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México D.F. Sábado 21 de agosto de 2004
Tlachinollan: Salud debe revisar su política
de planificación e indemnizar a víctimas
Demandan sancionar a responsables de esterilizaciones
forzadas en Guerrero
Realizar la vasectomía a indígenas con
promesas y engaños no es un hecho aislado, dice
ROSA ROJAS
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan
(CDHMT), de Guerrero, afirmó que en esa entidad "la esterilización
forzada de indígenas por medio de engaños no es un hecho
aislado" y demandó que la Secretaría de Salud (SS) local
acepte y dé cabal cumplimiento a la recomendación 35/2004
emitida por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (CDDH)
estatal, de que se sancione a los funcionarios responsables de la esterilización
forzada de 14 indígenas me phaa (tlapanecos) de El Camalote, municipio
de Ayutla, se indemnice a las víctimas y revise sus políticas
de planificación para garantizar que estos actos no se repetirán.
La
CDDH precisa en su recomendación que dichas políticas de
planificación familiar deben ajustarse a la norma oficial mexicana
NOM 005-SSA2-1993 y al convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) sobre información de programas de salud a los
pueblos indígenas.
Tlachinollan recordó que ya antes, en la región
de los na savi (mixteca guerrerense), también en el municipio de
Ayutla, otros 16 indígenas fueron convencidos de esterilizarse "bajo
el mismo método de promesas y engaños". Este caso ameritó
la emisión de la recomendación 041/99 de la Comisión
Estatal de Derechos Humanos, misma que fue remitida a la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH) "por la negativa de la Secretaría
de Salud para dar cumplimiento, procediendo dicho organismo nacional a
confirmar el veredicto local mediante la correlativa recomendación
18/2001".
Agregó que, de acuerdo con lo publicado en un diario
local, el jefe del departamento jurídico de la SS estatal, Luis
Enrique Díaz Rivera, acusó a Tlachinollan "de tener intereses
económicos en el presente caso, lo que a todas luces constituye
una argucia defensiva y evasiva" y un argumento falaz. "Resulta preocupante
que casos tan evidentes, bien documentados y, sobre todo, sustentados,
no sólo por este centro de derechos humanos, sino también
por otros dos organismos públicos de defensa de las garantías
individuales, no generen una actitud autocrítica de la dependencia
responsable, sino que la respuesta sea descalificar a los defensores de
derechos humanos", indicó.
Los derechos fundamentales deben constituir un elemento
sustancial de las políticas públicas de gobierno, enfatizó;
"sin embargo, parece ser que las tendencias del pasado que ubican la defensa
de los derechos como enemigo, continúan vigentes, pues sólo
eso explica que la defensa del sector salud sea mediante la ofensa hacia
los defensores de los derechos humanos".
Detalló el CDHMT que Silverio Remigio Guzmán,
Bibiano García Santiago, Bonifacio García Cruz, Crisóforo
Manzanares Lorenzo, Artemio Cruz Vicente, Modesto Manzanares Lorenzo, Manuel
Cruz Victoriano, Julio Bolaños Lorenzo, Marcelino Santiago Flores,
Cipriano Santiago García, Lázaro Carranza Oropeza, Mauricio
Cruz Morales, Arnulfo Cruz Concepción y Pascual Eugenio Cruz, el
15 de abril de 1999 y el 11 de julio de 2001 "fueron cooptados" por la
brigada sanitaria compuesta por el médico general operativo Ernesto
Guzmán León, por el promotor médico Rafael Almazán
Solís y por la enfermera Mayra Ramos Benito, quienes les prometieron
diversos beneficios gubernamentales a cambio de que aceptaran esterilizarse.
Los citados funcionarios de la SS estatal prometieron
a los me phaa, a cambio de la vasectomía, que les construirían
una clínica en su comunidad, donde habría un médico
de planta y que la clínica iba a tener todos los medicamentos necesarios
para su atención. Además "les darían despensas, ropa,
cobijas, vivienda y cada año les proporcionarían una beca
para sus hijos".
Un método similar se utilizó para convencer
en el mismo sentido a 16 indígenas de las comunidades La Fátima,
Ojo de Agua y Ocotlán, también del municipio de Ayutla, para
esterilizarse. "Como se puede observar estamos en presencia de dos casos
que suman el total de 30 indígenas que han sido víctimas
del mismo método anómalo de esterilización. Si bien
tanto los me phaa como los na savi expresaron su consentimiento en términos
de realizarse la vasectomía, dicha voluntad fue motivada a causa
de las promesas anómalas expresadas por la brigada sanitaria, mismas
que al pasar el tiempo no fueron cumplidas", apunta el Centro Tlachinollan.
Agrega que "en materia de los derechos sexuales y reproductivos
el consentimiento informado constituye la pieza clave para analizar este
tipo de casos. El motivo que debe determinar la voluntad de toda persona
para adoptar cualquier método de planificación familiar debe
ser una decisión libre e informada para optar por determinado método
de control de la natalidad; sin embargo, en estos casos la determinación
de los indígenas para adoptar un método de esterilización
fue provocada por las promesas y ofrecimientos dolosos de los funcionarios
del sector salud; es decir, su voluntad fue expresada no por la finalidad
de controlar el nacimiento de sus hijos, sino por la necesidad de contar
con un médico de planta, una clínica abastecida de medicamentos,
despensas, becas, cobertores y demás artículos de básica
subsistencia. Sacrificaron sus funciones reproductivas a cambio de un derecho
que por ley les corresponde, que además no fue cumplido".
En pocas palabras, agrega, el método utilizado
por el sector salud "fue abusar de la pobreza y necesidades de subsistencia
de los indígenas para convencerlos de (realizarse) la vasectomía,
por lo que a todas luces el consentimiento otorgado por los Me phaa y al
que se aferra la Secretaría de Salud para justificar su actuar se
encuentra manipulado, toda vez que no estamos en presencia de un consentimiento
informado, sino ante un consentimiento viciado".
Resalta que, ante la existencia de 30 agraviados, "no
se podría argumentar que se trata de casos aislados. Desde 1999
y posteriormente en 2001, tanto la Comisión Estatal como la Nacional
de Derechos Humanos solicitaron a la Secretaría de Salud que revisaran
sus políticas de planificación familiar; sin embargo, la
dependencia ha sido omisa y finalmente permisiva de dichas conductas, pues
a la fecha los funcionarios responsables siguen en servicio".
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