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México D.F. Viernes 1 de octubre de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
El día después
Los Pinos se engalla
ƑSe agota un ciclo del peje?
Encinas y Ebrard, en la línea de relevo
POR PRIMERA VEZ en mucho tiempo, Los Pinos ha tomado la iniciativa política respecto a Andrés Manuel López Obrador. El Presidente ha considerado, incluso, que ha llegado el momento de tachar de mentiroso al jefe de Gobierno capitalino, argumentando ayer, en gira por Coahuila, que no por repetirla habrá de convertirse en verdadera la versión "falsa" del tabasqueño respecto del arbolado lugar donde cree que está el origen de sus problemas judiciales. Eso y más le habría dicho el presuntamente engallado Presidente al perredista en su propia cara, habiéndole pedido además, ese miércoles, que dejara de esparcir la especie de que el caso El Encino se había tramado en el entorno presidencial. Los testigos facciosos, en todo caso, no le dejarían mentir al jefe del gobierno federal, e incluso uno de ellos, precandidato supuestamente encubierto, o no declarado, se ha dedicado a relatar a periodistas los presuntos entretelones del muy anunciado encuentro que según el cristal de Bucareli habría sido, obviamente, muy bien manejado por un guanajuatense dueño de los tiempos, enérgico en las respuestas, políticamente colmilludo, decidido a no dejar pasar más las insinuaciones o acusaciones tropicales, un estadista, pues, que habría atendido al mandatario capitalino como a uno más de los gobernantes que por los salones de Los Pinos pasan rutinariamente a recibir cátedra política y, por qué no, consejos y correctivos necesarios.
EL NUEVO ENCUADRE que ha dado la Presidencia a su litigio con López Obrador debería llevar a éste a preguntarse si acaso no debería dar por cerrada una fase de su larga batalla y buscar nuevos posicionamientos. Es posible que a partir de ahora la silla del Zócalo sólo pueda ofrecer rendimientos políticos decrecientes. Los Pinos buscará evidenciar, cuantas veces sea necesario, y entre más ocasiones mejor, la vocación lopezobradorista que le lleva a eludir los presuntamente rectos senderos de la justicia. Después del desencuentro habido en la casa presidencial, la búsqueda de diálogos o negociaciones políticas ha sido cancelada, y la respuesta oficial a los reclamos del tabasqueño será, por la vía de funcionarios como Santiago Creel, o de algunos buenos amigos dueños de medios, sobre todo electrónicos, la de encauzar todo alegato político hacia los aceitados dominios marianos de lo jurídico.
EL PROPIO EJERCICIO natural del poder capitalino parecería a partir de ahora estar sembrado de minas. Ya lo ha esbozado el propio López Obrador varias veces: no es posible ejercer bien un gobierno cuando se debe estar a la defensiva, dedicando tiempo e ingenio a la lucha política y no a la administración. Además, tampoco es congruente acusar a un secretario de Gobernación de estar cuidando su interés político personal cuando evidentemente se está en una situación similar. Bueno, hasta las conferencias matutinas de prensa parecen haberse desgastado, y más lo serán si López Obrador pretende retornar a los relatos de lo que es cotidiano en un gobierno capitalino cuando el interés de los periodistas se centra en el plano nacional de la política y las elecciones venideras.
UNA MANERA DE que AMLO retome la iniciativa política sería solicitando licencia al cargo, para alterar así el curso en que cree haberse instalado Los Pinos. Si hoy el tabasqueño se declarara ciudadano sin fuero, y conminara a las autoridades a cumplir su obligación de tomarlo preso y someterlo a juicio, estaría rompiendo el esquema construido a partir de la reunión del miércoles y obligaría a sus adversarios a tomar decisiones apresuradas, con encuestas de opinión favorables para López Obrador, con un ánimo en la clase política mayoritariamente contrario al linchamiento selectivo, y con el antecedente de que el presidente había eludido el diálogo directo y se habría blindado con chaperones oficiales.
LA HIPOTESIS DE la peje declinación abre interrogantes sobre su sucesor. Hasta ahora aparecen dos candidatos naturales: Alejandro Encinas, que fue subsecretario de Gobierno con José Agustín Ortiz Pinchetti de superior, y que a la salida de éste rumbo a San Lázaro ascendió no sólo por escalafón sino por méritos en campaña. El otro aspirante natural es Marcelo Ebrard, cuyas expectativas son reforzadas por la alianza entre López Obrador y Manuel Camacho Solís. En cualquiera de los casos, Martí Batres está encaminado a ser secretario general de Gobierno, tanto por la experiencia legislativa que ha combinado con un paso combativo por la subsecretaría de Gobierno como, además, por la relación de origen que tiene con el bejaranismo que sigue siendo base electoral importante para el lopezobradorismo pero que necesita jefes diferentes a los que el escándalo ha arrastrado.
OTRO PUNTO FINO del necesario replanteamiento de la corriente de López Obrador es el de la organización social y electoral. Andrés Manuel se convierte en viajero frecuente en cuanto inicia una nueva etapa política, así es que si tomara la decisión de dejar el gobierno capitalino seguramente iniciaría un recorrido por todo el país que le permitiría recoger ordenadamente la cosecha de cuatro años metido en el Distrito Federal.
LA OTRA OPCION es atrincherarse en el cargo actual y empecinarse en la repetición de argumentos conspirativos. Con el riesgo de que acciones u obras de gobierno den pie a nuevos ataques políticos o judiciales. O, incluso, de que tengan otra sorpresa en cartera los orquestadores de la gran acometida que tuvo como estrella a Carlos Ahumada (a quien los grandes conspiradores están devolviendo sus bienes íntegros, como quien paga una promesa en espera de nuevos tratos).
PERO, POR LO pronto, lo único seguro es que la faena astilladora de esta semana ha concluido, así es que, šaquí nos encontraremos, sin chaperones, el próximo lunes! Fax: 5545-0473 [email protected]
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