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México D.F. Sábado 21 de agosto de 2004
Juan Arturo Brennan
Medio maratón electrónico
Con el título Sismo 04 se llevan a cabo los trabajos de la Bienal Internacional de Música Electroacústica, evento que en el contexto de una serie de conciertos, cursos, conferencias y simposios tuvo el miércoles su momento culminante en la forma de un extenso maratón (ocho horas) de música electrónica en vivo. Allá fui, pues, a la sala Nezahualcóyotl, con la saludable intención de darle una buena mordida al mencionado maratón; alcancé a escuchar 10 obras en cuatro horas, y el resultado de la sesión fue realmente variado, valioso y musicalmente muy coherente. Si tuviera que destacar una entre esas 10 obras, me quedaría probablemente con la última que escuché. Se trata de Mu 03, improvisación a cargo del colectivo Mu, en la que a partir de tres computadoras, sonidos pregrabados, micrófonos, fuentes sonoras concretas y la acción escénica de una bailarina-actriz se generó una muy interesante dramaturgia sónica, cimentada en el micrófono-sensor con el que la intérprete convertía sus movimientos en sonidos que eran procesados en tiempo real por las computadoras y de inmediato insertados en el sistema. Igualmente sólida resultó la pieza Resonancia de Ricardo Cortés, quien propone una voz femenina en vivo (a cargo de Denisse de Ramery) que además de ser fuente sonora se convierte en el elemento de control y modificación de los procesos electroacústicos. Las cualidades de la línea vocal creada por Cortés (que va de lo mediterráneo a lo oriental, de lo modal a lo microtonal) fueron ideales como punto de partida para generar el entorno electrónico. También fue presentada la obra Inasible, a cargo de un colectivo que lleva el eufónico nombre de Resistol Vomitado. La pieza está articulada a partir de repeticiones sucesivas de numerosos elementos sonoros, apoyadas en algunos pedales de baja frecuencia, y complementada con la presencia de referencias instrumentales específicas. Alejandro Casales ofreció su obra Espiral de Kippenberger, de estructura casi clásica bajo un esquema A-B-a que en su primera parte crea una etérea y sutil campanología, para luego derivar hacia una dinámica percusiva y acentuada y volver finalmente a una cuasi rexposición, muy breve, de la campanología inicial. Con la participación del saxofonista Rodrigo Garibay, el compositor Sergio Luque dio a conocer To and from (adult male courtship song), pieza en la que el saxofón provee fundamentalmente notas aisladas y estáticas (con mucho trabajo de multifónicos y digitaciones alternativas) que son convertidas en la materia prima para un activo y complejo proceso de modificación electrónica. Manrico Montero (apodado DJ Linga) ejecutó su pieza Cultura de la reverberación, tejido sonoro aguerrido y vital, primera pieza del maratón en aludir directamente a sonidos vocales evidentes y con un muy complejo procesamiento del sonido sobre la marcha. Pieza de buena dramaturgia en sus contrastes dinámicos, que finaliza con una larga sección que deja la impresión de una gran kalimba eléctrica. Entre las 10 piezas escuchadas a lo largo de este medio maratón, quizá la única que dejó dudas en cuanto a sus elementos expresivos fue Endoscopia, de Retraktor Mantle y José Luis García Nava, más "musical" que las demás en el sentido de una propuesta armónica demasiado anecdótica y del planteamiento de niveles sonoros que casi generan una especie de contrapunto no del todo resuelto.
A partir de lo visto y escuchado en este medio maratón electrónico, es posible sacar varias conclusiones, a saber:
1. Cuatro horas de música electrónica pueden resultar una experiencia sonora de lo más variada, ilustrativa y saludable.
2. En México se está haciendo mucha más música electrónica de lo que pudiera suponerse, y no toda es producida en la capital.
3. Más allá de la estética punchis-punchis y de la incomprensible adulación de la que son objeto los DJs de hoy, se está creando música electrónica de muy buen nivel bajo el concepto de las obras de concierto y, de manera importante, en el ámbito de las intervenciones interdisciplinarias y multimedia.
4. Hace falta mayor conocimiento y difusión de la música electrónica, medio fundamental del discurso sonoro actual en el que pueden encontrarse muchas cosas valiosas que rebasan ampliamente las fronteras de las rolas bailables y la música ambiental.
Simple colofón numérico: al inicio del maratón éramos 19 en la sala. Al retirarme, cuatro horas después, la población había crecido hasta 53 aguerridos electrómanos. Lástima, porque la sesión fue realmente interesante.
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