García Márquez, Nadine Gordiner y Mijail Gorbachov, entre los firmantes

Figuras mundiales apoyan oferta de Argentina al FMI de restructurar deuda

Admite el organismo internacional que pretendió imponer políticas erróneas a Buenos Aires

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires 29 de julio. En una acción considerada trascendente, 148 personajes mundiales, entre ellos los premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez (Colombia) y Nadine Gordiner (Sudáfrica) y los ex presidentes Julio María Sanguinetti (Uuguay) y Mijail Gorbachov (Rusia), firmaron una solicitud en apoyo a la oferta de restructuración de la deuda presentada por el gobierno argentino al Fondo Monetario Internacional (FMI).

La carta fue publicada en los diarios The New York Times y Financial Times, de Estados Unidos y Gran Bretaña, respectivamente, y será insertada también en periódicos de los países que conforman el directorio del FMI, informaron el jefe de Gabinete de la cancillería argentina, Eduardo Valdez, y la agencia oficial Télam.

Entre otros apoyos significativos se cuentan también las firmas del cantante Bono, del grupo U2, la actriz británica Emma Thompson y el actor Viggo Mortensen. Lo anterior nació como iniciativa del gobierno, dentro de otras acciones creativas, y los embajadores se contactaron con los personajes con un documento titulado Argentina, un país responsable, una respuesta responsable.

Aunque no es determinante, esta acción ayudará a que los representantes de los países que conforman el FMI tomen una decisión y apresuren la aprobación de la tercera revisión de lo acordado en septiembre entre el FMI y el gobierno, sostuvo Valdez.

También mencionó que el ex presidente sudafricano Nelson Mandela y el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz decidieron realizar una serie de acciones individuales y escribir sobre el tema sin firmar el documento. El escritor mexicano Carlos Fuentes fue otro de los abordados por el gobierno de Argentina, pero declinó firmar el documento aduciendo cuestiones literarias en la redacción del texto.

El presidente Néstor Kirchner lleva adelante una fuerte negociación con el FMI y ofreció a los acreedores de Argentina restructurar la deuda en mora (unos 100 mil millones de dólares) estableciendo una qui-ta de 75 por ciento, lo cual fue rechazado por los grupos de bonistas.

Aunque el FMI ha sostenido que no participa en esas negociaciones, son precisamente los representantes del grupo de los siete países más ricos -con poder de decisión en la dirección de ese organismo- los que presionan duramente para lograr una mejor oferta, a pesar de conocer la situación nacional, que hoy mismo el mandatario graficó como "un periodo de lenta salida del infierno de la crisis".

"No podemos dejar de atender la enorme deuda interna", ha señalado el presidente, quien hoy hizo referencia a "intereses muchos más oscuros" que intentan detener los cambios que el país necesita para salir de esta situación.

Kirchner habló también de la tragedia de la pobreza, el desempleo y exclusión, en un discurso político de llamado a la pluralidad y a desterrar la mezquindad para salvar a la nación, durante un homenaje a Ricardo Balbín, uno de los máximos líderes de la opositora Unión Cívica Radical.

Todo esto sucede en momentos en que la auditoría del FMI admitió que las políticas inadecuadas apoyadas por esa institución o "promovidas por la misma" -como dicen algunos analistas locales- llevaron al estallido de la crisis en diciembre del 2001, la mayor que vivió y aún vive el país.

Aunque en el informe divulgado por la Oficina Independiente de Evaluación se reconoce que el FMI no denunció "las crecientes debilidades en las decisiones políticas de las autoridades" y continuó apoyando "políticas inadecuadas durante demasiado tiempo", atribuye la mayor responsabilidad a los gobiernos argentinos.

Esto, a pesar de los graves señalamientos y advertencias de analistas estadunidenses que mencionaban "la irresponsabilidad" de haber acompañado y "festejado" en al-gún momento la convertibilidad de la mo-neda argentina, hasta comienzos de 2001, cuando ya se hacían evidente las consecuencias que tendría para el país.

Esto significa acusar a las autoridades argentinas -en esos momentos absolutamente dependientes de los dictados del FMI- de no haber tenido la capacidad suficiente para corregir la situación.

El FMI sólo parece hacerse cargo de no haber alertado a tiempo sobre la debilidad de los caminos escogidos, pero considera acciones correctas las reformas estructurales impuestas bajo severas presiones, que son consideradas aquí como responsables de la tragedia que hoy vive Argentina.

Además, la crisis estalló cuando el organismo internacional supervisaba palmo a palmo la política local desde 1991 y colocaba a Argentina como gran éxito del mo-delo, a pesar de que ya en 1993 comenzaban a advertirse las consecuencias.

No sólo esto, sino que facilitó créditos con absoluta evidencia de que se dispararía la deuda en forma extraordinaria, y asesoró en forma constante a los gobiernos de Carlos Menem (1989 -1999) y Fernando de la Rúa, de 1999 a 2001.

La deuda había sido calificada en 2000 de "ilegal e inmoral" en la resolución del juez Jorge Ballesteros, juicio que llevó adelante el ya fallecido abogado Alejandro Olmos. El proceso reveló estratagemas y corrupción para elevar inconteniblemente la deuda y obligar a la venta de los tesoros nacionales. Esa fue la denuncia política del día.

Por otro lado, decenas de trabajadores desocupados de Argentina ocuparon el miércoles anterior una empresa de almacenamiento y transporte de petróleo en Santa Cruz, en reclamo de 200 puestos de trabajo.

Por su parte, Kirchner instruyó directamente al procurador general de la nación, Esteban Righi, para que active la investigación por denuncias de encubrimiento en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, que en 1994 dejó 85 muertos y alrededor de 300 heridos, además de graves daños materiales.

Esto lleva directamente al ex presidente Menem y figuras de su gobierno, que fueron acusadas directamente por los familiares de las víctimas en diversas oportunidades por obstaculizar, falsificar y desviar las investigaciones sobre el tema.

De hecho ya fue separado el juez federal Juan José Galeano, magistrado menemista, después de comprobarse graves irregularidades en la causa.

El vocero presidencial, Miguel Núñez, dijo que el presidente Kirchner dio las instrucciones después de evaluar las públicas denuncias de los familiares y la comunidad judía el pasado 18 de julio, en el décimo aniversario del atentado.

El mandatario solicitó al jefe de fiscales que "arbitre las medidas pertinentes que posibiliten la rápida intervención del ministerio público fiscal y la indagación de los hechos denunciados y profusamente difundidos por diversos medios de comunicación".