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México D.F. Viernes 30 de julio de 2004
El 1 y 2 de agosto realizará dos bailes,
uno con sonoras y otro con grandes bandas
Salón Los Angeles, el Bellas Artes del
baile popular, cumple 67 años
En la pista se han dado cita amas de casa, vendedores,
secretarias y hasta presidentes Las cenizas de uno de los bailarines
asiduos están esparcidas en toda la duela, afirma la dueña,
Armida Applebaum
JAIME WHALEY
Bien dicho está aquello de que ''quien no conoce
Los Angeles, no conoce México''. El legendario galerón de
la colonia Guerrero llega este domingo a su 67 aniversario y por tal motivo
habrá dos bailes dos para el agasajo recíproco: de los bailadores
al salón y viceversa.
En la estrecha taquilla del salón, cual es su costumbre
los días de baile, Armida Applebaum, nuera del fundador, rememora
días idos y recuerda seguido, a través de varias llamadas
telefónicas, sobre la inminencia de la fecha a todos los que inquieren
sobre el costo de los boletos.
''Aquí
es otro mundo'', advierte esta dama nacida en Culiacán, Sinaloa,
sobre el lugar fundado en 1937 por la madre de su suegro, doña Acela
Hernández, en la parte baja de lo que era su casa habitación
en 1937.
Los habituales de los martes, día dedicado al danzón,
y a las sonoras, empiezan a desfilar ante la augusta ventanilla. Parejas,
mujeres solas o en pequeños grupos, hombres solos también,
los más de edad avanzada al igual que su ánimo, sin que ello
signifique que vayan en mal estado, llegan para el rendezvous semanal
y así poner en práctica sus envidiables habilidades para
darle al baile de salón, todo un arte en sí.
Definitivamente es un lugar de encuentros, dice doña
Armida, ''imagínese cuántos matrimonios se han concretado
aquí''.
Aunque no en Los Angeles ella conoció a su esposo,
Miguel Nieto, cuando vino a pasear a la capital, en un baile de quinceañera.
Acerina y su danzonera revienta las notas de esa clásica
de Lara, Aventurera, y se recuerda que durante tres años,
poco más de 800 funciones, a cual más de abarrotadas, Los
Angeles fue la sede de la exitosa obra teatral del mismo nombre montada
por Carmen Salinas. ''se fueron sin avisar, nunca supimos el motivo'',
explica doña Armida, quien califica a su salón como el Bellas
Artes del baile popular; ''aquí viene la clase media, pero hay
de todo'', concede.
El bailador Miguel Alemán Valdés
La situación económica actual se ha reflejado
en el festejo. Antaño, los aniversarios se prolongaban, tres y hasta
cuatro días de bailes; hoy, la conmemoración se limitará
a dos: uno, el del domingo 1 de agosto, dedicado a la clientela heterogénea,
y el otro, al día siguiente, para aquellos más adeptos a
los ritmos de las grandes orquestas.
Un cartel, en uno de los muros laterales, da cuenta de
que hace siete años Willie Colón animó el cotarro
en el sexagésimo cumpleaños, como también lo hizo
cinco años antes, mientras que en 1997. Oscar D'León, por
los virtuosos extrafronteras, y Melón con su grupo, por los locales,
pusieron la nota alegre.
Las alineaciones para este 2004 incluyen, entre otros
grupos, a la Sonora Santanera, que ya, en 1960, se presentaba en el sitio;
la Sonora Veracruz y La Nueva Cuba (que, dicen los conocedores, es la sensación
del momento), que van en el programa dominical; en tanto que para el lunes
se anuncian a grupos como los de Luis Alcaraz, Pepe Arévalo, Acerina
y Alexander Band.
La duela del Angel, como se le conoce también,
ha improntado a miles, oficinistas, secretarias, vendedores, amas de casa...
en fin, la panoplia es amplia pues hasta presidentes, como el caso de Miguel
Alemán, con fama de buen bailador de danzón, quien un día
llegó, recuerda doña Armida, y se posesionó junto
con algunos ayudantes, de un pequeño palco que entonces había
junto a la entrada, y se dedicó solamente a observar.
Tan entrañable ha sido el salón que uno
de los habitués, Manuel, cuya foto pende de una pared, al lado de
la dulcería, dispuso que sus cenizas quedaran esparcidas por toda
la pista.
''Ya aquí abajo hay varios enterrados'', corrobora
en tono festivo Miguel Angel Cisneros, profesor de baile en una escuela,
quien con su alumna Norma, fue rodeado en una suspensión momentanea
por otras parejas para deleitarse con un rag, de esos que hacen cosquillear
los pies, a cargo de la banda de Pepe Luis. El académico abunda
que el baile también es deporte y que ésta es su casa.
Cuéntase también que una dama, de esas que
llaman de sociedad, desde luego que por discreción no fue identificada,
pero vecina de doña Armida, solía acudir semanalmente dos
horas solamente pues estaba en casa antes de la llegada del marido.
Para quien tiene dos pies izquierdos, se lee en un anuncio
pegado a un pilar, profesores de la Federación Mundial de Salsa
imparten clase, tres horas a la semana, El timbalero Hipólito, heredero
de las glorias del negrón Acerina en las tinas, da la pauta para
entrar con ottra pieza, Una noche en La Habana que la vox populi
traduce como Una noche en la cama y Celia Espinoza, dedicada al
hogar, que ocurre desde hace unos 10 años, se apresta a bailar,
''con quien me saque'', al tiempo que la gran familia que se da cobijo
en Los Angeles empieza a diluirse. ''Ya pasan de las 10, manita;
vámonos, no sea que llueva mas fuerte''.
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