México D.F. Domingo 29 de agosto de 2004
La falta de acuerdos hace que se apliquen medidas humillantes, dice especialista
México y EU deben concretar un tratado para trabajadores migrantes
LAURA POY SOLANO
Además de que el acuerdo firmado por México y Estados Unidos que permite a la Patrulla Fronteriza disparar balas de goma a los migrantes que ingresan ilegalmente a ese país, "denigra y lesiona los derechos humanos de los indocumentados", la falta de voluntad política de los gobiernos de ambos países para alcanzar un acuerdo laboral que proteja los derechos de esos trabajadores es lo que provoca que se apliquen medidas "totalmente indebidas y humillantes", afirmó Elaine Levine Leiter, especialista en procesos migratorios en América del Norte.
Aseguró que el gobierno mexicano es "corresponsable" de los abusos contra los indocumentados, porque no ha resuelto los problemas de fondo que generan la migración, como la falta de empleo, "lo que genera que en México uno de cada cuatro hogares dependa directamente de las remesas que reciben de los trabajadores en el extranjero".
Especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México, Levine Leiter señaló que se requiere un cambio en la visión de ambos países acerca del fenómeno migratorio. México "debe resolver el grave problema del desempleo antes de que las personas decidan emigrar, y Estados Unidos debe reconocer su dependencia de esta mano de obra y atender la inmigración sin aplicar medidas indignas".
Reconoció que Estados Unidos tiene derecho a controlar a quien ingresa a su territorio, y aseguró que la aplicación de acciones "humillantes" responde a un contexto político complejo donde el presidente George W. Bush "no quiere mostrarse débil ante las demandas de un sector conservador del poder, que le exige un mayor control de las fronteras ante la amenaza latente del terrorismo".
Sin embargo, agregó, esto no elimina el hecho de que la mano de obra indocumentada sigue "resolviendo graves problemas en ese país, pues los migrantes laboran por salarios muy bajos y aceptan los empleos que nadie más quiere".
La especialista agregó que la falta de un mecanismo adecuado de negociación del gobierno mexicano, aunado a la falta de voluntad política de Estados Unidos para permitir el libre tránsito de mano de obra, impide concretar un acuerdo laboral que proteja los derechos de los trabajadores migrantes.
Levine Leiter insistió en que sin un acuerdo migratorio, "México no tiene cara" para exigir en las esferas diplomáticas que Estados Unidos deje de aplicar controles migratorios para frenar el flujo de indocumentados, lo que no implica que se pueda "maltratar, humillar y denigrar a quienes se ven en la necesidad de ingresar de forma indocumentada en otro país".
En un futuro, aseguró, Estados Unidos se verá obligado a modificar su política migratoria, "aunque no podemos establecer si será bajo la política aplicada por George W. Bush con la que se busca consolidar el programa de trabajadores temporales, lo que implicaría que la mayoría no tendría acceso a las garantías y derechos que gozan quienes laboran en ese país o, por el contrario, una política orientada a la permanencia del trabajador y al respeto de sus garantías y derechos".
|