México D.F. Viernes 3 de septiembre de 2004
Rogelio Montemayor Seguy, ex director de Pemex
Cronología del caso
Hace casi tres años, la Procuraduría General
de la República (PGR) hurgaba en los archivos de Petróleos
Mexicanos (Pemex) para procesar penalmente a su ex director, Rogelio Montemayor
Seguy, por cinco delitos, algunos de ellos graves: delincuencia organizada,
lavado de dinero, peculado electoral, peculado y uso indebido de
atribuciones y facultades.
En los dos desgloses iniciales de la averiguación
previa del llamado Pemexgate, nunca la Unidad Especializada en Delincuencia
Organizada (UEDO) y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales
(Fepade) pudieron ofrecer pruebas de los tres primeros, considerados delitos
graves. Esa es la razón por la que el ex director de Petróleos
Mexicanos fue extraditado ayer de Estados Unidos sólo por los delitos
de peculado y de uso indebido de atribuciones y facultades, por lo que
no pisó la cárcel.
De Pemex al Pemexgate
El presidente de la República, Ernesto Zedillo,
nombró el 15 de diciembre de 1999 a Rogelio Montemayor director
general de Pemex. El ex gobernador de Coahuila dijo al asumir el cargo
que era "un honor y una gran responsabilidad".
En
mayo de 2000, el director de Pemex transfirió sin autorización
del consejo de administración dos cheques por la suma de mil 100
millones de pesos, mismos que fueron depositados por el sindicato petrolero
en un banco de Houston, para ser regresados a México en las cuentas
bancarias del PRI. Se inició el escándalo al que se llamó
Pemexgate.
El 21 de junio, Germán Martínez, diputado
del PAN, y Ramiro Berrón, empleado de Pemex, denunciaron ante la
PGR malos manejos en la administración de Montemayor, a quien acusaron
de desviar recursos de Pemex a la campaña del candidato del PRI
a la Presidencia de la República, Francisco Labastida Ochoa.
Al asumir la Presidencia de la República Vicente
Fox Quesada, Montemayor renunció y fue nombrado director general
Raúl Muñoz Leos. Un mes después (enero de 2001), la
Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo
(Secodam) inició la auditoría al ejercicio presupuestal de
Pemex de 1997 a 2000.
El 10 de diciembre de 2001, la Secodam presentó
denuncia penal ante la PGR por el irregular manejo de los recursos federales
en la administración de Petróleos Mexicanos. La PGR inició
la averiguación previa PGR/UEDO 182/2001.
Un mes después fueron arraigados por la PGR los
primeros funcionarios involucrados en el Pemexgate: Melitón
Cázares, Andrés Heredia y Alonso Beraza, ex miembros del
área de finanzas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El 30 de enero de 2002, el ex director de la paraestatal
envió un documento a la PGR en el cual negaba los señalamientos
en su contra por el presunto desvío de recursos de Pemex hacia el
PRI.
En marzo de 2002, la Secodam amplió su demanda
en contra de los funcionarios de Pemex involucrados en el desvío
de recursos hacia la campaña de Labastida, y sumó 480 millones
de pesos más, por lo que la cantidad de la querella penal se elevó
a mil 580 millones de pesos.
La defensa de Montemayor informó en abril de 2002
que la PGR no le había dado acceso al expediente y que sistemáticamente
le negaba la información del caso. Transcurrió un mes y la
defensa del ex funcionario interpuso un amparo por medio del cual exigía
a la PGR que le exhibiera el expediente.
El juez 13 de distrito de procesos penales federales,
José Luis Moya Flores, giró el 5 de mayo la orden de aprehensión
45-02 en contra del ex director de Pemex y de los ex funcionarios Carlos
Juaristi Septién, Juan José Domene y Julio Pinter, considerándolos
prófugos de la justicia.
El primer día de julio de 2002, Montemayor se entregó
ante una corte federal de Estados Unidos, con el fin de enfrentar un proceso
de extradición interpuesto por el gobierno mexicano.
La historia de la extradición
El 20 julio de 2004 se confirmó la audiencia del
juicio de extradición contra el ex director de Pemex, luego de dos
años de trámites, cuatro aplazamientos y un cambio de juez.
Montemayor anunció que apelaría su extradición
a México ordenada el 23 de julio del presente año por el
juez federal Lynn N. Hughes en Houston, Texas, por las acusaciones de peculado
y uso indebido de atribuciones y facultades. El juez fijó el día
11 de agosto como límite para que la defensa, encabezada por Mike
DeGuerin, apelara la sentencia.
Montemayor dejó de estar bajo monitoreo electrónico
luego de que el juez federal que entendía en su caso ordenó
remover el brazalete que el ex funcionario portaba desde el 11 de octubre
de 2002.
El 26 de julio ingresó en prisión en Texas
a la espera de que Washington lo extraditara. El juez Lynn N. Hughes le
negó la posibilidad de seguir en libertad bajo caución después
de que el gobierno de México ganó el juicio de extradición
y, por ello, a partir de esa fecha el procesado quedó detenido y
bajo la custodia de las autoridades de Estados Unidos.
El jueves 2 de septiembre el ex director de Pemex llegó
a la ciudad de México, luego de que el gobierno de Estados Unidos
concedió su extradición por el delito de peculado y ejercicio
abusivo de funciones. El procurador general de la República, Rafael
Macedo de la Concha, señaló que se respetarán las
garantías del ex funcionario, por lo que giró instrucciones
para que no fuera detenido, atendiendo a la suspensión definitiva
de que goza.
El de Montemayor es considerado el caso de extradición
más sonado entre Estados Unidos y México desde el que tuvo
lugar la década pasada con el ex subprocurador Mario Ruiz Massieu,
en una corte de Newark, Nueva Jersey.
De acuerdo con el tratado entre Estados Unidos y México
del 4 de mayo de 1978, el país vecino extraditó este jueves
a Rogelio Montemayor.
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