México D.F. Viernes 6 de agosto de 2004
Según un informe independiente la estrategia
sólo benefició a grandes trasnacionales
Las políticas del BM para privatizar el crudo
no han abatido la pobreza
Vender empresas estatales rentables termina por generar
pérdidas para los habitantes, afirma especialista de la REES 82%
de los proyectos que financia el organismo es de exportación
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Un informe independiente concluyó que la estrategia
del Banco Mundial de promoción de inversiones privadas en la industria
petrolera de los países en desarrollo no contribuyó a disminuir
la pobreza y en cambio terminó por beneficiar sólo a las
grandes corporaciones multinacionales, una observación de la que
"México puede tomar grandes lecciones", dijo una de las involucradas
en el proceso de elaboración del reporte.
"La
evidencia no se puede ignorar: privatizar las empresas energéticas
nacionales, que suelen ser las más rentables de los países
en desarrollo, termina por generar pérdidas para los habitantes
de esas naciones", dijo a La Jornada Nadia Martínez, de la
Red de Energía y Economía Sustentables (SEEN, por sus siglas
en inglés), en conversación telefónica desde Washington
en torno al contenido de un reporte sobre la actividad del organismo multilateral
en la promoción de inversiones en la industria petrolera.
Esta semana fue hecho público en Washington un
informe sobre la revisión de los proyectos para las industrias extractivas
que el Banco Mundial promueve en las naciones en desarrollo.
Ese reporte, dirigido por un grupo independiente nombrado
por el organismo y que fue elaborado a lo largo de los últimos dos
años y medio, concluyó que "el Banco Mundial no ha logrado
facilitar y promover de manera eficaz la mitigación de la pobreza
a través del desarrollo sostenible de las industrias extractivas
en los países que reciben su ayuda". El informe plantea que hasta
ahora se ha dado, en esos proyectos, mayor realce a las consideraciones
económicas que a las de tipo social y ambiental.
A inicios de 2001, el Banco Mundial publicó un
voluminoso libro con la "agenda" pendiente de México, en el que
recomendó permitir la participación privada en la industria
energética y, en particular, en el petróleo. Hace un par
de semanas, al divulgar una revisión sobre los programas de combate
a la pobreza, insistió en el punto. El gobierno del presidente Vicente
Fox, que inició en diciembre de 2000, ha emprendido acciones para
permitir mayor participación privada en labores relacionadas con
las industrias petrolera y energética, impugnadas en el Congreso
por la oposición, que las considera contrarias a la Constitución.
"El Banco Mundial insiste en que México debe aceptar
inversión privada en la industria estatal de la energía.
El organismo está dispuesto, y de hecho lo hace, a financiar proyectos
para permitir este tipo de proyectos privados. Ese es el juego del Banco
Mundial: cómo ayudar a las empresas privadas a que inviertan en
el país, bajo el argumento de que los proyectos generan crecimiento
económico y por tanto reducen la pobreza, lo que ya quedó
demostrado que no es cierto", declaró en la conversación
con este diario Nadia Martínez, también integrante del Instituto
de Estudios Políticos en Washington.
De acuerdo con un informe de la SEEN sobre el resultado
de los proyectos promovidos por el Banco Mundial para aumentar la inversión
privada en la industria energética de los países en desarrollo,
los pobres han ganado muy poco, pero las grandes firmas del sector, la
mayoría de ellas estadounidenses, tienen varios motivos para festejar.
En los últimos 12 años, el Grupo del Banco
Mundial ha facilitado una transferencia masiva de los recursos de petróleo
y gas de los países en vías de desarrollo hacia los consumidores
y corporaciones trasnacionales del norte, según el reporte de la
SEEN. Esta transferencia, añade, no tiene conexión alguna
con la misión del organismo de reducir la pobreza en el planeta.
Desde 1992, el organismo ha aprobado 133 paquetes financieros
para proyectos de extracción de petróleo, carbón y
gas, en los que las inversiones superan 10 mil 700 millones de dólares.
La mayoría de esos proyectos, asegura la SEEN, favorecen a empresas
con sede en Estados Unidos, país que es el principal accionista
del Banco Mundial.
Según este informe de Red de Energía y Economía
Sustentables, la gran ganadora de los proyectos financiados por el Banco
Mundial es Halliburton, la empresa energética que entre 1996 y 2000
fue presidida por Dick Cheney, actual vicepresidente de Estados Unidos,
y que también es ahora la que recibe los mayores contratos para
la reconstrucción de Irak.
"Otros beneficiarios corporativos de las inversiones del
Banco Mundial en extracción de petróleo y gas, después
de Halliburton, son Shell, Chevron-Texaco, Total, ExxonMobil, Bechtel,
British Petroleum, Unocal, Eni, British Gas, así como la quebrada
Enron", añade.
Genera el Sur para consumo del Norte
La mayoría del petróleo extraído
con los proyectos que financió el Banco Mundial es exportado de
los países en desarrollo del Sur a las industrializadas economías
del Norte y, por tanto, no es empleado para proporcionar energía
a los países menos desarrollados. Según este reporte, 82
por ciento de los proyectos de extracción de petróleo financiados
por el Banco Mundial es de exportación.
"En América Latina, el Banco Mundial insiste en
que los países abran la industria de la energía al sector
privado, que sean privatizadas las empresas que suelen ser las más
rentables que existen en esos países. Cuando los gobiernos aceptan
-generalmente a la espera de apoyo para otras iniciativas- terminan por
tener que pagar los subsidios para compensar el alza en el precio de los
combustibles que viene después de la privatización, pero
al mismo tiempo ya no tiene los ingresos que esas empresas les generaban",
comentó Nadia Martínez.
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