México D.F. Lunes 9 de agosto de 2004
Sensualidad y coquetería de la Mega
Bizcocho
Pletórico, el cabaret de Regina Orozco en el
Museo de la Ciudad
ARTURO CRUZ BARCENAS
La actriz Regina Orozco llevó el ambiente del cabaret
al Museo de la Ciudad de México, la noche del pasado jueves, espacio
que lució lleno hasta los balcones. La sillería fue insuficiente
y decenas se sentaron alrededor de los escalones de una fuente. Unos lo
hicieron a propósito, para ver de cerca a la que gritaron "¡Mega
Bizcocho! (su nombre artístico)".
La
mujer hermosa y grande, muy grande, de dimensiones boterianas, apareció
en una camita, lo que resaltó aún más su volumen.
El personaje que apareció ha sufrido insomnio por años, por
siglos y un anticuario le ofrece una solución: las últimas
pastillas para dormir de Marilyn Monroe.
Al ingerir las píldoras le sobrevienen pesadillas,
locura, sueños y música. A cada nueva dosis pasa por múltiples
personajes. Todo es posible en la pachequez: un pez, una negra del
Harlem, un ranchero muy macho, un pavo, una darketa suicida, una española
enamorada tratando de hablar en inglés.
Acompañan a la dama voluptuosa otros personajes:
Miu-Miu, eterna dama de compañía interpretada por Roberto
Cabral, y el alter ego de Regina: Carlos Bieletto. En la música
en vivo, Los Tigres de Sumatra.
Con unos tragos su cuerpo se relaja y la hacen decir:
"Si pudiera expresar mi amor por ti...". Un hombre de edad madura no aguanta
más y le grita: "¡Quiero, Mega Bizcocho!" Esto hizo
reír a la concurrencia. El desahogo no se hace esperar. Para eso
ha ido el respetable masculino: a ver lo que no tiene en casa.
Canta Amanecí otra vez, esa la de "entre
tus brazos". Se maquilla en un exceso de provocación, de coquetería
tan dada en ellas. Cada quien imagina las posibilidades sexuales de Regina.
Sigue una escena chusca del Mago de Oz. Sale Dora, que no Doris, enseñando
los calzones. Se la lleva por el camino verde (le da en su mano un toque
de mota). Ya pacheca, Dora le entrega unos zapatos de plataforma
exagerada.
"¿Qué son estas joterías?" Se sienta
en la orilla de la cama. Cruza las piernas que son como tres veces el diámetro
de un mortal común y corriente. ¿Qué será estar
en esos muslos? Para hacer poesía, para los embelezos. Nada de carne
célibe, como dijera el poeta López Velarde.
Interpreta Delirio (Over the rainbow). Una
rola, unas pastillas y un chupe. Sigue The man I love, Summertime,
Mundo raro, Mujer contra mujer (en la escena más lésbica
de la obra), de Mecano; Virgen de media noche (vestida ella de mujer
fatal, de esas capaces de hacer que se siga pagando la renta aunque ya
no se viva en el depto).
Se agacha mostrando al público su gran cabuz,
su poderoso nalgatorio. Ahora baila bien yeyé. Improvisa un
pasaje de una ópera. Se le va una nota. La corrige con zape
que ella misma se da en la nuca. "¡No soy lesbiana!", dijo entre
risitas. Un diálogo sobre el amor travesti.
Acaba la obra cuando Regina, recostada en la cama, pide
que suban a darle el beso de las buenas noches.
La actriz estará, a partir del último miércoles
de agosto en El Principio, ubicado en la esquina de Tamaulipas y Montes
de Oca, a las 21 horas. Cover 120 pesos.
La función se efectuó dentro del programa
Noches de música en el Museo de la Ciudad de México,
que ahora ofrece el ciclo Cabaret en la ciudad. El próximo
jueves estará Lety Pedrejo; el 19, Tito Vasconcelos, y el 26, Astrid
Hadad. Todos a las 20 horas. La organización corre a cargo de la
Secretaría de Cultura del Gobierno del DF.
|