Festeja hoy 25 años de gladiadora en una disco; homenaje a todas las luchadoras, dice

Mi mejor llave es mi peso: Martha Villalobos

ARTURO CRUZ BARCENAS

La lucha libre se ha convertido en reality show; es un deporte polémico porque se compone de una filosofía en llaves; hay una escuela detrás. Todo ha cambiado: la ropa, los estilos; ahora hay luchadores chiquitos o minis, chaparritos, las mujeres, los mixtos, los relevos de locura: un mini, un exótico y un luchador.

Habla Martha Villalobos, la representante femenina más importante de la lucha libre mexicana, quien en entrevista aseguró que "ya he arrastrado -en el ring- a todas mis enemigas acérrimas de este país y otras latitudes". Festejará hoy sus 25 años de gladiadora, en la disco Enigma, Morelia 111, colonia Roma, a las 20:30 horas.

Llegó a esta redacción con su porte retador. Sabe sostener la mirada. Su paso es firme, hacia delante, vertical. Saluda y deja sentir su buena salud.

Añadió que las innovaciones en la Triple A, "la mayoría de la gente las critica. Es un espectáculo, un reality show. ƑQué piensa la gente? No sé. Ya no es como antes, cuando existían las grandes rivalidades. Había historietas de cada luchador".

Se ha enfrentado a todas las luchadoras. "Mi primera lucha fue hace 25 años, en la Arena Coliseo de Acapulco, contra Toña La Tapatía, quien me invitó a enfrentarme a ella."

Perjura que no quería luchar; no le gustaba. "Entré a este deporte por crédula, por revanchismo, porque me arrastraron mis hermanos. Me pusieron contra una de las Viudas Negras, de Puebla, y Alondra. Yo iba de pareja con La Hormiga Atómica, que todavía lucha en Acapulco. Fue en una batalla campal entre 20 mujeres."

Para ella, las luchadoras más importantes son: Irma González, Marina Rey, Estela Molina, Reyna Gallegos y otras ya retiradas. "Mi homenaje también será para ellas. Nunca le han hecho un homenaje a una mujer luchadora; siempre son a hombres."

Recuerda que le tocó luchar contra Chabela Romero, quien "era la más dura. Se me doblaron las piernas. Tenía un porte, un temperamento que a cinco metros imponía".

-ƑSe requiere una complexión especial para ser luchadora?

-Creo que no. Se requiere preparación. Hay quienes son estéticos, pero no pasan. Lo primero que se necesita es tener piernas macizas, porque son las que sostienen en todos los lances, en parte de la lucha libre que es caminar, tener reflejo para soportar a quien viene volando o a quien va a hacer una llave. Es cosa de inteligencia.

-ƑCómo escoge la llave con la cual vencer?

-Una nunca sabe. Depende de la arena. La Coliseo de México tiene el mejor público del mundo. Lo digo yo, que estoy en la Triple A. Esa gente sabe mucho y es popular. Está con nosotros desde los días del señor Luterot, ahora con Paco Alonso. En la Arena Toluca la gente es más fría, pero sabe de lucha. Lo que pasa es que hay que llegarle al corazón. Tuve la magia de descubrir el estado de ánimo de cada función, de cada arena. Percibo el ánimo cuando estoy luchando.

-ƑA qué ayuda ver una lucha?

-Al estrés. Hay quienes quieren que nos matemos y no se trata de eso. Esto es un espectáculo. Las personas van a desahogarse, a desquitarse, a gritar, a aplaudir. A mí me han gritado de todo. He tenido más aplausos que abucheos, a pesar de ser una de las grandes rudas de los años 90.

-Las rudas tienen mala fama...

-No todas; yo no. La lucha es lo mismo: el bien contra el mal. Ves una telenovela, como Rubí o Mujer de madera, y es lo mismo. Una es técnica y otra es ruda. La gente sabe a quién elegir.

-ƑEs sólo para el pueblo o también para las clases altas?

-Actualmente se ha metido en todos los hogares; aquí ya no hay clases. En Interlomas hay una arena, donde es otro rollo de gente, donde va gente bien padre que compra máscaras y se quiere tomar fotos.

Entra a la arena con música de rock o disco, pero la que le gusta es la ranchera. "Me hubiera gustado ser cantante, no luchadora. Mi padre no tuvo la solvencia para darnos una carrera."

-ƑCuál es su mejor llave?

-Por mi peso siempre utilizo la plancha asesina y el sentón asesino. Me les dejo caer desde la segunda o tercera cuerda. Con eso tienen; Ƒpara qué quiero llaves? A veces ni pío dicen. Me gustaba meter la corbata, la gori invertida, la nipona, con la que les sacas el aire y no hay forma de que no se rindan.

-ƑHa ayudado que la Triple A esté en la televisión?

-La grilla existe. La serie Stanley mete luchadores novatos. Antes eran las estrellas primero, como Cien Caras, El Rayo de Jalisco, que crearon fama. Ahora no, de repente vemos al Tarzán Boy, al Bucanero, que son excelentes, pero sin trayectoria. Triple A siempre llena, eso sí.

Aseguró que nunca le han herido con una llave y que tampoco tiene complejos, "ni en la vida ni en mi carrera. Tengo un hijo maravilloso que se llama Kevin. Vivo estable. Desde 1998 no he dejado de ser campeona. Primero obtuve el campeonato Metropolitano y el Nacional de Parejas con la Pantera Sureña, luego del estado de México con la Mujer Salvaje; después le quité el Campeonato Mundial a Suleima en la Arena Pista Revolución. Recuperé el Nacional. Posteriorme me agencié el Reina de Reinas. Ahora tengo el Femenil del Norte. Sólo me falta el Mixto".

-ƑSe vive bien de la lucha?

-Gané bien, en otros tiempos. Ahora no, pero no me quejo. Cuando uno ama algo nunca lo cobra, dicen. Soy empresaria, otro rollo. Para estar en la lucha hay que amarla, para sobrevivir. Me han lesionado leve. El primer año que trabajé en la Coliseo me llamaron La asesina del ring, porque lastimé a varias, como La Medusa, Irma Aguilar, La Yaqui, La Gitana y otras.

"Enfrenté a todas las luchadoras, como Lola González, Estela Molina, la grande de siempre, La Pantera Sureña. Mi escalón fueron las Irmas. Agarré experiencia."