México D.F. Viernes 13 de agosto de 2004
Presentan Proyecto aeropuerto en el Teatro
de la Ciudad
Jóvenes artistas buscan el ritual sonoro y la
metáfora poética
Ese trabajo multidisciplinario forma parte de la versión
cuatro del festival Viva Vivaldi, que concluirá el domingo
ANA MONICA RODRIGUEZ
La acción escénica sucede en la sala de
espera de un aeropuerto.
No hay sobrecargos ni mares de gente, sólo dos
violinistas y un dueto de bailarinas quienes se interrelacionan mediante
la música clásica y la danza contemporánea.
Del fondo del escenario surgen dos imágenes que
se mueven al compás de los violines, cuyo sonido se mezcla con el
estruendo del despegue de un avión. En contraste del tremar de las
turbinas, los violinistas ejecutan, sentados sobre maletas, melodías
amables y recrean una atmósfera musical barroca con sus ejecuciones.
La compañía Memoria de Cinco Cielos, integrada
por jóvenes artistas del Centro Nacional de las Artes, presentó
anoche Proyecto aeropuerto en el Teatro de la Ciudad, obra creada
por los violinistas Israel Torres y Gamaliel Sebatal Jamayote, y las bailarinas
Daniela Hernández y Erika Canseco.
Este trabajo multidisciplinario forma parte de la cuarta
versión del Festival Internacional Viva Vivaldi, que concluirá
el próximo domingo en el Casino Español con la ejecución
de la orquesta que lleva el nombre de la fiesta musical de verano.
Todo de memoria, sin uso de partituras
''Queremos romper esquemas e innovar. Para cualquier músico
es algo fuera de serie estar en un escenario con bailarinas y aprenderse
todo de memoria, sin el uso de partituras", explica Israel Torres.
''La naturaleza de un aeropuerto -abunda el joven violinista-
se caracteriza por ser un espacio neutral y a la vez internacional, atributos
que comparte con la música, la danza y el arte en general."
Emociones como la nostalgia, agrega el músico de
20 años, son recreadas en este espectáculo mediante piezas
de Vivaldi, Bach, Haendel y las csardas de Monti, música
gitano-húngara.
Para representar en el escenario esos sentimientos, el
colectivo artístico recurre a un juego de luces y video, además
de los diversos sonidos que distinguen el ''espacio alternativo" de una
sala de espera.
La coreógrafa Daniela Hernández define a
un aeropuerto como ''tierra de nadie" y lo asemeja a un centro comercial.
''Esos lugares son como junglas artificiales donde la
frialidad es una sensación que predomina entre la gente que casualmente
se encuentra por ahí."
Proyecto aeropuerto, definen sus creadores, es
una obra que busca el ritual musical y la metáfora poética
La sala de espera de una terminal aérea, esa ''tierra
de nadie'' sirve de escenario para que dos violinistas y un dueto de bailarinas
combinen la música clásica y la danza contemporánea
en el espectáculo a cargo de la compañía Memoria de
Cinco Cielos, integrada por noveles artistas FOTOS GUILLERMO SOLOGUREN
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