México D.F. Sábado 25 de septiembre de 2004
La democracia en ambos países ocupados
por EU, cada vez más distante: analistas políticos
Bush, sin apoyo en su retórica triunfal sobre
Irak y Afganistán
Mi prioridad habría sido Bin Laden, no Hussein,
asegura el candidato demócrata John Kerry
Crece la sospecha de que la invasión a territorio
iraquí fue por el petróleo, señalan expertos
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
El presidente George W. Bush insiste en que Irak está
en camino hacia un futuro democrático y libre mientras que casi
todos, incluidos sus propios generales, y claro, su contrincante político
John Kerry, señalan que la situación en el país invadido
se deteriora cada día más.
Hoy, como todos los días de esta semana, Bush intentó
defender el éxito de la guerra en Irak y en el frente más
amplio de su "guerra contra el terrorismo", a pesar de advertencias de
sus propios generales de que no contaban con suficientes soldados en ese
país, evaluaciones pesimistas de la viabilidad de una elección
en gran parte de Irak y noticias diarias de nuevos ataques y secuestros.
El candidato demócrata Kerry intensificó
hoy su crítica al comandante en jefe al afirmar que el presidente
está "viviendo un mundo de fantasía" en torno a Irak, y agregó
que ese país "es ahora lo que no era antes de la guerra: un refugio
para terroristas".
La
campaña de Bush inmediatamente lanzó su contraataque cuestionando
esencialmente el patriotismo de Kerry por poner en duda al comandante en
jefe en medio de una guerra, y por atreverse a criticar al líder
interino de Irak, Iyad Allawi, quien hoy habló ante la Asamblea
General de la ONU después de una semana de presentaciones -incluso
ante el pleno del Congreso- ofreciendo un panorama muy optimista del futuro
inmediato de su país y agradeciendo el apoyo de Bush para liberar
a Irak.
Kerry no está solo en su cuestionamiento de la
guerra en Irak. El propio secretario de Defensa Donald Rumsfeld tuvo que
aceptar que hay dudas sobre si la elección programada para enero
en Irak podría realizarse en algunas zonas de ese país, y
admitir que no podía decir con seguridad si el número de
insurgentes anti estadunidenses es mayor ahora que hace un año.
El número promedio de ataques por fuerzas antiestadunidenses
cada día se ha incrementado de 22, hace un año, a 87 hoy
día, y Rumsfeld reconoce que hay áreas enormes del país
con millones de habitantes que no están bajo el control de las fuerzas
invasoras.
El diario Los Angeles Times reportó hoy
que "amplias zonas de Irak permanecen fuera de control del gobierno interino,
autopistas principales están repletas de atacantes y el primer ministro
interino Allawi -junto con la embajada de Estados Unidos y gran parte de
la comunidad internacional- tienen que realizar su trabajo en recintos
fortificados protegidos por tanques, muros antibombas y alambre de púas".
Bush no desea reconocer esa realidad en público,
pero su general encargado de la guerra, John P. Abizaid, informó
al Congreso esta semana que podrían necesitarse aún más
tropas en Irak y aunque desea conseguir más fuerzas de otros países,
tal vez sea necesario aumentar el numero de soldados estadunidenses ahí.
La Casa Blanca no desea desplegar más tropas antes
de las elecciones presidenciales estadunidenses del 2 de noviembre, pero
el Pentágono reconoció que está desarrollando planes
de contingencia para una operación militar mayor para mediados de
noviembre.
El problema rebasa lo militar
Pero el problema no es sólo militar. Crece la sospecha
en Irak de que Estados Unidos invadió a ese país para garantizar
el control del petróleo, beneficiar a Israel y establecer un gobierno
pro Washington y una presencia militar permanente en la región,
explicó Jessica Matthews, presidenta del prestigioso instituto de
análisis político Carnegie Endowment. El gobierno de Bush,
afirmó, no ha hecho nada para descartar esta suposición.
En un artículo publicado hoy en el diarito The
Washington Post, Matthews escribió que "si controlar el petróleo
de Irak no fue nuestro propósito, ¿entonces por qué
la Secretaría del Petróleo fue el único edificio que
los soldados estadunidenses tenían ordenes de proteger contra el
saqueo? Si Estados Unidos no tenía la intención de quedarse,
¿por qué está construyendo 15 bases militares 'duraderas'?
Si no tenía la intención de controlar la política
en Irak ¿por qué nombraría a un primer ministro que
durante dos décadas estuvo en la nómina de la CIA?"
La disyunción entre la retórica y la realidad
en esta guerra se evidenció de manera notable esta semana en Washington.
Bush se reunió con Allawi en la Casa Blanca para elogiar el florecimiento
de la democracia en Irak mientras que las credenciales democráticas
del propio líder iraquí están bajo sospecha.
El New York Times señaló en su editorial
hoy que Allawi inició su carrera política trabajando para
Saddam Hussein, sólo para después convertirse en empleado
de la CIA. En el breve periodo desde que asumió su puesto como primer
ministro, Allawi ha reinstaurado la pena de muerte, clausuró las
oficinas de Al Jazeera y se adjudicó el poder para imponer la ley
marcial.
"Es preocupante ver a alguien que se presenta como el
líder futuro de una democracia empezar a expresar dudas sobre el
valor de una prensa libre y rehusar aceptar la importancia de una discusión
honesta y realista de lo que está ocurriendo en su país",
opinó el Times.
Varios editorialistas han expresado sus dudas esta semana
sobre la importancia de la democracia en la región de conflicto
para el gobierno de Bush.
Para empezar, esta semana Bush dio la bienvenida al presidente
de Pakistán, Pervez Musharraf, al reunirse con él en la Casa
Blanca -un hombre que tomó el poder en un golpe militar y recientemente
anunció que violará su promesa de abandonar su puesto como
comandante en jefe del ejército. Bush nunca ha criticado el golpe
y tampoco mencionó que Musharraf no cumplirá con su promesa.
Funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que no se habló de esto
en privado.
En Afganistán, a pesar de la retórica triunfal
de Bush, la democracia parece cada vez más distante. "Afganistán
se ha convertido en una colección de feudos gobernados por jefes
guerreros nutridos por una economía de opio multimillonaria", reportó
J. Alexander Their, analista del conservador Instituto Hoover, quien fue
asesor legal del nuevo gobierno afgano.
Médicos sin Fronteras, que permaneció en
Afganistán 24 anos -incluyendo la ocupación soviética,
el régimen talibán y los primeros años de la invasión
estadunidense- ha decidido que las condiciones son tan peligrosas ahora
que se retirará del país. Ventas de opio el año pasado
representaron un tercio del PIB y se espera que se duplicará la
producción este año, según datos de Their en un artículo
publicado por el New York Times esta semana.
Un debate sin fondo
Pero aquí hay poco debate a fondo sobre estos desastres.
Kerry criticó a Bush por no dedicar suficientes recursos a la guerra
en Afganistán, pero sólo como parte de su crítica
para efectos electorales.
Kerry afirmó que "la invasión a Irak fue
una desviación profunda de la batalla contra nuestro enemigo más
grande: Al Qaeda. Bush hizo de Saddam Hussein la prioridad. Osama Bin Laden
habría sido mi prioridad".
Pero Kerry, en un discurso que fue anunciado como su "solución"
a esta crisis, presentó una serie de propuestas, entre ellas incrementar
el tamaño de las fuerzas armadas de Estados Unidos, criticar públicamente
a Arabia Saudita por su apoyo al fundamentalismo islámico, reducir
dependencia sobre el petróleo de Medio Oriente y ofrecer más
asistencia a los países musulmanes pobres para que sus poblaciones
no sean reclutadas por Al Qaeda, que quedaron poco definidas y faltas de
concreción.
De hecho, un representante del Partido Republicano comentó
esta tarde que esta "nueva política" no es más que Kerry
declarando que haría lo mismo que Bush, pero mejor.
Así acabó lo que algunos llamaron "la semana
de Irak". Al parecer, habrá muchas más.
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