México D.F. Martes 10 de agosto de 2004
En cinco años han aumentado los agravios
a periodistas; cita el caso de La Jornada
Lamenta la CNDH que autoridades socaven la libertad
de expresión
En este sexenio se ha intentado que los comunicadores
revelen sus fuentes de información Emite recomendaciones a los
procuradores de la República y de Justicia Militar, al GDF y a los
gobernadores
CIRO PEREZ SILVA
En
los pasados cinco años se han incrementado los agravios a periodistas
y los actos tendientes a inhibir la libertad de expresión, advirtió
ayer el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH), José Luis Soberanes, quien destacó que en el sexenio
foxista ''se ha manifestado el intento de obligar a periodistas y comunicadores
a revelar la identidad de sus fuentes de información'', violando
con esto sus derechos humanos y, de forma particular, su derecho a la reserva
del secreto profesional.
Luego de enviar sendas recomendaciones a los procuradores
general de la República y de Justicia Militar, a los gobernadores
y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Soberanes Fernández
lamentó que reiterados intentos de socavar la libertad de expresión
provengan justamente de aquellas entidades responsables de procurar justicia
y entre quienes debiera destacarse el pleno conocimiento de leyes y reglamentos,
los cuales, de acuerdo con el análisis de la CNDH, ha sido violados
por dichas autoridades.
Acoso a este diario
En el caso de La Jornada, relata Guillermo Ibarra
Ramírez, coordinador del programa sobre agresiones a periodistas
de esta comisión, se prendieron algunos focos rojos, con
los primeros citatorios que recibieron reporteros de este diario, y se
logró obtener del titular de la PGR, Rafael Macedo de la Concha,
que se enviara una circular a todos los agentes del Ministerio Público
para que tal acción no se diera, tratándose de citatorios
para que los periodistas revelaran sus fuentes.
Pero posteriormente se ha vuelto a citar a los reporteros
de La Jornada hasta en dos ocasiones, y en una no sólo fue
el citatorio, sino que llegaron agentes a las instalaciones de este periódico
para detener a los comunicadores; las autoridades judiciales entraron al
medio de comunicación buscándolos para llevarlos a que rindieran
declaración.
Agrega que ''cuando se prenden las alarmas y uno acude
a pedir informes a la PGR, se da esta situación que es doblemente
preocupante, porque no hay ningún respeto al trabajo del periodista
y nos hacen sentir, cuando pedimos una explicación ante esta conducta,
que se trató de una ocurrencia o el acto de algún funcionario
que no conocía la circular que emitió el procurador, y ofrecen
una disculpa muy atenta y aseguran que no volverá a suceder, pero
sabemos que sigue habiendo ese riesgo para los periodistas''.
Soberanes precisa, a su vez, que la intimidación
por medio de amenazas -verbales, escritas y anónimas-, las agresiones
físicas o el daño a bienes de su propiedad son las formas
en que se ataca el derecho a la libre manifestación de las ideas
de periodistas y comunicadores, y que aumentan en frecuencia e intensidad
contra quienes critican y denuncian en forma sistemática actos de
corrupción de autoridades y vinculación al narcotráfico.
Las agresiones en contra de la libertad de expresión
también alcanzan la actividad que realizan los reporteros gráficos,
los que al acudir a cubrir sus órdenes de trabajo, como informadores,
resienten con frecuencia agresiones físicas de elementos de seguridad
pública, quienes obstaculizan sus labores con el argumento de la
salvaguarda del orden y seguridad de las personas.
En respuesta a los 153 expedientes de queja, relativos
a agresiones de muy diverso tipo contra periodistas, y a los 335 casos
donde se han realizado públicamente actos que pudieran constituir
violaciones a la libertad de expresión, la CNDH emitió dos
recomendaciones.
La primera, para que se apliquen las medidas administrativas
correspondientes a efecto de que los servidores públicos que por
su función tengan relación con periodistas sean instruidos
respecto de la manera de conducir sus actuaciones, con el fin de garantizarles
el derecho a llevar a cabo sus actividades con pleno ejercicio de la libertad
de expresión.
La segunda, para que se dicten los lineamientos necesarios
para que los agentes del Ministerio Público eviten presionar u obligar
a los comunicadores a divulgar sus fuentes.
En su discurso, Soberanes explica que no pasa inadvertido
para la CNDH que muchas de las situaciones y hechos referidos, tanto en
los expedientes de queja radicados como en los pre expedientes, no se atribuyen
expresamente a la responsabilidad de autoridades locales o federales, pues
por el tipo de conductas denunciadas muchas veces se desconoce la identidad
de quien las origina; sin embargo lamentó que las propias autoridades
responsables de perseguir el delito y aplicar la ley sean quienes la violen.
''Pero aquí es doblemente grave por lo siguiente:
en México no hay una instancia para que los agentes del Ministerio
Público o policías judiciales puedan ser investigados. Son
las propias procuradurías las que se encargan de ello y esto es
un error craso, porque ellos se vuelven juez y parte. Ellos mismos cometen
los delitos y ellos mismos se investigan; evidentemente saldrán
exonerados'', lamentó el ombudsman.
Dijo que desde la CNDH han insistido en que sean otras
las instancias investigadoras en los casos de violación de la ley
por los agentes del Ministerio Público y policías judiciales,
porque de otra forma se incurre en un esquema de impunidad.
Raúl Plascencia Villanueva, segundo visitador general
de la CNDH, se refirió a las presiones que enfrentan los periodistas
cuando difunden alguna información y son citados para que comparezcan
ante el Ministerio Público, en principio sin que se les aclare si
en calidad de testigos o de indiciados, donde se les somete a un interrogatorio
para que den a conocer el origen de la información que difundieron.
''Nos parece que la institución encargada de investigar
los delitos en este país tiene recursos y tiene formas legales claramente
previstas que le permitirían, con una labor eficaz, poder llegar
a la misma información que la tarea de investigación que
un periodista ha llevado a cabo. Por ello parece ser que el hecho de que
al periodista se le coloque en la disyuntiva de revelar sus fuentes de
información o ser considerado encubridor o cómplice de la
comisión de un delito es violatorio del marco jurídico mexicano
y contrario a los derechos fundamentales que tiene toda persona.''
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