El Estado, superado en sus tareas básicas: campesinos

El agro debe optar por la autorregulación para progresar

MATILDE PEREZ U.

El reto de las organizaciones campesinas y de diversos productores es cambiar sus estructuras sin esperar que el Estado resuelva sus problemas y menos cuando se aplica, desde hace más de dos décadas, una política para el agro que ha dejado en la quiebra a las comunidades, asentaron representantes de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), Confederación Nacional Campesina, Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, Unión General Obrera, Campesina y Popular, Barzón y Confederación Nacional Ganadera (CNG), en el Foro Nacional de Organizaciones Agrarias que patrocina la Universidad Autónoma de Chapingo.

Consideraron que los temas que inquietan más a los campesinos son la falta de un mayor presupuesto para el agro -el cual ha ido en declive desde hace tres administraciones-, una ley de bioseguridad que atienda los intereses de los agricultores y no de las trasnacionales y el freno a la descalificación de las organizaciones.

Heladio Ramírez López, presidente de la CNC, dijo: "los campesinos dejaron de ser los hijos predilectos del gobierno y ahora son vistos como el obstáculo para el desarrollo y han sido condenados al abandono y la orfandad gubernamental". Pero, abundó, el campo no podrá modernizarse con un Estado ausente y débil, sin decisiones "oportunas, realistas y adecuadas, sin una decisión de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y sin cumplir el Acuerdo Nacional para el Campo".

Como un reflejo de la crisis entre quienes hace al menos dos lustros fueron considerados los "ricos del campo", está la pérdida de 35 por ciento del mercado nacional por los ganaderos. Juan Robles Linares Negrete, gerente de la CNG, apuntó que en poco tiempo cuatro empresas de Estados Unidos han desplazado a los ganaderos mexicanos y éstos ahora se han convertido en exportadores de becerros a ese país. "Ahora engordamos becerros de otros con granos de otros", ello porque ante el desabasto interno de becerros se están importando de Centroamérica y se les alimentan con maíz importado de Estados Unidos.

"Estamos indefensos, los rastros están subutilizados, hay una competencia desleal y la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) no abarca toda la cadena, una parte importante de ella está en la Secretaría de Economía, falta financiamiento, hay un deficiente uso de la tecnología; en suma, hay un desequilibrio que nos aterra", abundó.

Si no hay una política de Estado para el campo podrá haber más cabezas de ganado en un mayor número de hectáreas, pero serán muy pocos los productores quienes estén al frente de esas unidades de producción y eso es muy peligroso, advirtió. "La concentración de la producción de ganado en grandes consorcios a nadie conviene".

Y se sumó a las voces de los representantes de las organizaciones campesinas: "no se puede seguir improvisando las decisiones ni los acuerdos comerciales".

Urgieron al gobierno a cambiar su visión para el campo y trabajar conjuntamente con los campesinos para lograr la soberanía alimentaria, proteger el mercado interno e impulsar un auténtico desarrollo rural.

Jaime Castillo, integrante de la comisión ejecutiva de UNORCA, señaló que urgen acuerdos y una nueva agenda del gobierno con los campesinos, que conlleve a la construcción del agro que México necesita. "Si continúa la sordera gubernamental, los campesinos saldremos a tomar las calles, a expresar y mostrar las difíciles condiciones de sobrevivencia, no nos dejan otra alternativa".