Ocho proyectos concentran la mayor parte de los fondos; ajustes en los demás

Sedeso recortará recursos a programas pese a tener más presupuesto asignado

La falta de dinero impide cumplir con el fondo contra imprevistos: Miguel Székely

ALMA E. MUÑOZ

La proyección del presupuesto de 22 mil 34.42 millones de pesos para la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) en 2005, con todo y que representa un incremento de 4.43 por ciento en relación con lo autorizado para este año, obliga a la dependencia a disminuir entre 11.81 y hasta 79.57 por ciento el monto destinado a la aplicación de siete de los 18 programas que opera para la atención de los sectores más pobres del país.

Dado que 80 por ciento de los recursos están comprometidos en los esquemas regularizados (como Oportunidades, Microrregiones y Hábitat), que por sus reglas de operación no pueden sufrir recortes sino al contrario, aumentar ingresos en relación con su número de beneficiarios, sólo cuatro mil 406.884 millones de pesos del total se distribuirán en el resto de los programas de Sedeso.

Esto representa una afectación para millones de personas que subsisten en condiciones de alta y muy alta marginación y que están empadronados en Opciones Productivas, Atención a los Adultos Mayores, Empleo Temporal, Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), Iniciativa Ciudadana 3x1, Comisión Nacional para la Atención de Zonas Aridas e Incentivos Fiscales. Diconsa y Liconsa también se ven afectados, aunque su caso es diferente al de los anteriores porque sólo se les otorga dinero como ayuda para la compra de productos o red de abasto.

Tras una queja del director del Inapam, Pedro Borda, por el trato fiscal que recibirán éste y otros instrumentos de ayuda a grupos vulnerables en relación con los recursos del año pasado -de 21 mil 98.54 millones de pesos-, el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Sedeso, Miguel Székely, explicó que la determinación fue asumida por la dependencia, porque, pese al aumento de presupuesto, los fondos no son suficientes para operar con eficiencia.

"No hay dinero. No es cosa de mala voluntad. Estamos de acuerdo con que los programas deberían tener más pero no hay margen de maniobra. Claro que existen decisiones dolorosas pero, Ƒde dónde sacamos los recursos?" Los más de 22 mil millones de pesos asignados representan el techo presupuestal que nos otorga la Secretaría de Hacienda, "aquí -insistió- no es problema de voluntades. Nosotros ya tenemos comprometido 80 por ciento de los recursos para aquellos programas que son a largo plazo y cuyo padrón no puede ir a la baja.

"Si los diputados quieren incrementar el dinero para el resto de los esquemas sólo tienen dos opciones: o aumentan los ingresos para el próximo año o le quitan a algún otro programa y allí es donde la decisión se convierte en difícil, porque todos quisiéramos más".

La posibilidad de aumentar el dinero depende, de acuerdo con el subsecretario, del trabajo del Legislativo para conseguir una reforma fiscal que posibilite más recursos. Sobre este asunto hablará hoy la titular de la Sedeso, Josefina Vázquez Mota, en su comparecencia ante las comisiones de Desarrollo Social y Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Con un mínimo margen de maniobra, la Sedeso pretende evitar, en 2005, la desaparición de aquellos programas cuyas participaciones serán reducidas. "Por una responsabilidad de la Secretaría no se pueden eliminar los regularizables y con lo que queda (20 por ciento del global) debemos asumir las prioridades. Por ejemplo el caso del Inapam, fue aunque también tenemos la alternativa de mandarlo en cero, le asignamos lo que se pudo. Nuestra intención no es desmantelarlo, simplemente no hay más recursos". Pero éste, reconoció Székely, no es el único caso, existen otros que sufren una "reducción porque no hay más dinero".

La comparación entre lo asignado el año pasado y lo propuesto para 2005 y la distribución que se hizo del presupuesto puede verse en la tabla contenida en esta nota.

Székely descartó que el esquema de la gráfica signifique una violación a la Ley General de Desarrollo Social porque "no dice que entre año y año no se pueden bajar los recursos de los programas. Su artículo 18 establece que una vez aprobado su presupuesto, éste no se puede disminuir. No tendría lógica actuar al contrario porque, Ƒqué tal si tenemos un pésimo programa y a fuerza haya que meterle más dinero?"

El artículo 20 de la citada ley, recordó, sólo establece que no es posible disminuir el presupuesto federal destinado al gasto social en términos reales comparado con el del año fiscal anterior. "Y esto, en términos globales, se cumple".

Por sí sola, según la tabla proporcionada, la Sedeso recibe 4.43 por ciento de incremento general, el mínimo de lo que recomienda la normatividad. Si se suman los recursos del gabinete de desarrollo social, que involucra a Educación, Salud y Sedeso, el aumento llega a 10.34 por ciento, y si se considera la clasificación general del Presupuesto de Egresos de la Federación para este rubro, que incluye, además de los anteriores, servicios básicos, como agua potable, alcantarillado, acciones de ur-banización y vivienda, programas de superación de la pobreza y de asistencia social en beneficio de grupos vulnerables, se alcanzan 10.93 puntos porcentuales a favor.

-Si el presupuesto se aprueba bajo estas circunstancias, Ƒpueden operar en condiciones óptimas? -se le preguntó al subsecretario.

-No. Podemos operar si mantenemos el regularizable y, según la escala, al menos mantenemos en funcionamiento el resto de los programas. Si se pregunta al sector comunicaciones y transportes o a educación sobre este mismo tema, encontraremos que todos queremos más recursos pero no es un problema de voluntades. Es que no haya dinero.

-ƑYa se previó el fondo de contingencia que se plantea en el artículo 25 de la Ley de Desarrollo Social para hacer frente a fenómenos económicos y presupuestales imprevistos?

-Si no podemos mantener ni apoyar los programas cómo queremos: menos podemos ahorrar para otros años -finalizó.