.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

E C O N O M I A
..

México D.F. Viernes 13 de agosto de 2004

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

El simio desnudo

Para entender la esencia humana
La expulsión del paraíso

GIÖRGY MARKUS, ALUMNO de Lukács, el gran marxista húngaro, ha hecho una lectura magistral de la concepción del ser humano de Marx, desde la perspectiva de la antropología filosófica.1 En ella explica el papel central que el carácter mediado del trabajo humano desempeña en la configuración de la esencia humana, es decir, de aquello que unifica a los seres humanos y los distingue de todas las demás especies. Por carácter mediado del trabajo hay que entender que se dirige a la satisfacción de las necesidades humanas de manera indirecta, a través de mediaciones. Por ejemplo, construir una lanza para cazar un venado con ella, lo que contrasta con la bestia que aprehende directamente la presa que le sirve de alimento. Esta peculiaridad del trabajo, al que Marx llama la actividad vital del ser humano, origina la posibilidad de la ampliación constante de las actividades humanas hasta hacerlas universales, hasta convertir en objetos de su actividad, de sus capacidades y necesidades, toda la naturaleza y los objetos no naturales creados por él mismo. De aquí se deriva un rasgo esencial del ser humano: su tendencia a la universalidad, que se manifiesta en la ampliación constante de las necesidades y capacidades humanas.

PARA MARX ES este carácter mediado del trabajo lo que hace posible la historia humana, no sólo porque permite la acumulación de herramientas, otros medios de producción, construcciones, de manera que las nuevas generaciones pueden partir del punto al que llegaron las anteriores, sino también porque el carácter mediado del trabajo humano hace posible, al superar la fusión animal entre sujeto y objeto de las necesidades, la conciencia del ser humano respecto al mundo que lo rodea y la conciencia de sí mismo, derivando de aquí otro rasgo esencial del ser humano: la de ser consciente, conciencia que tiende a la universalidad, por lo que el ser humano es un ser con conciencia potencialmente universal. La historia del ser humano puede ser vista para el conjunto de la especie como la trayectoria de la universalización de sus actividades, sus capacidades, sus necesidades, su ser social y su conciencia, aunque para los individuos la unilateralidad sea la realidad cotidiana.

EL SER HUMANO rico es, por tanto, para Marx, el que necesita mucho, y el pobre el que necesita poco.2 Si aplicamos esta concepción llegamos a un doble criterio de pobreza: el ser pobre y el estar pobre. Los individuos que necesitan poco son pobres. Los que no satisfacen sus necesidades, cualquiera sea su nivel, están pobres. Los que son y están pobres están en la peor condición humana. En el otro extremo, los que necesitan mucho y, además, satisfacen esas amplias necesidades, son y están ricos.3 Este enfoque no ha sido aplicado. Ni siquiera se ha discutido en la amplísima bibliografía sobre la pobreza. Usualmente partimos del mismo conjunto de necesidades para todos los miembros de una sociedad y después cotejamos su grado de satisfacción. Nos situamos con ello sólo en la dimensión del estar pobre. Desde luego que esta idea de Marx la podríamos ampliar para que incluyera también las capacidades, de tal manera que una persona rica sería quien necesita mucho y que ha desarrollado ampliamente sus capacidades.

EL SICOLOGO ABRAHAM Maslow, autor de la muy conocida teoría de la jerarquía de las necesidades humanas, sostiene que cuando una necesidad (el hambre, por ejemplo) está insatisfecha, domina al organismo a tal grado que todas las demás necesidades desaparecen y el organismo en su conjunto se vuelve un organismo hambriento. Al estudiar su obra4 llegué a la conclusión que su teoría y la de Marx-Markus se encuentran en un punto fundamental. Maslow sostiene que los instintos son inexistentes en el ser humano, que todas las necesidades humanas pueden clasificarse como instintoides, ya que de los tres elementos que conforman un instinto: el impulso, la actividad y el objeto buscado, el ser humano hereda solamente el impulso, mientras que las actividades y los objetos tienen que ser aprendidos. Aunque al menos en un caso, el de la succión del recién nacido, que constituye una actividad con la que nace todo individuo, la tesis de Maslow se ve negada, me parece que es en general válida.

LA VISION DE MASLOW tiene gran coincidencia con la de Marx-Markus, ya que el animal que fabrica herramientas, tal como definió Benjamín Franklin al ser humano, lleva a cabo por definición una actividad no instintiva, sino inventada por el hombre, actividad que además supone la ruptura de la fusión del animal con el objeto de sus necesidades. La ruptura de la actividad orientada directamente a la satisfacción de necesidades, lo que constituye para Marx el rasgo más esencial del ser humano, es al mismo tiempo la ruptura del dominio del ser por el instinto, su transformación en actividad instintoide, lo que significa un salto gigantesco en términos de libertad. Sin embargo, como seguimos naciendo con impulsos congénitos, está claro que somos inevitablemente seres necesitantes y, por tanto, que nuestra libertad empieza siempre donde acaban nuestras necesidades.

EN ESTA COINCIDENCIA entre Maslow y Marx concurre también Erich Fromm. Según él, en cierto punto de la evolución animal ocurrió una ruptura singular, la acción dejó de estar determinada en lo esencial por el instinto, dejó de estar determinada por mecanismos hereditarios dados, el animal trascendió la naturaleza, trascendió el papel puramente pasivo de la criatura; cuando todo ello pasó y la vida adquirió conciencia de sí misma, nació el ser humano. Esta gran ruptura, que Fromm considera comparable en importancia a la primera aparición de la materia, a la primera emergencia de la vida y al surgimiento de la primera vida animal, es para él punto de partida central sobre el cual desarrolla su concepción de la esencia humana, que construye con los conceptos de dicotomías existenciales y de necesidades humanas. "El hombre -dice- nunca está libre de la dicotomía de su existencia: no puede deshacerse de su mente que lo lleva a percatarse de sí mismo, de sus propias limitaciones e impotencia, y a visualizar su propio fin: la muerte; y tampoco puede deshacerse de su cuerpo, que lo hace querer mantenerse vivo. Por tanto, la razón, la bendición humana, es al mismo tiempo su maldición: lo obliga a luchar sempiternamente para intentar resolver una dicotomía irresoluble. El hombre es el único animal para quien su propia existencia constituye un problema que tiene que resolver y del cual no puede escapar."5

AUNQUE NINGUNO DE nuestros tres autores tiene una respuesta a la inquietante pregunta de por qué ocurre la ruptura, los tres constatan su papel central en la determinación de la esencia humana. El enfoque antropológico filosófico de Marx-Markus, el biológico sicológico de Maslow y el del sicoanálisis humanista de Fromm llevan a la misma conclusión central.

EN THE NAKED APE (en español se publicó como El mono desnudo), libro de Desmond Morris, he encontrado una explicación, no necesariamente válida ni la única posible, pero muy coherente, de por qué ocurre la ruptura. En términos generales la explicación es la siguiente: los predecesores biológicos del ser humano vivían en los árboles del bosque tropical, comían frutos, nueces, y algunos insectos y reptiles menores, caminaban en cuatro patas y no usaban herramientas; sin embargo, las patas delanteras habían ya desarrollado sus capacidades prensiles (como en los simios actuales), que entre otras cosas les facilitaban subir a los árboles y aprehender los frutos que constituían su alimento. Su cerebro había crecido ya (lo que no explica Morris). Se habían especializado, por una evolución de millones de años, en la vida en los árboles. La evolución que llevó al desarrollo de los simios ocurrió sólo en el viejo mundo. En América los monos nunca evolucionaron en simios. Cambios climáticos ocurridos hace unos 15 millones de años empezaron a reducir las áreas de bosques cálidos en el viejo mundo. Los simios ancestrales que se quedaron en el bosque evolucionaron a los grandes primates actuales. Pero algunos simios se vieron obligados a descender del bosque y, en situación de grave desventaja, tuvieron que convertirse en cazadores y competir con animales mejor dotados que ellos para la cacería.

ESTE ACONTECIMIENTO EVOLUTIVO es el que corresponde al mito bíblico de la expulsión del paraíso. La fuerte presión de sobrevivencia provocó cambios biológicos fundamentales en un largo proceso de adaptación, que incluye el cambio fundamental a la posición erguida, que libera las patas delanteras, las cuales se transforman en brazos y manos para la aprehensión de objetos, y amplía la mirada al horizonte. Se estaba fabricando un simio cazador, un simio matador, dice Morris. Se podría argumentar -continúa- que la evolución podría haber favorecido un cambio menos drástico y desarrollado un gato-simio matador o perro-simio matador más típico, por el simple proceso de alargar los dientes y las uñas y convertirlos en armas poderosas. Pero este camino habría supuesto poner a competir al simio con los perros y gatos matadores en sus propios términos y el resultado habría sido desastroso para los primates. "En cambio, un enfoque enteramente nuevo fue adoptado, usando armas artificiales en lugar de naturales, y funcionó (p. 21)". Del uso de herramientas encontradas (ramas de árboles, piedras) a la construcción de herramientas fue el paso decisivo según Marx-Markus y, como se aprecia en la cita, también lo fue para Morris. Los cambios ocurridos son, para este autor, biológicos, el nacimiento de una nueva especie, y no sólo culturales.6

LA EXPULSION DEL PARAISO, inducida por cambios climáticos, terminó por producir una nueva especie: el simio desnudo. Reinterpretar el mito bíblico de la expulsión del paraíso con los elementos anteriores es una gran tentación. Fromm ha hecho una tarea similar en su magistral libro Y seréis como dioses, para la cual, sin embargo, careció, me parece, de una visión como la que presenta Morris. Leemos en el Génesis: "Y dijo el Señor Dios: 'He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; ahora, pues, no sea que extienda su mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.' Por tanto, lo echó el señor Dios del jardín de Edén..."


1 Giörgy Markus, Marxismo y 'antropología', Grijalbo, Barcelona, 1973.

2 "Materialmente considerada, la riqueza consiste simplemente en la multiplicidad y variedad de las necesidades" (Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política borrador, 1857-1858, Grundrisse, vol. I, pp. 425-426; citado por Giörgy Markus, op. cit. p. 25).

3 No son, necesariamente, los ricos convencionales. Pueden incluir artistas creadores, científicos, líderes espirituales y algunos (probablemente pocos) políticos.

4 Su obra es muy amplia. Su libro más importante es Motivation and Personality (publicado originalmente en 1954, la tercera edición es de 1987. Longman, Nueva York).

5 Véase Erich Fromm, Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, Fondo de Cultura Económica, México, 1956, pp. 22 y siguientes.

6 Las ideas expresadas en estos párrafos han sido tomadas libremente de Desmond Morris, The Naked Ape, Dell Publishimg, Nueva York, 1999 (edición original, 1967), pp. 17-39. La explicación de Desmond Morris no la he podido cotejar, por falta de tiempo, con bibliografía considerada de mayor rigor científico y más reciente (el suyo es un libro de 1967, escrito por un científico, un zoólogo, pero destinado a la divulgación, que se convirtió en best seller).

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00 Exts: 4900 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.