México D.F. Martes 10 de agosto de 2004
Desde que asumió la presidencia se han
perdido 1.1 millones de empleos
No se prevé mejoría económica
en EU, pese al optimismo de Bush
Las cifras entran al campo de batalla electoral; "estamos
dando vuelta en U", dice Kerry
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 9 de agosto. El incremento
en los precios de gasolina más el sorprendentemente lento ritmo
de creación de empleos se han convertido en problemas preocupantes
para el esfuerzo de relección de George W. Bush, quien está
por convertirse en el primer presidente, desde Herbert Hoover en 1932,
en concluir su periodo de cuatro años con una pérdida neta
de empleos.
La economía siempre es un factor determinante en
cualquier elección nacional, y esta vez no será la excepción.
Pero los comicios presidenciales podrían ser determinados más
por la percepción que por la realidad del estado de la economía.
Desde que Bush asumió la presidencia se han perdido
1.1 millones de empleos. El viernes pasado el gobierno anunció que
sólo se generaron 32 mil nuevos empleos en julio, mucho menos que
los casi 250 mil que se habían pronosticado. Para que Bush no compita
con el legado de Hoover, Estados Unidos tendría que generar 372
mil empleos cada mes de aquí a noviembre, algo que ningún
economista se atreve a pronosticar.
Las
estadísticas oficiales sobre empleo emitidas el viernes fueron particularmente
devastadoras para Bush, quien había dedicado buena parte de la semana
insistiendo en que por sus políticas la economía nacional
había logrado "darle la vuelta a la esquina" hacia un futuro próspero.
El Economic Policy Institute, una organización
de análisis independiente, señaló este fin de semana
que el número de nuevos empleos generados cada mes se ha ido reduciendo
y que esta situación ha empezado a deprimir los niveles salariarles
de los trabajadores, menguando aún más la recuperación
al reducir el consumo. Otro factor que suele deprimir los índices
de consumo es el incremento en el precio de petróleo, en particular
la gasolina, que ahora está a niveles récord.
Estos factores económicos son llevados de inmediato
al campo de batalla electoral. El senador John Kerry, el candidato demócrata
contra Bush, afirmó que en lugar de haberle dado la vuelta a la
esquina, "nuestra economía podría estar dando vuelta en U".
Recientes encuestas registran que hasta 55 por ciento de los votantes cree
que Kerry será más efectivo para generar empleos que el presidente
Bush. Los demócratas anunciaron hoy que estaban enviando oradores
a estados claves en el medio oeste del país para hablar sobre las
debilidades de la economía nacional.
Se multiplican las quiebras personales
Esos discursos encontrarán a un público
simpatizante en muchos estados donde las familias se sienten cada día
más atrapadas entre una alza de precios y salarios estancados. El
Wall Street Journal reportó el viernes que las quiebras financieras
personales en este país han alcanzado su nivel más alto en
la historia y que ahora muchos trabajadores de clase media están
al borde del desastre financiero.
Empeorando su situación, las tasas de interés
y el costo de gasolina están subiendo. El precio de la gasolina
en este país es combustible peligroso en una elección, no
hay que olvidar que fue factor en las derrotas de Jimmy Carter y George
Bush, padre, en sus campañas de relección.
Pero por el momento el presidente Bush está optando
por pretender que estos hechos no existen. "La economía es fuerte
y está mejorando", declaró hoy. "Esta campaña va a
hablar de visiones sobre cómo mantener la recuperación económica".
El presidente insiste en que sus reducciones de impuestos y planes para
privatizar el seguro social ayudarán a los trabajadores en el largo
plazo.
La Casa Blanca también ha empezado a enfatizar
otras estadísticas económicas que, sostiene, comprueban el
éxito de las políticas económicas del presidente:
la tasa de desempleo ahora es de 5.5 por ciento, su punto más bajo
en casi tres años y un nivel menor del desempleo promedio en las
décadas de los 70, 80 y 90.
Nadie disputa que la economía ha generado empleo,
pero la diferencia en opinión depende de si los analistas creen
que una reducción en la tasa de nueva generación de empleo
representa una tendencia, o si esto sólo es un revés momentáneo
en el camino hacia una plena recuperación económica. Se espera
que ahora Bush ofrecerá algunas propuestas para "consolidar" la
recuperación económica, pero ofrecer sólo eso podría
ser poco en esta coyuntura electoral.
Mas allá de las estadísticas y la retórica
con fines políticos, el problema de Bush ahora es más la
percepción popular sobre la salud de la economía. El presidente
Bill Clinton, cuya triunfante campaña electoral contra Bush padre
fue guiada por la consigna: "es la economía, estúpido" se
centró en proyectar la imagen de que Bush había manejado
mal este sector.
Estadísticas más recientes revelan que la
recuperación económica que comunmente es acreditada a Clinton
comenzó en el último año del gobierno de Bush padre,
pero los votantes no sabían eso cuando sacaron a Bush de la Casa
Blanca.
Entrevistas con votantes en cuatro estados durante las
últimas dos semanas revelan una creciente preocupación por
la condición de la economía. Mientras que muchos trabajadores
están preocupados por sus empleos, todos en este país -donde
muchas familias tienen dos o tres autos- se enfrentan con la realidad de
pagan hoy hasta 30 por ciento más por gasolina que hace unos cuantos
meses.
Irónicamente, el precio del petróleo podría
ser uno de los factores claves en el rescate de Hugo Chávez en Venezuela
y debilitar a Bush en Estados Unidos.
Mientras tanto, habrá un debate sobre estadísticas
con los demócratas y los republicanos empleando diferentes para
proyectar la percepción que más le convenga a cada lado.
Pero como decía el gran escritor y humorista estadunidense Mark
Twain: "Hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas".
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