México D.F. Viernes 13 de agosto de 2004
Preferible un triunfo de Chávez a la
inestabilidad, señalan políticos y empresarios
Silencio incómodo de EU sobre Venezuela
ante la constante alza del petróleo
Washington espera una mejor comunicación con
Caracas tras el referéndum: congresista
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington
y Nueva York, 12 de agosto. El gobierno estadunidense ha conformado
un grupo de trabajo de funcionarios de alto nivel de varias agencias en
Washington para monitorear de manera cercana el referendo revocatorio venezolano,
mientras que algunos políticos y líderes empresariales aquí
han concluido que tal vez es preferible un triunfo del presidente Hugo
Chávez en esta coyuntura, ya que sería la mejor manera para
garantizar la estabilidad de una nación que otorga 13 por ciento
de las importaciones de petróleo a este país.
"Que gane (Chávez) el referéndum sería
más constructivo para la estabilidad de los mercados petroleros
en el corto plazo porque los mercados saben con qué cuentan", afirmó
Lawrence Goldstein, presidente de la Fundación de Investigación
de la Industria Petrolera, en una entrevista con el New York Times.
"Ha-bría continuidad en la política. Eso es mejor que incertidumbre".
Tal vez eso explica el silencio incómodo sobre
Venezuela del gobierno estadunidense en esta coyuntura. El precio del petróleo
alcanzó hoy un nuevo récord (45.50 dólares el barril),
y el potencial de la inestabilidad en el país sudamericano podría
provocar un alza mayor, algo que podría tener consecuencias políticas
negativas para el presidente George W. Bush en estas últimas semanas
antes de la elección presidencial aquí.
El Departamento de Estado ha limitado sus pronunciamientos
públicos sobre el referéndum, y cuando La Jornada
preguntó hoy a un funcionario si Estados Unidos apoyaría
el resultado de un proceso juzgado como imparcial, aun si Chávez
ganara, respondió que "es decisión del pueblo venezolano".
Powell, cauteloso
El secretario de Estado, Colin Powell, en una declaración
difundida esta semana, dijo que la observación electoral efectiva
de las misiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y
del Centro Carter serán "vitales" para asegurar la credibilidad
del proceso. Agregó que "si es realizado libre, imparcial y transparentemente,
el referéndum será un paso importante hacia una solución
pacífica, electoral, democrática y constitucional a la larga
crisis política de Venezuela".
Estas declaraciones cautelosas contrastan dramáticamente
con las realizadas durante el golpe de Estado de abril de 2002, cuando
Washington, efectivamente, respaldó al liderazgo político
instalado que tomó brevemente el poder en Venezuela. Esa experiencia,
comentó hoy el senador Norm Coleman, ha causado que los funcionarios
aquí, en general, procedan con más cuidado. "Creo que hubo
un par de pasos erróneos anteriormente que nos han llevado a apartarnos
y decir: bueno, nada más hay que asegurar que esta cosa sea imparcial,
que haya transparencia y credibilidad en los resultados", afirmó
el presidente del subcomité del Senado encargado de política
exterior hacia América Latina en una entrevista por televisión.
El senador Coleman dijo que la situación en Venezuela
es de "preocupación particular" para Estados Unidos en parte por
los vínculos cercanos de Chávez con el presidente cubano,
Fidel Castro, y sus declaraciones sugiriendo su admiración a Osama
Bin Laden y sus críticas vociferantes al presidente Bush, incluida
la vez que lo llamó "pendejo". Agregó que "a pesar de algunas
de sus expresiones (de Chávez), la realidad es que esta consulta
está procediendo de manera muy satisfactoria para la mayoría
de los observadores".
El influyente senador Richard Lugar afirmó que
si Chávez gana, espera que Estados Unidos pueda desarrollar una
mejor comunicación con el líder venezolano dados los intereses
petroleros "vitales" para Estados Unidos en ese país.
Líderes empresariales y un sector del gobierno
estadunidense creen que todo tiene que girar sobre la prioridad de garantizar
el flujo del hidrocarburo y la estabilidad de ese país petrolero.
"No es que Wall Street quiera mucho a Chávez", explicó Roger
Tissot, director de la consultora PFC Energy en entrevista con el New
York Times. "Pero la comunidad financiera prefiere a un presidente
que conoce, que a un mes de tumulto político potencial en el que
cualquier cosa puede ocurrir".
La posición pública del gobierno estadunidense
es mantener la neutralidad. "Lo último que quiere Bush es que se
perciba que sus acciones sobre Venezuela sean la causa de un alza en los
precios del petróleo", opinó Peter Hakim, director del Diálogo
Interamericano en entrevista con Reuters.
El Fondo Nacional por la Democracia (NED, por sus siglas
en inglés) -fundación creada por y casi totalmente financiada
por el gobierno estadunidense para promover la democracia en el extranjero,
que ha sido frecuentemente criticada aquí y en Venezuela por otorgar
fondos para apoyar algunos sectores de la oposición a Chávez-
también insiste que se ha mantenido neutral en este proceso. "A
lo largo del último año hemos tenido un enorme enfoque de
apoyo a un proceso constitucional para resolver la disputa en Venezuela",
afirmó Chris Sabatini, director para América Latina, en entrevista
con La Jornada. Todos los grupos que apoya la NED hoy día,
aseguró, se han comprometido públicamente en aceptar el resultado
del referéndum.
La NED ha otorgado aproximadamente un millón de
dólares cada año, durante los últimos dos, en apoyo
para algunas ONG en Venezuela dedicadas, según el fondo, a fortalecer
el proceso democrático. Sabatini reconoce que la mayoría
de estos fondos se destinaron a grupos críticos de Chávez,
pero insistió en que no están financiando a grupos partidarios
en la disputa política, sino a los que están mejorando los
procesos democráticos tal como la promoción de la reforma
judicial y de las fuerzas de seguridad.
Pero la NED, la cual recibe la gran mayoría de
sus fondos del gobierno estadunidense, ha estado a la defensiva durante
estos últimos años porque varios de los que fueron nombrados
ministros en el gobierno interino por los que llevaron a cabo el golpe
de Estado fallido en 2002 habían recibido fondos de la NED o dirigían
organizaciones financiadas por ese organismo. Una investigación
dentro del Departamento de Estado después de que fracasó
el golpe concluyó que la NED y el Pentágono no habían
apoyado conscientemente el golpe, pero que sí "ofrecieron capacitación,
formación de instituciones y apoyo a individuos y organizaciones
que se sabía estaban activamente involucrados en sacar brevemente
al gobierno de Chávez".
Sabatini no disputa que algunos beneficiados con fondos
de la NED acabaron apoyando y hasta asumiendo puestos gubernamentales en
el gobierno que brevemente fue instalado por el golpe, pero insiste en
que esto no era la política de la organización y que ninguno
de esos grupos recibe ahora dinero.
Un grupo aquí ha obtenido casi 2 mil páginas
de documentos que detallan el apoyo de la NED para una amplia gama de agrupaciones
críticos del gobierno de Chávez. "¿Cómo es
posible que la NED diga que están apoyando la democracia cuando
están financiando a grupos que apoyaron el golpe?", pregunta Eva
Golinger, una de las personas que obtuvo los documentos y que también
encabeza el Comité de Solidaridad con Venezuela en Nueva York, un
grupo pro chavista.
Pero el mayor peligro para Chávez desde Estados
Unidos podría no ser, por ahora, la NED o Collin Powell, sino ese
sector de ideólogos conservadores dentro del gobierno de Bush y
su partido político que insisten en que Chávez tiene que
ser aislado y destruido como figura política. Estos conservadores,
tales como el ex asesor especial de la Casa Blanca Otto Reich, quien desempeñó
un papel en el endoso estadunidense del golpe en 2002, están trabajando
en formular argumentos para deslegitimizar un triunfo de Chávez
el domingo.
Pero en un año electoral aquí, con los precios
de petróleo en sus niveles más altos, los moderados dentro
del gobierno y el sector empresarial podrían ser los que determinan
la política estadunidense en esta coyuntura. Tal como lo formuló
el senador Coleman hoy, "más allá de la retórica,
(Chávez) mantiene la oferta de petróleo a Estados Unidos.
Aún promueve la inversión extranjera. Mientras la retórica
podría resonar en algún lugar, las acciones no son para nada,
saben, fieramente antiestadunidenses".
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