México D.F. Viernes 1 de octubre de 2004
México está cerca de experimentar
un "terremoto demográfico": Inapam
Cuatro millones de campesinos, sin apoyos por insuficiencia
presupuestal
Advierte experto sobre efectos del envejecimiento en
el agro
CAROLINA GOMEZ MENA
La política agraria del gobierno no sólo
es "dispersa", sino que "no está diseñada para fortalecer
al sector rural y ha sido benéfica sólo para los 400 mil
productores que poseen agronegocios, pues la apuesta ha sido favorecer
un desarrollo de tipo empresarial en el campo", consideró Sergio
Ramírez Vargas, presidente de la Confederación Nacional Agronómica,
quien criticó que el presupuesto del rubro para el próximo
año sólo se haya incrementado en alrededor de 5 mil millones
de pesos.
En
conferencia de prensa para anunciar la realización del 29 Congreso
Nacional Agronómico, a mediados de noviembre, alertó respecto
a que tampoco las autoridades han adoptado medidas ante el envejecimiento
de los productores nacionales.
Según Ramírez Vargas, casi 80 por ciento
de los productores rurales tiene más de 50 años, lo que implica
que las tierras puedan empezar a quedar "ociosas, subexplotadas y aún
más atrasadas en cuanto tecnificación, porque un productor
mayor es poco receptivo a las políticas de modernización".
Consideró que es urgente una política de
Estado que atienda este fenómeno. Para ello se debe "hacer el campo
atractivo para los jóvenes y habría que emprender proyectos
de rentabilidad financiera". Señaló que el presupuesto que
propone el Ejecutivo para el sector (unos 125 mil millones de pesos) es
insuficiente, ya que por lo menos se necesitan 140 mil millones.
Resaltó que la política empresarial agroindustrial
que se pretende establecer "margina a más de 4 millones de productores,
que se tienen que conformar con programas de apoyo que no alcanzan para
incentivar la productividad". Sostuvo, además, que el progreso del
campo debe estar acompañado por profesionales en el rubro, es decir,
de agrónomos, pero este es un factor no considerado por el gobierno.
"Los agrónomos estamos prácticamente excluidos
de la política de Estado, porque ésta no plantea opciones
para que nos integremos al desarrollo rural. No podemos ser competentes
si al campo no se le dan servicios profesionales, se le reduce el presupuesto
y no hay transferencia de tecnología, entre muchas otras omisiones",
expuso.
En 2050 una cuarta parte de la población tendrá
más de 65 años: Pedro Borda
DAVID ZUÑIGA
México carece de una cultura sobre la vejez, está
imposibilitado para cumplir las obligaciones con los trabajadores que pasarán
a retiro y tampoco está listo para enfrentar el aumento de enfermedades
crónicas y discapacidades que requerirán cuidados de largo
plazo, señalaron ayer especialistas reunidos por el Centro de Información
de la Organización de Naciones Unidas.
Ignacio Orozco, miembro fundador de la Asociación
Mexicana de Gerontología y Geriatría, señaló
que en el país sólo hay unos 300 especialistas de esta rama,
cuando la población anciana del país es de más de
8 millones de personas.
Déficit en atención geriátrica
Cada año, agregó, el Hospital General forma
a sólo dos geriatras y del Instituto Mexicano del Seguro Social
salen otros cuatro. Lo ideal, consideró, es que el país tuviera
cuando menos un geriatra por cada 500 personas mayores, o que al menos
cada hospital tuviera su área de geriatría.
Además, la cantidad de camas de hospital es mínima;
80 por ciento de los pacientes que llegan a las salas de urgencias son
mayores de 65 años y 80 por ciento de los casos se deben a causas
previsibles.
En cuanto al trabajo que ha hecho la actual administración,
señaló que se han desarrollado numerosas investigaciones
y diagnósticos, pero ninguno se ha traducido en medidas concretas
para favorecer a este grupo de la población.
Asimismo, Orozco señaló que darle dinero
o trabajos mal remunerados a los ancianos es sólo un paliativo para
un problema creciente que tendrá repercusiones nacionales.
En una rueda de prensa con motivo del Día Internacional
de las Personas de Edad, que se celebra este viernes, el director general
del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), Pedro
Borda, anunció que el 27 de octubre se darán a conocer las
conclusiones de un foro sobre el envejecimiento de la población
y sus repercusiones económicas y sociales.
El funcionario advirtió que México está
cerca de experimentar un "terremoto demográfico", pues la población
mayor de 65 años, que actualmente es 7.8 por ciento del total, llegará
en 2015 a 15 millones de personas y para 2050 serán 36 millones,
entre 25 y 26 por ciento de los habitantes.
Borda explicó que actualmente 40 por ciento de
los ancianos trabaja. Sin embargo, se ha observado en este grupo un aumento
de las adicciones, principalmente al alcohol, y de los casos de violencia
intrafamiliar.
Pobre contratación de ancianos
Según Borda Hartmann, en las empresas mexicanas
persisten "mitos" que impiden la contratación de ancianos. El Inapam,
recordó, tomó una muestra de anuncios clasificados de 855
empresas, de las cuales sólo 12 aceptaban a personas mayores de
55 años.
El representante del Fondo de Población de la ONU
en México, Rogelio Fernández Castilla, advirtió que
el envejecimiento demográfico está ocurriendo muy rápido
en el país. En 1750 Francia tenía una población de
ancianos que era 5.2 por ciento del total y para 2050 será de 26.4
por ciento; es decir, habrá tenido tres siglos para enfrentar este
fenómeno. En cambio, en el año 2000 México ya tenía
una población mayor equivalente a 4.6 por ciento del total y en
2050 será de 24 por ciento; por lo que sólo tendrá
medio siglo para ajustar sus instituciones, su economía y su sistema
financiero.
Para 2050 la población de menores de 15 años
se habrá reducido de 33.2 a 14.7 por ciento; la de 15 a 64 años
(considerada población económicamente activa) pasará
de 62 a 60.7 por ciento, y la de más de 65 años crecerá
de 4.8 a 24.6 por ciento. En el año 2000 había en México
unos 20 ancianos por cada cien menores de 15 años; para 2050 el
número de personas mayores igualará al de niños y
adolescentes.
Este fenómeno, aunado a una mayor incidencia de
enfermedades crónico-degenerativas, provocará grandes presiones
financieras: atender a un paciente de entre 65 y 69 años cuesta
al año alrededor de 5 mil pesos. Sin embargo, para un paciente de
más de 85 años el costo se eleva a 10 mil pesos.
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