México D.F. Lunes 9 de agosto de 2004
El creador sinaloense, de gran talento y misterio, define Vicente Quirarte
Comienza en Bellas Artes el homenaje nacional al poeta olvidado, Gilberto Owen
Como parte de las celebraciones por su centenario, se proyectó una cinta biográfica y se canceló estampilla conmemorativa Ningún epitafio en su tumba, en Filadelfia
ANA MONICA RODRIGUEZ
Antes de su muerte, ocurrida en 1952, el poeta ovidado, Gilberto Owen, dejó inconclusos ''poemas, traducciones, apuntes, cartas y la biografía de Simbad el varado'', aseguró Vicente Quirarte, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.
''En la vida de Owen hay un instante en que ocurre el derrumbe y deja sin terminar algunos trabajos iniciados: poemas sobre el Metro de Nueva York, traducciones de escenas varias, apuntes de estética marxista y la biografía de Simbad el varado'', expresó Quirarte.
En lo concerniente a sus cartas, el especialista mencionó que en casi todos los epistolarios de los integrantes de Contemporáneos hay alusiones a misivas de Owen, aunque nunca han sido reunidas.
Durante el homenaje nacional con motivo del centenario del poeta, que se inició este domingo en el Palacio de Bellas Artes, se proyectó la cinta Gilberto Owen, el poeta olvidado y se canceló la estampilla postal por parte del hijo del homenajeado, Guillermo, quien se dijo emocionado ''por ver que todos lo recuerdan''.
Aclaró: ''De mi padre sólo conservo algunas fotografías y el cariño que nos dio. Salvo eso, no tengo ninguna otra cosa''.
Owen, nacido en Rosario, Sinaloa, y fallecido en la ciudad estadunidense de Filadelfia (9 marzo de 1952), tuvo acercamientos con poetas como Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo. Además de compartir momentos con Celestino Gorostiza, Alí Chumacero y Elías Nandino.
''Si no fuera por las fotografías, quién diría que he existido'', decía Owen antes de morir. Tal expresión fue enfatizada durante la proyección del filme escrito y dirigido por Oscar Blancarte, en la cual se muestra parte de la vida, obra y muerte del escritor sinaloense.
El autor de Perseo vencido (1948), Desvelo (1925) y Línea (1930), entre otras creaciones, estuvo siempre convencido de que era ''un fantasma'' en la producción literaria. Owen también escribió poemas de largo aliento, prosa, e incursionó en la narrativa y el periodismo. También hizo traducciones para solventar su difícil economía y su afición al alcohol.
El conjunto de su escritura, continuó Quirarte, es una apuesta por los nuevos caminos trazados por su generación. Nunca dejó de escribir, pero sí dejó de considerarse y ser considerado hombre de letras y figura pública.
"Un año antes de su muerte escribió a Elías Nandino. Es preciso analizar con precisión estas palabras, porque, entre otras cosas, dan título a la película", sostuvo el investigador.
Y añadió que la tumba del poeta en Filadelfia ''no tiene ningún epitafio'', lo cual demuestra que fue hombre solo y abandonado, ''pero de gran talento y misterio''.
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