México D.F. Martes 10 de agosto de 2004
Participantes reclaman curules y partidizan ejercicio
El Parlamento de la Juventud, fiel reflejo de la Asamblea Legislativa
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Como reflejo de la actual legislatura local, jóvenes capitalinos iniciaron ayer los trabajos del Parlamento de la Juventud en el recinto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y en su primera sesión hubo de todo: confrontaciones verbales, apelaciones en tribuna, desinterés por el orador, pancartas de protesta y hasta ausentismo, pues 12 de los 100 parlamentarios que estaban nominados, no acudieron a la cita.
Los integrantes del comité organizador, las diputadas Mariana Gómez del Campo y Aleyda Alavez; la consejera electoral Rosa María Mirón Lince, y Pablo de Antuñano, director del Instituto de la Juventud del DF, les dieron en tribuna la bienvenida e hicieron votos por hacer a un lado los maniqueísmos y actuar con entera libertad, pero las quejas eran ya evidentes.
Angie Villa, una de las 100 parlamentarias, extendió en el pleno de la ALDF una pancarta en la que se leía: "quiero mi curul; no estoy de acuerdo con el sorteo". Luego responsabilizaría, como lo hizo una decena más de particiantes, a la perredista Aleyda Alavez de haber adicionado una lista de 34 jóvenes a los 66 que ya habían sido electos, pues, según ellos, ocasionó que se sorteara entre todos las curules y ella quedara fuera del reparto.
Fue la única, de los 34 que no protestaron de esta forma y aceptaron su lugar en la parte de atrás de las corraletas, pero cuando veían a los reporteros pidieron la palabra y se quejaron de que el acto se partidizó y provocó que al Parlamento se llevara la voz y las órdenes de los diputados y no de los jóvenes.
Y es que varios de los 100 parlamentarios fungen actualmente como asesores o es gente muy cercana a diputados del PRD, PAN, PRI y PVEM, y eso llevó a que se estuvieran confrontando por la forma en que se llevaba a cabo la sesión, e interpelaron para hacer correcciones o exigencias sobre el procedimiento legislativo.
Al momento de votar a los integrantes de la mesa directiva surgieron nuevas desavenencias. Uno de los jóvenes preguntaba a sus compañeros: "Ƒy quién los eligió a ellos? Ƒpor qué méritos? Ƒquiénes son? Son chingaderas, nosotros teníamos que definirlos". Y es que los integrantes del comité organizador se pusieron de acuerdo para imponerles al grupo de nueve jóvenes que encabezaron la sesión ordinaria. También por esa circunstancia 12 de los adolescentes decidieron no emitir su voto.
Posteriormente, cada uno de los presentes subió a tribuna para que en una breve intervención de tres minutos -que generó en varios casos rechiflas- presentara sus propuestas de reformas legales, y hubo de todo: modificaciones a la ley ecológica, de residuos sólidos, de transporte, de fomento económico, al Código Penal, pero pocas enfocadas concretamente a mejorar la situación específica de los jóvenes.
Los asesores de diputados panistas y perredistas que eran ajenos al Parlamento iban de una curul a otra, dando órdenes, por eso Daniel García, en tribuna, acusó: "no cabe duda de que traemos viejas prácticas de la politiquería" y cuestionó que no se escuchara la real opinión de los jóvenes.
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