México D.F. Lunes 23 de agosto de 2004
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Bancos: escamotean impuestos y presionan al erario por el rescate
Pese a ganancias, siguen sin pagar gravámenes
SIGUE LA FIESTA: comenzó con Ernesto Zedillo y se mantiene con Vicente Fox, sin "cambio" alguno; junto a ellos, tres serviciales secretarios de Hacienda (Guillermo Ortiz, José Angel Gurría y Francisco Gil Díaz) han garantizado que las arcas nacionales permanezcan al servicio de los bons vivants disfrazados de banqueros.
"BIEN VALE LA pena el esfuerzo de pagar impuestos, si es a cambio de eso que tanto necesita nuestro país", ha dicho el inquilino de Los Pinos, siempre en referencia a los mexicanos de a pie, nunca a los barones del dinero, porque éstos no dejan de "capitalizar" sus bancos pero a costillas del erario y con la venia gubernamental.
EL HECHO ES que "mientras el gobierno federal y algunos estatales iniciaron esta semana una campaña para promover un incremento en la carga a los contribuyentes cautivos, las instituciones bancarias que operan en el país, prácticamente todas extranjeras, mantienen un subsidio fiscal directo del Estado que les permite contabilizar en sus activos impuestos no pagados por un monto de 36 mil 623.1 millones de pesos, de acuerdo con reportes oficiales. El conjunto de las instituciones del sistema bancario incluyen en sus activos estos impuestos no pagados al fisco, lo que además de constituir un subsidio fiscal permite que no aumenten los requerimientos de reservas mínimas de capital" (La Jornada, Roberto González Amador)
EL HECHO, TAMBIEN, es que lo anterior viola la propia normatividad que el gobierno federal determinó desde septiembre de 1999, cuando la Secretaría de Hacienda, entonces a cargo de José Angel Gurría, emitió las "reglas para los requerimientos de capitalización para las instituciones de banca múltiple, así como las reglas para la calificación de la cartera crediticia de las mismas", las cuales, entre otros elementos, calendarizaba -por llamarlo de alguna manera- la amortización de impuestos diferidos (causados pero no enterados) por las mencionadas instituciones.
AUNQUE LA PRACTICA bancaria de diferir el pago impuestos fue autorizada en 1995 por el gobierno zedillista, tras el estallido de la crisis, tal reglamentación sólo se estableció el 21 de septiembre de 1999, y ella precisaba: "Cuando los bancos tienen pérdidas fiscales o excedentes de provisiones para cartera mala que rebasan el tope fiscal se genera un derecho para reducir en el futuro el pago de impuestos al gobierno federal. Este activo se podrá amortizar cuando, al generar utilidades, tengan que pagar impuestos, y en lugar de tener que desembolsar efectivo utilicen la cuenta de impuestos diferidos. Es así que el valor de este activo esta condicionado a la futura generación de utilidades.
"ANTERIORMENTE, SE INCLUIA la totalidad del activo generado por este concepto, como parte del capital básico. En las nuevas reglas de capitalización su inclusión se limitará a 20 por ciento de dicho capital y el régimen definitivo entrará en vigor al inicio del año 2003, estableciendo su participación en el capital básico durante el periodo de transición de acuerdo con la siguiente tabla (con una reducción gradual): año 2000, 80 por ciento; 2001, 60 por ciento; 2002, 40 por ciento y 2003, 20 por ciento".
TAL REGLAMENTACION SE publicó en el Diario Oficial de la Federación el 22 de septiembre de 1999 y fueron "fortalecidas" tres meses después. Nuevas modificaciones -"para bien"- a la regulación se registraron en febrero y octubre de 2000, pero el calendario de amortización de impuestos diferidos no sufrió alteración alguna, es decir, se limitarían de forma gradual hasta el 2003, cuando la participación de tales impuestos no rebasaría el 20 por ciento del capital básico de los bancos.
AL CIERRE DE junio de 2004, de acuerdo con el informe de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, por impuestos diferidos las instituciones bancarias adeudaban al fisco 36 mil 623.1 millones de pesos y el capital básico sumaba 177 mil 657.4 millones de pesos. Aparentemente la reglamentación se habría respetado, porque tales impuestos representaban 20.61 por ciento del referido capital. Sin embargo, no es así.
LOS IMPUESTOS DIFERIDOS por el español BBVA-Bancomer y el estadunidense Banamex-Citigroup representan casi 80 por ciento del total adeudado por tal concepto (18 mil 835 y 9 mil 92.5 millones de pesos, respectivamente) y su proporción dentro del capital básico rebasa por mucho la norma.
EN EL CASO de BBVA-Bancomer, los impuestos diferidos representaron el 49.6 por ciento de su capital básico, 148 por ciento más de lo permitido por la citada reglamentación, mientras que en el caso de Banamex-Citigroup tales impuestos significaron el 26 por ciento de su capital básico, es decir, 30 por ciento por arriba de lo oficialmente autorizado.
DE ACUERDO CON el informe de la CNBV una situación similar se observa en el británico HSBC, antes Bital: los impuestos diferidos (2 mil 515 millones de pesos) por él adeudados representaron casi 25 por ciento de su capital básico, es decir, que rebasa la norma en una proporción igual.
DE LOS CUATRO principales bancos que operan en el país, sólo Mercantil del Norte -aún bajo control de mexicanos- reporta una relación incluso menor a la reglamentada para la relación impuestos diferidos-capital básico, que al cierre de junio pasado fue de 11.5 por ciento.
EN LOS ULTIMOS cuatro años, la banca comercial acumula utilidades cercanas a los 80 mil millones de pesos y el saldo de los impuestos por ella diferidos es de 36 mil 623.1 millones de pesos, es decir, una relación superior a 2 por uno, obviamente a favor del primer concepto citado. De hecho, en 2003 las instituciones obtuvieron más de 29 mil 300 millones de pesos y por impuestos diferidos pagaron al fisco 202 millones de pesos, monto equivalente a 0.69 por ciento de sus ganancias netas, negocio redondo.
EN RESUMEN, GRACIAS a la voracidad de los banqueros y a la bonhomía gubernamental el país no sólo se quedó sin banca (y la referencia no se limita a la propiedad), sino que ha perdido, pierde, una muy buena rebanada fiscal, mientras los bancos se "capitalizan" a costillas del erario y éste todavía les paga el "rescate".
Las rebanadas del pastel:
PARA SALIR DEL hoyo, el deporte mexicano necesita la entereza y voluntad de muchos como él: en Atenas, Saúl Mendoza ganó medalla de plata en la prueba de 1500 metros en silla de ruedas. [email protected]
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