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México D.F. Lunes 30 de agosto de 2004
MEDIA OLIMPICA
Jenaro Villamil
Atenas, el balance de las telecompetencias
LA VIEJA CONSIGNA olímpica de "más
alto, más rápido, más fuerte" que definía la
esencia de las competencias deportivas inspiradas en los juegos helénicos
de Atenas, tras la edición 2004 en esta misma ciudad se está
transformando en otra tríada: más rating, más
patrocinios, más espectacularidad. No por nada, la gran triunfadora
de estos Juegos Olímpicos fue la industria televisiva y los derivados
en torno al negocio de la imagen. Un breve balance después de 16
días de competencias nos da la dimensión de esta transformación:
1. LA TRANSMISION de los juegos de Atenas rompieron
récord en ganancias por el pago de derechos para poco más
de 300 cadenas televisivas del mundo (mil 500 millones de dólares)
y en número de telespectadores: 3 mil 900 millones de personas se
conectaron a las competencias a través de la pantalla, cifra muy
superior a los mil 700 millones de audiencia que se registraron en Sydney
2000. Atenas 2004 fue un gran set de producción de tiempo-aire:
35 mil horas frente a las 29 mil 600 horas de teletransmisión de
Sydney o 20 mil de Barcelona. Algunas cadenas televisivas, como Canal 9
de Perú, quintuplicaron en Atenas el tiempo de programación
olímpica que dedicaron en comparación con otras competencias.
La cadena de televisión restringida Eurosport consiguió la
mejor audiencia de su historia: superó los 72.5 millones de espectadores,
retransmitiendo en vivo y directo durante todo el día para 54 países,
en 19 idiomas.
EN MEXICO, las dos grandes cadenas (Televisa y
Tv Azteca) sumaron más de 530 horas en sus segmentos dedicados a
los Olímpicos. Un buen porcentaje de este tiempo fue dedicado al
humorismo de poca calidad (como las imitaciones fuera de lugar de Angélica
Vale o los malos chistes seudoeróticos de Brozo y su Afrodita) y
a la autopromoción de las empresas vinculadas a cada cadena que
se apropiaron de los atletas ganadores, como sucedió en forma chocante
con el caso de Belem Guerrero, y Tv Azteca que aprovechó su triunfo
para lanzar un largo espot promocional de Banco Azteca. Datos proporcionados
por ambas cadenas indican que con los Juegos esperan obtener ventas por
tiempo de comercialización entre 25 millones de dólares (para
Televisa) y 18 millones de dólares (que captará Tv Azteca).
2. EL PODER del rating también definirá
el futuro de algunos deportes que, de acuerdo con los reportes del propio
Comité Olímpico Internacional, pueden desaparecer porque
resultan poco "atractivos" y "ocupan demasiado tiempo" en la transmisión
por pantalla. El COI ha advertido que 28 deportes pueden ser eliminados.
Entre ellos se encuentran el softbol, el pentatlón moderno, el beisbol,
la esgrima, el tiro, la halterofilia y hasta un deporte tan antiguo como
el tiro con arco, poco "espectaculares" para los patrones de los imagólogos
televisivos.
EL CASO DEL beisbol ha sido una lucha por remontar
los prejucios y los poderosos intereses económicos en contra de
la versión amateur de este deporte. De acuerdo con un despacho de
la agencia Reuters, en 2002, una comisión del COI recomendó
que este deporte fuera eliminado de las olimpiadas de 2008 por su "escasa
popularidad mundial", "el alto costo de construcción de sus instalaciones"
y la "dificultad para atraer a los mejores profesionales de Estados Unidos".
El pentatlón moderno y el softbol también fueron calificados
de poco populares y muy costosos.
AL PARECER, en Atenas 2004 el beisbol pudo revertir
la campaña en su contra. En declaraciones a la agencia cubana Prensa
Latina, el presidente de la Federación Internacional de este deporte,
Aldo Notari, afirmó que, en contra de lo esperado, la organización
de los torneos de beisbol "fue excelente, el apoyo del público constante
y entusiasta y la televisión transmitió en vivo a infinidad
de países muchos de los partidos". Incluso, agregó Notari,
se vio en directo la final de Estados Unidos, cuya selección no
clasificó. Por supuesto, Cuba demostró su amplia supremacía
en este deporte y Japón apuntaló su selección con
lo mejor de sus grandes ligas. Las presiones para que desaparezca el beisbol
de los Juegos Olímpicos son muchas, pero se logró que para
Pekín 2008 se mantenga.
EN CONTRASTE, otros deportes que sí llenan
los requisitos de espectacularidad, fácil comercialización
y rating han sido incorporados en los Olímpicos, a pesar
de sus sospechosos atributos deportivos. Es el caso del volibol de playa,
que gracias al apoyo de cadenas televisivas estadunidenses, como la NBC,
obtuvo mucho más audiencia que las competencias de arco y tiro.
PARA DARLE GUSTO también a las necesidades
de la pantalla, el COI ha propuesto que para los próximos Juegos
de Pekín se reduzca el número de competencias de nado sincronizado,
natación, canotaje y vela que, en esencia, no cuentan con los patrocinios
suficientes para sostener las transmisiones televisivas.
3. EN ATENAS 2004 ni el fantasma del terrorismo
-que justificó una multimillonaria inversión en medidas de
seguridad en Grecia- ni el fenómeno del dopaje -que alentó
el prejuicio contra el avance de los atletas asiáticos, en especial
de los chinos- provocaron el deslucimiento de las competencias. La verdadera
amenaza para el espíritu olímpico es otra: el dopaje mediático.
Esta intoxicación de publicidad y exceso de promoción de
algunos atletas en demérito de otros generó pequeños
escándalos que alentaron la doble moral del Comité Olímpico
Internacional. Fue el caso de la condena a la utilización de la
figura de deportistas en ediciones de revistas eróticas, como Playboy,
Maxim y FHM. La primera anunció su edición internacional
de septiembre con "12 páginas de espectaculares desnudos con las
mujeres de las Olimpiadas". En su portada aparece la saltadora estadunidense
Amy Acuff y en interiores se anuncian figuras del deporte mundial, como
la húngara Fanny Juhasz, la ucraniana Zhanna Bloc o las estadunidenses
Haley Clark y Mary Saber, que aparecen como magníficas top models.
El COI acudió a tribunales internacionales para pedir la retirada
de circulación de la edición de Playboy. Su argumento
fue que desea evitar que esta práctica se generalice y que los atletas
se conviertan en "estrellas" de este tipo de revistas.
SIN EMBARGO, no le parece escandaloso que los 11
grandes patrocinadores de estos Juegos Olímpicos, incluyendo a las
tres grandes marcas de ropa deportiva o a la multinacional más famosa
de bebidas de cola o la compañía internacional de tarjetas
de crédito, se apropien sin rubor de figuras como el tritón
estadunidense Michael Phelps o de Ian Thorpe. Para no ir tan lejos, en
México, una apabullante campaña de publicidad en las pantallas
y en las calles del Distrito Federal sobrexplotó la figura de la
velocista Ana Guevara, quien se convirtió en la "marca" de mayor
rating para las televisoras.
EN CONTRASTE, los mexicanos descubrimos que deportistas
como los taekowndoístas Salazar o la ciclista Belem Guerrero, que
no tuvieron ni de lejos los patrocinios ni los apoyos comerciales de la
velocista, pudieron triunfar, a pesar de que poco después el poder
televisivo se quiso adjudicar estas victorias en aras de conseguir la audiencia
necesaria.
DEFINITIVAMENTE, EL BINOMIO televisión-olimpiadas
llegó para quedarse. El fenómeno multimediático (miles
de páginas webs, ediciones especiales de los medios impresos y programas
radiofónicos especiales) ayudaron a la promoción y al éxito
de Atenas 2004. La cuestión sigue siendo si los criterios mercadológicos
no tendrán el contrapeso necesario para evitar que el espectáculo
se apropie hasta de las medallas olímpicas.
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