México D.F. Viernes 30 de julio de 2004
Coinciden Elena Poniatowska, Fernando del Paso
y Miguel Capistrán
Aún falta descubrir el grueso de la obra literaria
de Salvador Novo
Muchos de sus libros ya no se reditan y lo que existen
son de difícil adquisición
Renovó el periodismo y fue ''el comunicador por
excelencia del siglo XX en México''
ANGEL VARGAS
La de Salvador Novo fue ''una prosa excepcional, impecable"
en las diferentes vertientes literarias en las que incursionó: creación,
historia y periodismo.
En ello coinciden los escritores Elena Poniatowska y Fernando
del Paso, así como el investigador Miguel Capistrán, quienes
consideran tal manejo del lenguaje escrito entre los principales legados
que deben reconocerse del escritor nacido un día como hoy, pero
hace 100 años.
Capistrán ubica a Novo como uno de los autores
de mayor relieve y más significativos del siglo XX, ''el más
profesional de la literatura", toda vez que su talento le permitió
vivir más que holgadamente, agrega, y es uno de los pocos ejemplos
al respecto que han existido en el país.
''Si algo lo distingue es la prosa que manejaba. Es un
punto de referencia fundamental del siglo pasado. Es (por ejemplo) un renovador
del periodismo, con respecto a la literatura sobre todo", al introducir
anglicismos y términos del lenguaje cinematográfico", apunta.
''También supo aprovechar la radio y la televisión.
Siempre estuvo al día en materia de avances teóricos y tecnológicos.
Inclusive en comunicación muchas de sus opiniones se adelantaron
bastante tiempo a todo lo que distinguió a Marshall MacLuhan".
Primer difusor de Joyce en México
La inquietud por los adelantos tecnológicos llevaron
a Novo, al lado de Guillermo González Camarena, a realizar el estudio
mediante el que se determinó el sistema más adecuado para
la televisión mexicana.
En
opinión de Miguel Capistrán, quien fue discípulo y
asistente del escritor, éste ''es sin duda el comunicador por excelencia
del siglo XX en México, pues lo mismo fue publicista que participó
en el cine, la radio, la televisión y otras facetas que hoy están
asociadas a la comunicación".
Novo desarrolló su carrera publicitaria como fundador
de una de las agencias más importantes de su tiempo, la Augusto
Elías, desde la cual se encargó entre otras importantes cuentas
de la del grupo Monterrey, para el cual diseñó campañas
para la cerveza Carta Blanca.
Muchos de sus eslogans cobraron gran celebridad en su
tiempo e incluive algunos se mantienen vigentes o cuando menos en la memoria
colectiva, entre ellos se le atribuyen ''Mejor mejora mejoral", ''Veinte
millones de mexicanos no pueden estar equivocados. De Sonora a Yucatán,
se usan sombreros Tardán" y ''Siga los tres movimientos de FAB,
remoje, exprima y tienda".
Además, a quien fue cronista oficial de la ciudad
de México y Premio Nacional de Literatura en 1967 se debe la introducción
a la literatura mexicana de varios autores de habla inglesa, sobre todo
estadunidenses.
Botón de esta disposición hacia la apertura
a lo más novedoso de la literatura mundial de su época es
su condición de ser el primero en difundir en el país a James
Joyce, traducir a Ezra Pound y escenificar Esperando a Godot, de
Samuel Beckett.
Esa atención por lo que acontecía en la
literatura internacional no implicó, sin embargo, descuidar lo que
ocurría en el terreno nacional de las letras, explica Capistrán,
no obstante de que a Novo, como al resto de los Contemporáneos,
se les acusó de estar de espaldas a la patria.
''Desde muy joven -prosigue el investigador- se interesó
por todas las cuestiones mexicanas y al final terminó como uno de
los nahuatlacas más importantes del país, junto al padre
Angel María Garibay y Miguel León-Portilla. Su conocimiento
de la literatura mexicana era impresionante. La suya era una erudición
pasmosa."
Como sucede con el resto de sus compañeros de generación
del grupo de los Contemporáneos, dice el especialista, las contribuciones
de Salvador Novo para la cultura mexicana ''apenas recientemente comenzaron
a ser motivo de consideración" en el terreno de la investigación.
Y en relación con el resto de la sociedad, si bien
no puede considerársele un personaje desconocido, sí es un
autor cuyo grueso de su obra todavía está por descubrirse.
En ello coinciden los escritores y especialistas consultados.
Tal deuda, afirman, se debe al peso que su polémica
personalidad mantiene sobre su quehacer, pero sobre todo porque hace falta
más difusión de las vertientes que abarcaron su trabajo,
así como de su obra.
''No es un autor conocido por el grueso de la población",
afirman Poniatowska, Del Paso y Capistrán, y esto se debe a que
''muchos de sus libros ya no circulan y las ediciones existentes no son
de fácil adquisición para gran parte de la población".
Cabe destacar que el Fondo de Cultura Económica
cuenta en su catálogo con 11 títulos de Novo, de los cuales
el más vendido el año pasado fue la presentación en
cd o casete de Poesía y prosa, en voz de José Luis
Ibáñez, con 250 ejemplares.
''Novo es uno de los mejores escritores de la literatura
hispanoamericana. Olvidarlo es olvidarnos. Evitar su lectura por sus ideas
políticas es una tontería", remarca Javier Aranda Luna.
''Si la muerte de un escritor es el olvido, la de un lector,
cualquiera, es la desmemoria. Siempre habrá, por fortuna, un nuevo
Novo para cada lector".
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