México D.F. Jueves 26 de agosto de 2004
Equivale a 12% del valor de la economía
nacional
Costará $815 mil millones el rescate financiero
del ISSSTE
El monto, superior al aplicado para bancos y carreteras
ANGELES CRUZ ENVIADA
Ixtapan
de la Sal, Mex., 25 de agosto. A diferencia de lo ocurrido con el régimen
de jubilaciones y pensiones (RJP) de los trabajadores del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), el gobierno federal aportará, con la figura
de un "bono de reconocimiento", 815 mil millones de pesos para el rescate
financiero del esquema respectivo del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el cual es más
grande que el realizado con los bancos y las carreteras.
Ese monto de 815 mil millones de pesos debería
encontrarse en el inexistente fondo de retiro para solventar las obligaciones
laborales del instituto con los más de 2 millones de burócratas,
quienes se supone que podrían cobrar esa suma como pensión
si hoy cubrieran los requisitos para el retiro.
Ese dinero, cuatro veces superior al pasivo contingente
del IMSS en su carácter de patrón, se ha destinado a otras
acciones, entre ellas a cubrir las pensiones en curso de pago de los más
de 400 mil ex trabajadores del ISSSTE.
Benjamín González Roaro, director del instituto,
presentó ante los integrantes de la Comisión de Seguridad
Social de la Cámara de Diputados la propuesta detallada del gobierno
federal para la reforma en pensiones, según la cual sólo
se estaría transparentando la deuda ya existente.
El modelo propuesto y coordinado por la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público plantea "cortar la trayectoria
explosiva" del déficit financiero generado por la insuficiencia
presupuestal para cubrir las pensiones en curso de pago, que este año
equivale a 25 mil millones de pesos.
Para lograr una solución definitiva a la crisis
financiera del ISSSTE, las autoridades ya cuentan con una propuesta de
reforma integral del organismo y por primera vez se presentó de
manera pormenorizada ante los diputados, en el encuentro al que también
asistió Alonso García Tamez, subsecretario de Hacienda.
Una parte de dicho proyecto tiene que ver con la creación
de un sistema de pensiones basado en cuentas individuales -similar al que
ya opera para los trabajadores del apartado A, afiliados al IMSS- a las
que se incorporarían los empleados de nuevo ingreso y los actuales.
Con el apoyo de José Antonio González, director
de Seguros y Valores de Hacienda, González Roaro explicó
que para estos últimos se plantea un esquema de transición,
por el que el Estado depositará en forma de bono la cantidad de
recursos a los que tendrían derecho los empleados si cumplieran
los requisitos para el retiro; es decir, el beneficio en valor presente
de las pensiones que equivalen a 815 mil millones de pesos, 12 por ciento
del producto interno bruto.
Ya no habrá edad mínima de retiro, actualmente
de 55 años y 15 de cotización, por lo que los empleados podrán
jubilarse cuando hayan ahorrado lo suficiente para tener acceso a una pensión
del doble de la mínima que el Estado garantizará a quienes
cumplan 65 años de edad, aparte del monto de sus ahorros.
De acuerdo con la explicación de González
Roaro, el trabajador elegirá su edad de retiro dependiendo del tamaño
de la pensión que desee, que se integrará con el dinero depositado
como "bono de reconocimiento" más las aportaciones que se hayan
acumulado a partir de la entrada en vigor de la reforma a la ley y los
intereses de ambos montos.
Si llegara el momento en que el trabajador activo completase
un ahorro que le permitiera disfrutar de una pensión del doble de
la mínima garantizada por el Estado (salario mínimo), se
podrá retirar independientemente de la edad que tenga.
En caso contrario, mientras no reúna suficiente
dinero en su cuenta individual para lograr esas dos pensiones mínimas,
el burócrata tendrá que seguir laborando hasta la edad de
65 años, cuando el Estado se responsabilizará de completar
la pensión de un salario mínimo mensual.
Los de nuevo ingreso empezarían a laborar en el
ISSSTE bajo las nuevas condiciones para el retiro, de tal suerte que su
fondo se integraría, igual que el de quienes ya laboran en el organismo,
con su aportación de 3.5 por ciento del salario base de cotización,
3.5 por ciento que aportan las dependencias, 2 por ciento del Sistema de
Ahorro para el Retiro y 5 por ciento del fondo de vivienda.
Según el proyecto oficial, que se prevé
será presentado al Congreso de la Unión apenas se inicie
el periodo ordinario de sesiones, los nuevos trabajadores tendrán
garantizada la pensión con base en su ahorro, el cual, a su vez,
variará dependiendo del nivel salarial de cada uno.
La iniciativa del gobierno federal coincide con lo acordado
por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y con la de la Convención
Nacional Hacendaria (CNH), que también apoyan la individualización
de los fondos de pensiones.
González Roaro dijo que la administración
de los fondos para el retiro estará a cargo de los organismos privados
ya existentes. No obstante, los gobernadores del estado de México
y Nuevo León, Arturo Montiel Rojas y José Natividad González
Parás, respectivamente, comentaron el acuerdo de la Conago, según
el cual dicha administración podría ser manejada por algún
organismo del sector privado, público o social.
Opinan gobernadores
Los gobernadores estuvieron durante la mañana en
la reunión que los legisladores realizaron en esta ciudad. Resaltaron
que los trabajadores no tienen responsabilidad en la crítica situación
financiera del ISSSTE, pero existe la necesidad de establecer un "modelo
nacional de seguridad social que procure la viabilidad financiera, la portabilidad
y la comunicación de sistemas de pensiones, así como el establecimiento
de una pensión mínima garantizada por el gobierno federal,
la universalidad a mediano plazo y, al mismo tiempo, procurar el incremento
de la cobertura y la optimización de la infraestructura médica".
Ambos mandatarios estatales expusieron los beneficios
obtenidos en sus entidades con las reformas a los regímenes de pensiones
de los trabajadores locales, mediante los cuales se conformaron sendos
sistemas de cuentas individuales.
La propuesta de la Conago plantea, además, que
el Estado mantenga y fortalezca su papel de rector, promotor, regulador
y garante de la seguridad social; garantizar la seguridad jurídica
de la pensión; dotar de solidaridad y equidad al sistema; que siente
las bases para alcanzar la universalidad en el mediano plazo, y dar a las
instituciones viabilidad financiera.
Según González Parás, las reformas
de corto plazo no requieren que se concrete la reforma fiscal, lo que sí
será indispensable cuando se plantee la universalización
del esquema de retiro.
Según las previsiones del gobierno federal, transmitidas
por el director del ISSSTE, cada año que se pospone la reforma integral
a la ley del organismo el pasivo se incrementa en 120 mil millones de pesos,
lo que significa que al mes el aumento es de 10 mil millones de pesos.
De ahí que para González Roaro "llegó
la hora de la reforma del ISSSTE y avanzar a pasos acelerados", porque
los costos financieros y sociales del déficit institucional ya trascendieron
a la administración pública y estatal. En poco tiempo, advirtió,
el crecimiento de la deuda del instituto "será totalmente impagable".
De acuerdo con el proyecto del gobierno federal, bajo
el nuevo esquema para el retiro, el déficit, que este año
asciende a 25 mil millones de pesos, tendrá inicialmente un agregado
de 13 mil millones de pesos como "costo de la transición". Ambas
cantidades se reducirán de manera paulatina hasta que en 2008 empiecen
a verse los primeros ahorros, aunque la insuficiencia presupuestal persistirá
durante 25 o 30 años, admitió.
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