México D.F. Miércoles 8 de septiembre de 2004
Entre los atacantes identificados hay dos que
tendrían que haber estado en prisión
Habrá una investigación interna, no pública,
sobre Beslán: Putin
No negociaré con los chechenos, así como
EU no lo hace con Bin Laden, dice el presidente ruso
Convocadas por autoridades protestan más de cien
mil personas en Moscú contra el terrorismo
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 7 de septiembre. El presidente Vladimir
Putin reiteró que no negociará con los separatistas chechenos
y rechazó la exigencia de los familiares de las víctimas
de crear una comisión independiente para investigar la tragedia
de Beslán, mientras más de cien mil moscovitas aclamaron
en un mitin, organizado por las autoridades de esta capital y los sindicatos,
una resolución que pide "poner de rodillas al terrorismo y aniquilarlo".
Aunque
por supuesto nadie asistió obligado a rendir homenaje a las víctimas
de Beslán y hasta el espacio asignado junto a la Catedral de San
Basilio resultó insuficiente para albergar a todos los que atendieron
la convocatoria, desde los tiempos soviéticos no se veía
tal despliegue organizativo.
Aparte de los que fueron por su cuenta, con varias horas
de antelación empezaron a llegar autobuses de todos los rincones
de Moscú y ciudades cercanas, que pasaron por los manifestantes
a las fábricas, instituciones y centros de enseñanza. En
el primero de varios controles de seguridad, los organizadores distribuyeron
las pancartas, mantas y banderas a grupos de entre 10 y 20 personas.
El Kremlin utilizó en su beneficio la comprensible
indignación de la gente y evitó, con una cuidadosa selección
de oradores, la más mínima crítica a la gestión
de la crisis de los rehenes.
Tampoco se permitió a nadie cuestionar las contradicciones
que, día tras día, suma la versión oficial con el
aparente propósito de adjudicar al "terrorismo internacional" el
actual "ataque contra Rusia".
El mitin se quiso presentar como muestra de consenso nacional
y, al mismo tiempo, se excluyó a los partidos de oposición
representados en el Parlamento ruso, a cuyos líderes se les negó
la posibilidad de hacer uso de la palabra. Apenas 40 minutos duró
lo que acabó siendo un acto de apoyo a la línea dura
que defiende el Kremlin para enfrentar el problema de Chechenia.
Cuando concluyó el mitin en Moscú, llevaban
varias horas reunidos, en la plaza principal de Beslán, muchos de
los familiares de las víctimas que exigen la renuncia del presidente
de Osetia del Norte, Aleksandr Dzasojov, a quien acusan de no haber estado
a la altura de su responsabilidad durante los dramáticos días
del secuestro masivo.
Aunque Dzasojov, en un mensaje por televisión el
pasado sábado, pidió perdón a sus compatriotas "por
no haber podido salvar a nuestros niños, padres y maestros", los
familiares acordaron lanzar un ultimátum al presidente norosetio:
o dimite hoy o habrá acciones masivas de protesta en Beslán.
Sin embargo, al recibir en su residencia de Novo-Ogoriovo
a un grupo de periodistas y expertos extranjeros que participan en una
conferencia sobre el futuro de Rusia, el presidente Putin dijo que habrá
"una investigación interna, no pública" de la tragedia de
Beslán para determinar "quién es responsable y quién
merece ser castigado".
El mandatario ruso volvió a rechazar cualquier
tipo de negociación con los separatistas al preguntar con sarcasmo:
"¿Por qué no se reúnen con Osama
Bin Laden, por qué no lo invitan a Bruselas o a la Casa Blanca,
no entablan negociaciones con él, le preguntan qué quiere
y le dan la oportunidad de que los deje de molestar? ¿Por qué
no lo hacen?"
Y añadió: "Ustedes consideran posible establecer
límites al tratarse de esos desgraciados, ¿por qué
debemos nosotros hablar con personas que matan niños? Nadie tiene
el derecho moral de sugerirnos que hablemos con asesinos de niños".
La procuraduría rusa, con base en las declaraciones
del único detenido que presentó como miembro del comando
de secuestradores, incrimina haber ordenado la toma de la escuela
al líder separatista moderado, Aslan Masjadov, y al jefe militar
del grupo más radical, Shamil Basayev.
El periódico Vremia Novostiei asegura que
se trata de Nur-Pasha Kulayev, un checheno de 24 años que vivía
desde hace algún tiempo en Ingushetia.
Este diario revela que la procuraduría ya pudo
identificar los restos de 10 atacantes y, a partir de esos datos, da a
conocer hoy los resultados de una investigación propia: dos de los
atacantes, Mayerbek Shaibekjanov y Jan-Pasha Kulayev, hermano del detenido,
desde hace años cayeron en manos del ejército federal y fueron
condenados a largas penas de cárcel.
"Todos estábamos seguros que Kulayev y Shaibekjanov
estaban presos, resulta que los soltaron", comentó con asombro a
Vremia Novostiei el subjefe de las unidades de asalto de la policía
pro rusa de Chechenia, Buvadi Dajayev.
Las autoridades rusas no quieren que una comisión
independiente investigue la tragedia de Beslán, por lo cual quizá
nunca se sepa -entre otras cuestiones inexplicables- cómo sucedió
que Kulayev y Shaibekjanov, en lugar de estar en la cárcel, participaron
en el secuestro masivo y aparecieron entre los atacantes muertos.
Tampoco hay respuesta todavía a las personas desesperadas
que, desde el pasado viernes, siguen sin poder encontrar a sus familiares.
Son poco más de 200 los desaparecidos, mientras la cifra oficial
de 335 víctimas mortales no sufrió ningún cambio en
las últimas 48 horas. En contraste, el número de heridos
aún hospitalizados hoy se incrementó de 332 a 413 personas,
al sumar las autoridades todos los ingresados y no sólo los que
están en Vladikavkaz.
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