Necesario, mejorar calidad y equidad: Villagordoa

SEP: dependerá del Congreso aumentar fondos a educación

LAURA POY SOLANO

"La educación en México aún no es lo que necesitamos para construir un país justo, libre y próspero, pues el gran eje de la transformación educativa en nuestro país es atender y mejorar la calidad y equidad en la formación académica", reconoció Ignacio Villagordoa, director general de Acreditación, Incorporación y Revalidación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien agregó que "dependerá de los legisladores incrementar los recursos destinados a la educación superior".

Luego de participar en el informe anual de actividades de la Universidad del Claustro de Sor Juana, donde entregó el reconocimiento oficial a esta institución como parte del padrón de excelencia académica de la SEP, el funcionario agregó que la aprobación de las reformas estructurales "garantizaría al Estado los recursos necesarios para invertir en el desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología, y con ello fortalecer el financiamiento oficial".

A pesar de reconocer que existe falta de recursos para las instituciones de educación superior, Villagordoa insistió en que "en muchos casos hemos comprobado que si bien los recursos son importantes, la calidad y la excelencia académicas son el resultado de la participación de docentes y directores dedicados, así como de padres de familia y alumnos comprometidos".

Carmen Beatriz López Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, afirmó que la formación universitaria "ha sido reducida a fabricar seres homogéneos, resignados y débiles morales que se conforman con cumplir las leyes del mercado, mientras se aplican recetas gerenciales a ámbitos tan diversos como la escuela, el instituto y la universidad".

Por ello, manifestó su respaldo a las acciones de protesta de académicos, intelectuales, investigadores y jóvenes estudiantes "contra la falta de apoyo a las universidades públicas y ante un nuevo recorte al presupuesto destinado a la educación y la ciencia".

Agregó que luego de impulsar una reforma educativa en 1980 los resultados fueron programas de enseñanza y aprendizaje "en los cuales ya no se trata de integrar nuevos conocimientos, sino sólo de saber hacer, lo que reduce la educación a la utilización rudimentaria de las herramientas del progreso. "El diseño para la enseñanza retomó la vieja máxima de instruir al trabajador para enseñarle sólo a producir y abandonar toda tentativa de educación basada en los saberes que la humanidad ha acumulado en su historia."

López Portillo alertó sobre la tendencia a utilizar los espacios universitarios como "centros esenciales para la estructura económica, donde no se imparten los conocimientos que nos conduzcan a comprender el mundo y, por consiguiente, a transformarlo". Es necesario, insistió, aplicar el concepto de desarrollo no sólo al proceso de crecimiento económico, "sino a un proceso ambicioso que conduzca a generar las condiciones que les permitan a todos los ciudadanos tener una vida digna".