México D.F. Jueves 26 de agosto de 2004
Cheney admite que tiene una hija lesbiana, como
parte de la estrategia a seguir
Busca el Partido Republicano suavizar la imagen
ultraconservadora de Bush
Durante la convención proyectarán a un
presidente moderado, incluyente y tolerante
El mayor esfuerzo de las campañas electorales
en EU, en busca del voto de los indecisos
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 25 de agosto. El vicepresidente
Dick Cheney reconoció públicamente esta semana que una de
sus hijas es lesbiana y agregó que está en desacuerdo con
la posición oficial del presidente George W. Bush sobre las relaciones
homosexuales, en lo que casi seguramente fue otro paso más de la
estrategia de la Casa Blanca para suavizar el perfil ultraconservador y
hasta extremista de esta presidencia ante los votantes indecisos moderados,
quienes determinarán el resultado de la elección general
en noviembre.
Esta
estrategia estará plenamente a la vista en la Convención
Nacional Republicana que se celebra la próxima semana en Nueva York.
El borrador de la plataforma nacional republicana que será aprobada
por los delegados expresa posiciones muy conservadoras como el apoyo a
enmiendas constitucionales prohibiendo el matrimonio entre homosexuales
y el aborto. Pero seis de los 11 principales oradores que ocuparán
los tiempos más codiciados del evento -los que se trasmitirán
en vivo por las cadenas nacionales de televisión- están en
desacuerdo con una o ambas de estas posiciones fundamentales de la plataforma.
Los republicanos comparten con sus contrincantes demócratas
la evaluación de que en esta competencia electoral hasta 80 por
ciento de los votantes probables ya han decidido su voto en favor de Bush
o el candidato demócrata John Kerry. Por lo tanto, según
sus cálculos, casi todo el esfuerzo de las campañas en los
últimos dos meses que culminarán con la elección general
del 2 de noviembre está centrado en obtener los votos de los "indecisos"
que en su mayoría, aparentemente, son centristas (esta lógica
electoral considera implícitamente que hasta la mitad del electorado
no votará o está en estados donde el nivel de participación
no tendrá gran impacto en el resultado nacional).
Es esta estrategia la que llevó a la Casa Blanca
a designar al ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani -el político
que se convirtió en héroe nacional por su manejo de la emergencia
después del 11 de septiembre- como el orador principal de la primera
noche de la convención nacional.
A primera vista Giuliani podría ser considerado
una opción rara ya que sobre una amplia gama de temas no comparte
las posiciones de Bush: apoya el derecho al aborto, las relaciones homosexuales
y el control de armas privadas -tres posiciones contrarias a las del presidente.
Pero su presentación ante las cámaras nacionales hará
mucho para proyectar una imagen moderada del partido del presidente y suavizará
la imagen ultra derechista de la Casa Blanca.
Giuliani no estará solo en el podio. Otros de los
principales oradores anunciados incluyen al gobernador de California Arnold
Schwarzenneger, el senador John McCain, el alcalde de Nueva York Michael
Bloomberg, el gobernador del estado de Nueva York, George Pataki y hasta
un demócrata, el senador Zell Miller de Georgia. Habrá decenas
de oradores más durante los cuatro días de este festejo que
culminará con la nominación formal de Bush como el candidato
presidencial del partido, pero sólo este grupo de oradores, y cuatro
más, están programados para tomar el micrófono entre
las 10 y 11 de la noche, cuando las principales cadenas nacionales de televisión
trasmitirán en vivo el evento.
Como resultado la imagen proyectada desde esta convención
ante probablemente el público televisivo más amplio que gozarán
los republicanos antes de la elección será de un partido
moderado e incluyente, y de un presidente tolerante a las opiniones disidentes
sobre sus posiciones.
"Creo que es muy inteligente tener a los Giuliani y los
Schwarzenneger (del partido)", comentó el representante republicano
James Greenwood al New York Times. "Obviamente, esta competencia
será determinada por los votantes moderados de ambos partidos",
dijo, y concluyó: "lamento que mi partido no haya logrado saber
cómo hacer esto todos los años".
Greenwood forma parte de un grupo de legisladores federales
republicanos que decidieron no buscar la relección porque sienten
que su partido ya no está dispuesto a aceptar sus opiniones como
parte del debate político. Algunos como el senador John McCain decidieron
mantenerse en la Legislatura para poder enfrentar públicamente a
Bush sobre asuntos como la reforma del sistema de financiamiento político
y otros temas.
El liderazgo del partido disputa que existe falta de espacio
dentro de su organización y señala que el borrador de la
plataforma política que se aprobará la próxima semana
expresa posiciones diversas sobre toda una gama de temas contenciosos.
A la vez, varios políticos ultraconservadores se han quejado de
que el programa principal de la convención está lleno de
figuras que apoyan el derecho al aborto, por lo que el partido aceptó
agregar a los senadores Rick Santorum y Sam Brownback -dos apasionados
pro vida- al programa durante las horas primas de la convención.
Sin embargo, estos dos no figuran en la lista de los 11 oradores principales
resaltados en el sitio oficial de Internet de la Convención Nacional
Republicana.
Con Kerry fue más fácil
Por supuesto que el candidato demócrata John Kerry
y sus asesores emplearon la misma estrategia en su convención hace
casi un mes en Boston. Pero la tarea de los republicanos para lograr la
imagen deseada podría ser un poco más difícil. Bush
tiene una trayectoria pública de cuatro años que demuestra
su compromiso con el ala ultra conservadora de su partido, algo que no
se puede ocultar a nivel nacional.
Además, uno de los promotores más apasionado
de estas posiciones conservadoras ha sido el propio vicepresidente Cheney.
Tal vez por eso es fácil suponer que no fue nada accidental el que
Cheney decidiera hacer sus declaraciones esta semana como parte de un enorme
esfuerzo para agregarle suavizante a la imagen de su gobierno.
Pero la renuncia hoy de uno de los principales abogados
de la campaña de Bush-Cheney, después de que los medios descubrieron
que también fue asesor legal del grupo de veteranos de Vietnam que
lanzó la feroz campaña publicitaria diseñada para
dañar la imagen de héroe de guerra de Kerry, sólo
ha nutrido la imagen de mano dura y extremismo de Bush y su equipo.
Durante semanas, Bush y su partido habían negado
que su gente estuviera detrás de estos ataques contra Kerry, pero
hoy fueron obligados a reconocer que varios de los principales donantes
del presidente y uno de los abogados de la campaña presidencial
estaban ofreciendo asistencia al grupo de veteranos contra Kerry.
|