México D.F. Jueves 2 de septiembre de 2004
El vicepresidente de EU encabezó en la
convención los ataques contra Kerry
Cheney se mantiene como favorito del sector ultraconservador
del Partido Republicano
Alcanza un elevado índice de aprobación
pese a escándalos como el de Halliburton
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 1º de septiembre. El vicepresidente
Dick Cheney ocupó el lugar central en la Convención Nacional
Republicana esta noche y en un desafío a los republicanos que piensan
que debería renunciar por el bien de la campaña de relección
del presidente, ha mantenido una presencia constante cada día de
este acto.
Cheney
ha sobrevivido a los escándalos que han manchado su reputación,
como la recién concluida investigación de maniobras financieras
ilegales de la empresa Halliburton durante los años en que él
fue su ejecutivo en jefe, y el aparente conflicto de interés en
donde esa empresa ha lucrado más que cualquier otra con la guerra
en Irak.
La recepción que recibió de los fieles del
partido comprueban por qué este político sigue donde sigue:
es una de las figuras favoritas del sector ultraconservador del Partido
Republicano, el segmento más militante y clave de la base política
de Bush.
"En esta elección vamos a decidir quién
encabezará nuestro país durante los próximos cuatro
años", declaró desde el podio. "Sin embargo, hay más
en juego que esto. Hay momentos que se presentan en la historia donde los
líderes deben tomar decisiones fundamentales sobre cómo enfrentar
un desafío en el extranjero y cómo mantener seguro al pueblo
estadunidense".
Todo indica que el hombre con mayor experiencia política
del dúo que ocupa la Casa Blanca continuará como el segundo
de la fórmula electoral de Bush. Durante meses se intensificó
la especulación entre los círculos políticos de que
Cheney se estaba convirtiendo en factor negativo para las perspectivas
electorales de Bush. Una encuesta del USA Today reveló que
más gente tenía una impresión negativa de Cheney que
los bien impresionados, y que su nombre era sinónimo de Halliburton.
Cheney también ha sido responsabilizado de los
fracasos en la guerra en Irak, ya que opera como cabeza de un grupo neoconservador
dentro del gobierno de Bush, el cual durante esta presidencia logró
controlar la política exterior del país. No hay duda, como
reportó el diario Los Angeles Times hoy, de que Cheney tiene
más influencia, tanto en la política doméstica como
en la exterior, que cualquier vicepresidente en el pasado.
A pesar de todos estos problemas, Cheney goza de gran
popularidad entre la base republicana. La encuesta del USA Today
registra que 80 por ciento de los votantes republicanos probables tiene
una impresión positiva del vicepresidente. Cheney cultiva la imagen
de un antipolítico, pero en realidad el es uno los políticos
más ágiles de la cúpula.
El tema del tercer día fue, formalmente, "la tierra
de oportunidades" pero en los hechos fue de ataques contra el contrincante
demócrata John Kerry. Cheney es el encargado de encabezar el ataque
político contra el demócrata y hoy declaró: "sobre
la cuestión de la tarea de Estados Unidos en el mundo es donde las
diferencias entre el senador Kerry y el presidente Bush son más
claras y las implicaciones para el país son mayores".
Pero hay toda una coreografía detrás de
esto, incluso el ofrecer el podio a un político demócrata
de alto perfil, el senador Zell Miller (quien ha sido más cercano
a los republicanos que a su partido), el gobernador republicano del estado
de Kerry, y el anuncio "sorpresa" del apoyo de un sindicato -sector casi
fiel a los demócratas- a Bush (el sindicato de bomberos de Nueva
York).
El presidente Bush llegó a esta ciudad y primero
acudió a una reunión con bomberos en Queens para recibir
el respaldo de un sindicato de estos "héroes" del 11 de septiembre.
Después, se presentó por primera vez, y supuestamente como
sorpresa, en la convención de su partido.
Mañana el presidente aceptará la corona
de su partido como candidato presidencial republicano en las elecciones
generales del 2 de noviembre.
|