Anuncia cambios en la metodología, en la cual incluirá factores sociales

Descarta el WEF que México mejore en la escala mundial de competitividad

DAVID ZUÑIGA

Este año México seguirá prácticamente estancado en la clasificación mundial de competitividad, lo que dejará al país en desventaja a medida que la globalización entre en la era de la ''hipercompetencia'', anticipó el economista jefe y director del Programa Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), Augusto López-Claros.

El especialista anunció que la evaluación, elaborada con una nueva metodología, se presentará el 13 de octubre en Nueva York, pero pronosticó que no habrá cambios significativos en la posición de México, que ha perdido competitividad desde el comienzo de la actual administración. En la medición de 2003 México quedó en el lugar 53 en una lista de 80 países. Un año antes estaba en el sitio 45.

Por su parte, el presidente ejecutivo del WEF, José María Figueres, advirtió que cifrar las esperanzas de crecimiento en la recuperación de Estados Unidos es un error porque ese país no tardará en resentir los efectos de los errores macroeconómicos que ha cometido.

Al participar en la ponencia Los retos de la globalización en el siglo XXI en el ITAM, el ex presidente de Costa Rica informó que el WEF aplicará una metodología ''más rica y completa'' para medir la competitividad de los países e incluirá factores como pobreza, calidad de las instituciones, concentración del ingreso, seguridad pública y cuestiones de género a fin de que el documento realmente influya en el diseño de políticas públicas.

Figueres señaló que América Latina debe lograr acuerdos para diseñar políticas ''de Estado'' que sigan su curso sin importar qué partido gobierne.

Por su parte, López-Claros, matemático y economista, pronosticó que para 2020 el mundo tendrá 8 mil millones de personas y 9 mil millones para 2050. La mayor parte de los nuevos habitantes, agregó, se hacinarán en las ciudades de los países subdesarrollados.

Además, la competencia por atraer capitales para generar empleos será cada día más feroz. Por ejemplo, el norte de Africa tendrá un crecimiento fenomenal de su fuerza de trabajo. Aun si creara 80 millones de empleos de aquí a 2020 sólo mantendría su elevada tasa de desocupación actual. Para empezar a reducirla tendría que generar al menos 100 millones de plazas.

América Latina también se enfrentará a la pujanza de Europa del Este, que además de tener una población con mejor nivel educativo, ha hecho reformas para adaptarse a la globalización y la competencia.

Mientras, Figueres advirtió que la situación mundial ''no es nada fácil'' porque no existen locomotoras que impulsen el crecimiento de la economía mundial ni las regionales y persisten ''grandes dudas'' sobre el futuro de Estados Unidos, que arrastra un déficit fiscal de más de medio billón de dólares y un desequilibrio comercial de más de 53 mil millones.

En los países de la Unión Europea, agregó, hay resistencia a aplicar reformas que fortalezcan las finanzas públicas y el reciente repunte económico de Japón reducirá el interés en hacer cambios. Entretanto, China e India están en vías de convertirse en las fábricas del mundo, pero quedan lejos de ser el motor de la economía mundial.

La disyuntiva, agregó, es avanzar en la solidaridad y el desarrollo sustentable o en la intolerancia y la exclusión, que pueden hacer el mundo todavía más inseguro.

Figueres identificó cuatro grandes obstáculos a la viabilidad de la globalización: la exclusión económica y la frustración de grandes grupos de la población; una exclusión política que hace a los jóvenes sentirse aún más alejados de la toma de decisiones sobre asuntos públicos; la incapacidad del modelo globalizador para resolver problemas mundiales como la contaminación ambiental, aunada a la falta de capacidad del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para enfrentar los problemas económicos del mundo moderno, y la inexistencia de un marco regulatorio que controle la liberación del mercado global.