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México D.F. Lunes 30 de agosto de 2004
El 5 abre la México
Doble función: corrida y novillada el sábado en Tlalpan
LUMBRERA CHICO
A menos que haya cambios de última hora, lo que no es improbable, el próximo domingo reabre sus puertas la Monumental Plaza Muerta (antes México) para dar una minitemporada de ocho novilladas, algunas de las cuales serán nocturnas y venéreas (o sea que serán en viernes). Termina así el tradicional melodrama de todos los años, que principia al final de la temporada alta (otros la llaman "grande") con las invectivas, amenazas y bravatas de Rafael Herrerías y concluye, como ahora, con una aparente claudicación frente a las autoridades del Distrito Federal.
Esta vez tampoco fue distinto, pero el sedicente "empresario" salió un poco más raspado que en ocasiones anteriores. ƑCómo? Bueno, perdió la propiedad de los derechos de apartado -que ahora pertenecen al público-, pero logró detener la medida con el recurso de un juicio de amparo que retrasará la resolución final. Con base en esta indefinición, seguramente, el enterrador de la fiesta brava en nuestro país seguramente alegará que quien no canjee sus tarjetas de abono las perderá sin remedio. Ojalá el Gobierno del Distrito Federal despeje la incertidumbre en los días venideros.
Mientras tanto, este fin de semana hubo dos festejos en Tlalpan, uno en Arroyo y otro en la plaza de San Pedro Mártir para conmemorar el día de San Agustín. En la primera de estas dos funciones casi simultáneas se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de Zacatepec para Juan Luis Silis, Raúl Alducín, Mario Mora y Manolo González, muy jóvenes todos ellos, de los cuales el triunfador fue Alducín, que cortó la única oreja con la única res más o menos manejable. La de Silis, en cambio, fue muy difícil en los tres tercios, pero el aspirante la mató de una muy buena estocada que provocó la petición de un apéndice que no fue concedido.
Con mucha peor suerte corrieron Mora y González, a quienes les tocó en suerte el peor y el mejor enemigo del encierro respectivamente. Pero ninguno de los dos mostró nada notable y González, por su impericia, se llevó un maromón sin consecuencias. Para el empresario Pepe Arroyo fue la peor entrada del serial que empezó tres sábados atrás.
Por otra parte, en San Pedro Mártir hicieron el paseíllo Humberto Flores, José Luis Angelino y José Rubén Arroyo para habérselas con toros de cinco años y más de 500 kilogramos de peso, bien presentados, del hierro de Malpaso. De la tercia de matadores descolló Humberto Flores, quien a su primer enemigo le cuajó un buen quite por chicuelinas pero eso fue todo; a su segundo, que tenía mejor condición física, le forjó bellas estampas tanto en el primero como en el tercer tercio y mató de media estocada en buen sitio para cortar la única oreja.
José Luis Angelino estuvo muy puesto tanto con el percal como con la franela y entretuvo al respetable en banderillas, pero nada pudo concretar y terminó escuchando dos avisos, uno por cada toro. José Rubén Arroyo, en cambio, pasó inédito. Salvo algunos detalles muleteriles, no dijo nada y pinchó feamente a sus dos astados.
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