores del IMSS y de diversos sectores en contra de la contrarreforma foxista, que se iniciaron el 28 de julio en más de 15 estados, no son por otra parte para defender sus propios derechos (ya que varios de ellos no les serían afectados), sino para impedir que les sean conculcados los suyos a los trabajadores en el futuro y se desmantele al IMSS, y es en ese sentido similar a las de los estudiantes de la UNAM que se fueron a la huelga en 1999 para impedir que se establecieran cuotas de inscripción y colegiatura a las siguientes generaciones y se destruyera el proyecto de la UNAM, lo que es muy significativo. De acuerdo con un cálculo hecho por Ricardo García Sainz, quien fuera director general del IMSS de 1982 a 1991, el primer pensionado conforme al nuevo régimen, sería probablemente una mujer y hasta dentro de 28 años (Milenio Diario, 29 de julio). De ahí la importancia que tiene esta lucha para impedir que se destruya un proyecto construido a lo largo de más de 60 años, pues no ha aceptado los seudoargumentos de los neoliberales del PRI y del PAN que como en otros países han buscado con falacias desmovilizar la protesta.
8. La contrarreforma legal para desmantelar al IMSS y al sistema estatal de seguridad social entraña un costo muy alto a pagar por el gobierno foxista, por los partidos políticos que la están respaldando en las cámaras y por la llamada "clase política" en su conjunto, y no es de sorprender por eso que ante el crecimiento de las protestas y la proximidad del 2006, tanto Fox como los partidos busquen ahora imponer los cambios, o al menos algunos de éstos, al estilo salinista: es decir, a través de un acuerdo entre la dirección del IMSS y el sindicato en "lo oscurito", esto es, sin legislar (La Jornada, 29 de julio), lo que no afectaría legalmente sino de hecho a la institución.
9. Las dos salidas al conflicto creado por la ineptitud y el dolo de Fox se presentan por lo mismo como una amenaza para el país: la de la contrarreforma legal y la del arreglo en una encerrona entre la dirección del IMSS y la dirigencia sindical.
10. Y los trabajadores del país no tienen, ante esta nueva escalada de las políticas antinacionales de un gobierno depredador, otra salida que resistir y seguir resistiendo, para defender derechos que no sólo son suyos sino también de los trabajadores del México del futuro.
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