México D.F. Viernes 24 de septiembre de 2004
La relación entre congresos, incólume
pese a diferendos diplomáticos: La Habana
México-Cuba, interparlamentaria conciliatoria
ANDREA BECERRIL Y GERARDO ARREOLA ENVIADA Y CORRESPONSAL
La Habana, 23 de septiembre. En un clima conciliatorio,
encaminado a lograr consensos en los temas de interés común,
más allá de divergencias entre los gobiernos, legisladores
de México y Cuba abrieron hoy discusiones sobre un eventual aliento
al comercio bilateral, una solución justa al conflicto de la deuda,
las implicaciones de la frontera marítima común para la explotación
petrolera y un posible apoyo recíproco para afrontar desastres naturales.
La
séptima Reunión Interparlamentaria México-Cuba cumplió
su segundo día de trabajo a puerta cerrada y debe concluir el viernes
con una declaración final que precise los acuerdos a los que lleguen.
De entrada, tanto el presidente de la delegación mexicana, el senador
Felipe Vicencio Alvarez, como el de la representación cubana, el
diputado Ramón Pez Ferro, coincidieron en que lo importante es el
entendimiento entre los congresos.
"Lo más destacable es constatar que a pesar de
las diferencias que eventualmente, y siempre de manera temporal, pueda
haber entre los gobernantes de ambos países, persiste una relación
de vínculos estrechos, una red compleja y vasta que en muchos temas
permite hablar de una cercanía muy importante entre México
y Cuba", comentó Vicencio.
A su vez, Pez Ferro señaló que la crisis
diplomática no ha afectado el área parlamentaria, ya que
"las relaciones Cuba-México se asientan en bases muy sólidas
desde hace muchos años". Prueba de que la distensión comenzó
es el encuentro que este sábado sostendrán en Nueva York
los cancilleres Felipe Pérez Roque y Luis Ernesto Derbez, anunciado
por el secretario mexicano de Relaciones Exteriores.
La séptima Reunión Interparlamentaria, resumió
Vicencio, parte de la certeza de que "estos vínculos, en los que
opera el intercambio y la fortaleza de la relación, no han sido
en ninguna circunstancia interesados (afectados) de manera seria por los
acontecimientos recientes", y por ello el encuentro se ha enfilado a propuestas
de entendimiento, sin entrar en la reciente crisis diplomática bilateral
ni en uno de sus resortes visibles, el caso del empresario Carlos Ahumada.
Las horas videograbadas
Vicencio precisó la víspera, al inicio del
encuentro, que la petición mexicana para que Cuba entregue la información
que recabó aquí del empresario, y dentro de ella las declaraciones
videograbadas, no son tema de la interparlamentaria, según la agenda
pactada, y Pez Ferro reiteró que para su gobierno "es un tema cerrado"
y la decisión es avanzar en los asuntos que unen a ambas delegaciones.
Por conducto del diario Granma, las autoridades
cubanas acogieron la reunión con un tono conciliatorio y de optimismo
moderado, que confirma la percepción de que La Habana considera
el contacto entre congresos y partidos como vía en la que es posible
el diálogo bilateral.
Ese carril, junto con el de la cultura, parecen ser los
que la dirigencia cubana busca privilegiar para que por ahí transcurra
por ahora su comunicación con interlocutores mexicanos.
La nota ocupó este jueves la mitad de la portada
del diario de ocho páginas y fue titulada "Un paso más para
el incremento de nuestra amistad", giro de cortesía política
que había desaparecido de la prensa cubana en los tres años
anteriores respecto a las instituciones oficiales mexicanas.
El encuentro fue "un paso más en la tradición
de las buenas relaciones entre dos pueblos vecinos", según el matutino.
Al principio de la reunión, los senadores del PRI
fijaron su postura -que en esta ocasión no dista mucho de la de
los legisladores de otras fuerzas políticas-, que define la obligación
de los congresos de México y Cuba "de evitar que haya tensiones
o nerviosismos innecesarios".
En voz del senador Héctor Michel Camarena, los
priístas advirtieron que los congresos deben seguir siendo "los
mejores aliados" para la legítima defensa de los intereses de ambos
pueblos y de la soberanía de sus naciones.
De acuerdo con Vicencio, la delegación cubana planteó
el interés de la isla de incrementar el comercio bilateral, que
se ha derrumbado de forma progresiva en años recientes, y los mexicanos
propusieron discutir el asunto de la deuda de Cuba.
Con saldos en la primera mitad de la década anterior
en torno a los 400 millones de dólares, el intercambio se contrajo
y apenas el año pasado empezó a recuperarse. Según
las cifras oficiales cubanas, en 2003 las exportaciones mexicanas fueron
de 216 millones de dólares, contra importaciones de 20 millones
de dólares, para un valor total de 236 millones.
De acuerdo con los registros mexicanos, las exportaciones
a Cuba fueron de 140 millones de dólares y las importaciones de
21 millones, un total de 161 millones. La diferencia de resultados se debe
a que México consigna los destinos y Cuba los orígenes. Las
cifras cubanas incluyen, por ello, operaciones trianguladas.
México es el octavo socio comercial de Cuba, después
de Venezuela, España, China, Canadá, Holanda, Italia y Estados
Unidos, que mantiene un flujo creciente de venta de alimentos, al amparo
de una excepción legal al bloqueo contra la isla.
En abril pasado, el Banco Nacional de Comercio Exterior
cerró su consejería en La Habana, por considerar poco rentable
la plaza. La delegación mexicana en la interparlamentaria propuso,
en contrapartida, buscar una solución al conflicto de la deuda de
380 millones de dólares, sujeta a un litigio en tribunales europeos
por el retiro cubano de garantías contractuales.
Se busca "reanimación" comercial
Una reanimación del comercio "habilita a Cuba para
estar en condiciones de cumplir con las obligaciones contraídas
con nuestro país", dijo Vicencio. "Son dos temas que deben tratarse
de la mano."
La propuesta es que "haya un trato que considere las circunstancias
del pueblo cubano de parte de México y que abra una salida posible
para dar un manejo al que yo le pondría un solo calificativo: justo",
agregó el senador del PAN. La delegación cubana tomó
nota de ello y no hizo mayores comentarios, aunque en entrevista posterior,
Pez Ferro dijo que el tema no está en la agenda y es un problema
que compete resolver a los gobiernos de Castro y Fox.
En la mesa binacional también emergió la
riqueza petrolera de la que ambos países son beneficiarios en el
área común del Golfo de México. Las fronteras marítimas
en el área fueron trazadas en 1977 en un pacto trilateral sobre
la zona económica exclusiva, entre los gobiernos del estadunidense
James Carter, el mexicano José López Portillo y el cubano
Castro.
Pero investigaciones recientes mostraron que hay formaciones
geológicas del área común que colindan con las líneas
fronterizas y quedaron fuera del tratado. Son conocidas como hoyos de
dona.
Los mexicanos también expusieron la necesidad de
revisar casos de falta de homologación de títulos universitarios
en una y otra parte. El ejemplo más notorio es el de más
de 600 estudiantes mexicanos de la Escuela Latinoamericana de Medicina
de Cuba, algunos de los cuales ya entraron al quinto año de una
carrera cuyo título no tiene reconocimiento oficial en México.
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