Impunidad en Sinaloa

Asesinan a El Quince, sicario de El Mayo Zambada

JAVIER VALDEZ CARDENAS Y DAVID CARRIZALES CORRESPONSALES

El Quince era el primero. El narcotraficante Ismael Zambada, El Mayo, lo prefería entre su lista de gatilleros. Pero ya no será más: Oscar Gamboa, El Quince, fue ejecutado a balazos el pasado martes en Culiacán, Sinaloa.

Todo mundo hablaba de él. Una suerte de omnipresencia acompañaba su paso letal por Culiacán, San Ignacio, Guasave y otros municipios de Sinaloa. Y ni sus tres órdenes de aprehensión ni sus al menos 14 muertes de 2003 a la fecha lo convirtieron en "visible" para la policía.

La efectividad de la Policía Ministerial del Estado, corporación encargada de ejecutar las órdenes de aprehensión, llegó hasta el tuétano cuando dio con él. Pero ya estaba muerto.

Su cuerpo fue encontrado en una brecha que conduce a la colonia Chulavista, en Culiacán, el 7 de septiembre. Pero la Procuraduría de Justicia no sabía quién era. Fue necesario que familiares reclamaran su cuerpo y que fueran practicadas pruebas periciales.

Según versiones de la procuraduría estatal, Oscar Gamboa Mariscal, de 29 años, se encontraba en Culiacán para asistir a las exequias de uno de sus hermanos. Después de la ceremonia luctuosa, realizada en un panteón ubicado al sur de la ciudad, fue interceptado por varios sujetos.

No se supo de él hasta el 7 de septiembre, cuando fue localizado sin vida. El cuerpo presentaba huellas de tortura brutal, y tenía varios impactos de bala en la cabeza, no llevaba identificaciones, y al lado hab;ia un teléfono celular destrozado.

El Quince -apodo que nació de las claves que utilizan los narcos y gatilleros para hablar por radio o celular, y que ahora alimentará corridos prohibidos- había gozado de impunidad. Estaba "escondido" en Guasave. Al menos eso dicen fuentes de la Policía Ministerial. El director de la corporación, Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, dijo que tenían ubicados algunos de sus domicilios, en los cuales nunca fue encontrado.

Hizo lo que quiso. Lo que le pidieron: mató a dos personas en febrero del año pasado, otras seis, todas de apellidos Barraza y Bastidas, en junio de ese año, y otras seis en febrero de 2004. Todas en el municipio de San Ignacio.

Lo que unos calificaron de pleitos entre familias, otros lo ubicaron como pugnas entre dos cárteles del narcotráfico: el de los hermanos Arellano Félix, mediante Ramón Gallardo, El Gato, que opera en la sierra de San Ignacio, y el de Ismael Zambada.

Ejecución en Nuevo Léon

Presuntos gatilleros del narcotráfico ejecutaron de tres tiros frente a su domicilio en la colonia Privadas de Anáhuac del municipio de Escobedo, Nuevo León, a Marco Antonio Balderas, de 50 años de edad, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Esta es la décima ejecución que ocurre en el estado durante el presente año. Agentes de la Policía Ministerial que se presentaron a investigar los hechos interrogaron a Norma Sánchez, esposa del occiso, así como a dos vigilantes que custodian la entrada del fraccionamiento residencial, quienes aseguraron que no se percataron de nada sospechoso.