México D.F. Domingo 26 de septiembre de 2004
Solamente 8.36 pequeños y medianos negocios
formales por cada 10 mil habitantes
Los nuevos empresarios mexicanos, de los más
ineficientes en el mundo
Buscan ventaja en precios bajos
DAVID ZUÑIGA
Los emprendedores mexicanos están entre los más
ineficientes del mundo. Además de enfrentar problemas como trabas
burocráticas y falta de crédito, en general son poco organizados;
basan su competitividad en mercancías y servicios baratos y carecen
de una cultura de innovación y trabajo en equipo, señalaron
representantes del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Fundación
para el Desarrollo Sostenible en México (Fundes).
El estudio comparativo Desarrollo emprendedor. América
Latina y la experiencia internacional destaca que las nuevas empresas
latinoamericanas están en desventaja frente a las de Europa y Asia
del Este debido a que tienen una inversión inicial baja porque generalmente
se inician con ahorros propios o préstamos familiares, son unipersonales
o están formadas por equipos reducidos, venden al menudeo a consumidores
individuales; muy pocas exportan o consiguen contratos de proveeduría
con empresas más grandes o con el gobierno y basan su competencia
en los precios, más que en la calidad y la diferenciación
de los productos, lo que constituye apuesta "muy peligrosa y de corto plazo".
Los
analistas coincidieron en que los programas de desarrollo de emprendedores
diseñados por el gobierno son insuficientes y en que se requiere
una mayor participación del sector privado.
La directora de Fundes México, Lysette Henríquez,
destacó que si bien hay 2 millones 676 mil 32 microempresas registradas
en México, sólo 85 mil 223 han superado el nivel de negocio
de subsistencia; es decir, el país tiene uno de los niveles de pequeñas
y medianas empresas formales más bajos de América Latina:
8.36 unidades económicas por cada 10 mil habitantes. Además,
los emprendedores mexicanos tienen menos experiencia previa en los negocios
y 52 por ciento de los nuevos negocios son creados por personas que no
tienen estudios universitarios.
Henríquez señaló que en México
la rotación de personal en las empresas es muy elevada. Ello impide
a los trabajadores consolidar conocimientos y experiencia laboral que podría
servirles para iniciar un negocio.
La especialista mencionó que se han desarticulado
las cadenas productivas y las redes de proveeduría, se desaprovecha
la subcontratación y el capital de riesgo es prácticamente
inexistente. Además advirtió que la banca no tiene incentivos
para financiar a los nuevos pequeños negocios y el Estado debe intervenir
para paliar esta "falla de mercado evidente".
Falta vinculación del sector con las instituciones
educativas
ISRAEL RODRIGUEZ
La ausencia de una política industrial que apoye
a las pequeñas y medianas empresas no ha permitido posicionarlas
a estándares de competitividad internacional. Además, no
existe tampoco una vinculación entre la industria y las instituciones
educativas del país, lo que aunado a la escasez del crédito
por parte de la banca, en su mayoría extranjera, ha propiciado la
pérdida de nichos de mercado, consideró Jorge Basave, director
del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Entrevistado en el contexto del seminario internacional
Balance y perspectivas de los estudios de empresarios y empresas, el académico
explicó que en México hay una gran diferencia entre el nivel
de competitividad de las grandes empresas y la mayoría de las medianas
y pequeñas, que entre otras problemáticas trabajan en un
entorno en el que no se ha implementado una estrategia de desarrollo y
apoyo a la competitividad.
Las unidades productivas requieren no sólo de la
acción empresarial, sino también del apoyo del Estado mediante
una estrecha vinculación con las instituciones educativas.
Por otro lado, la falta de crecimiento y de impulso al
mercado interno impide que estas empresas coloquen más producción
y generen más servicios, lo que ha repercutido en un aumento del
desempleo y de la enorme actividad informal en nuestra economía.
Jorge Basave advirtió que pese a que la economía
estadunidense ha comenzado a despuntar, "ahora ya no nos va a jalar" como
en el pasado, principalmente porque se ha acrecentado la pérdida
de nichos de mercado que tradicionalmente eran cubiertos por productos
nacionales. El desplazamiento por parte de China en industrias como las
de la confección, el calzado y textil, entre otras, es un buen ejemplo.
Otro problema es la ausencia de crédito por parte
de la banca, en su mayoría extranjera. "La banca vino a gozar de
altas tasas de interés que se tenían en el país y
de los grandes rendimientos que les otorga el pagaré Fobaproa-IPAB,
que les ha garantizado el retorno de su inversión en plazos relativamente
cortos". En México, dijo, ahora contamos con bajas tasas de interés,
pero de nada sirve porque no hay crédito.
Por su parte, la doctora Marcela Hernández, investigadora
de la Universidad Autónoma Metropolitana, al realizar una evaluación
sobre los estudios de cultura empresarial en México comparada con
el modelo anglosajón señaló que existe una ausencia
de participación de los administradores mexicanos en la toma de
decisiones, produciendo insatisfacción en el trabajo, mientras que
los sajones delegan más en su toma de decisiones.
"En México se tiende más al colectivismo
y los ingleses al individualismo (participación en el trabajo, toma
de decisiones). En cuanto a la variable tiempo los mexicanos tienden a
la percepción de un pasado negativo, un presente hedonista y un
futuro fatalista, mientras que los sajones tienen claramente definido un
patrón positivo tanto del pasado como del futuro".
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