México D.F. Viernes 1 de octubre de 2004
El muelle municipal sigue recibiendo cruceros
gracias a las protestas sociales
Activistas de Zihuatanejo temen que se consume la privatización
de la bahía
Ecologistas y pescadores denuncian el impacto ambiental
de las obras de Puerto Mío
ROSA ROJAS ENVIADA
Zihuatanejo,
Gro., 30 de septiembre. Seguramente los primeros turistas que desembarcaron
esta mañana del crucero Norwegian Star en el muelle municipal
de este puerto nunca van a saber la verdadera razón por la cual
una mujer les aplaudía y les daba a gritos la bienvenida, ni tampoco
por qué varias más se secaban las lágrimas a su paso.
Seguramente esos turistas nunca van a saber que para que
ellos llegaran hoy aquí y no al contiguo muelle privado de Puerto
Mío hubo necesidad de que un pueblo de pescadores, lancheros, comerciantes,
restauranteros, maestras, trabajadores, gente que ama su bahía y
su naturaleza, que vive de ella y para ella, se sublevara y batallara en
forma pacífica durante dos meses contra un muro de disposiciones
oficiales federales, estatales y municipales que desembocaban en una sola
determinación: "a partir de esta temporada los cruceros turísticos
llegarían a Puerto Mío, o no llegarían.
"Ahí fue cuando nosotros reaccionamos y con sus
mismas palabras se la volteamos al gobierno y dijimos: 'o es Zihuatanejo
o no es nadie', y entonces alguien empezó a hablar de un bloqueo
a la salida de Puerto Mío, que sería el recurso extremo,
la última opción para defendernos.
"Qué curioso que después de que tajantemente
nos decían que no se podía que siguieran llegando los barcos
a nuestro muelle, porque no teníamos la certificación que
exige el nuevo Código Internacional para la Protección de
Buques e Instalaciones Portuarias (PBIP), todo se hubiera arreglado por
teléfono con un subsecretario de Turismo y con los diputados federales
por Guerrero. Este movimiento lo asumió el presidente municipal,
Amador Campos Aburto, para calmar las cosas, porque el hecho de que la
gente bloqueara la salida de los cruceristas iba a hacer que no regresaran
los cruceros".
Protagonistas de la resistencia
Atropelladamente, arrebatándose la palabra unos
a otros, a ratos hablando varias personas al mismo tiempo, una decena de
protagonistas de esta larga guerra contra la privatización de la
bahía de Zihuatanejo relataron los últimos acontecimientos
que desembocaron en esto que ahora consideran "un triunfo parcial". Suspicaces,
algunos piensan que las autoridades mataron dos pájaros de un tiro,
porque lo único que garantizó el presidente municipal es
que éste y el próximo crucero van a llegar al muelle público:
"tratan de desmovilizarnos con la llegada de estos cruceros al muelle municipal,
pero mientras tanto siguen las obras en Puerto Mío. Seguramente
cuando las terminen se los van a llevar para allá".
Comentaron: "Ganamos una batalla, pero no la guerra. Ahora
tenemos que seguir unidos y buscar llegar al fondo del problema, porque
si en promedio han estado llegando 35 cruceros anualmente, este año
están programados casi 80 y la bahía de Zihuatanejo no tiene
esa capacidad de carga".
En la entrevista colectiva participaron Adriana Sánchez,
comerciante e integrante de la organización SOS Bahía; Jesús
Alvarez y Alfredo Vargas, secretario y tesorero, respectivamente, de la
Asociación de Pesca Deportiva; Ysai Hernández y Miguel Farías,
de la Sociedad Cooperativa de Recreo y Pesca Deportiva de Zihuatanejo;
Benjamín Armenta, comerciante; Eligio Fernando Peñaloza,
la maestra Obdulia Balderas Sánchez, Erika Serrano, de la Red de
Organizaciones Ambientalistas de Zihuatanejo, y Rubén López
Barroso, de la Asociación de Protección para la Pesca Deportiva.
Aquí la gente todavía recuerda cómo
el Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo (Fibazi) expropió las
casas donde nacieron ellos y sus padres, a la orilla de la playa; cómo
se presionó y se llegó a amenazar con cárcel a los
ejidatarios para que no se opusieran a esas acciones "en bien del progreso"
para el desarrollo turístico; cómo se fueron talando los
grandes amates que daban sombra en la playa y cómo algunos locos
activistas -varios de los cuales ahora defienden la privatización
de la bahía- tuvieron que encadenarse a las palmeras del malecón
para evitar que las talaran "en aras del progreso".
Relatan que Puerto Mío es propiedad de la Inmobiliaria
Punta del Mar, uno de cuyos principales accionistas es el ex corredor de
autos Héctor Alonso Rebaque, pero hace unos tres años la
adquirió el grupo Regina, donde trabajó el director de Fonatur
(John McCarthy), institución que ha promovido en este lugar proyectos
y programas institucionales. Detallan cómo dicha inmobiliaria ha
ido acaparando terrenos a ambos lados de la bocana de la bahía y
tiene permisos para un enorme desarrollo en el que ya hay hoteles y restaurantes,
residencias a la orilla del mar, construidas en zona federal, que se están
vendiendo como propiedad privada.
La gente subraya cómo el espigón -un muro
de piedra rompeolas- impide la salida natural de las corrientes marinas,
lo que ha agravado la contaminación de la bahía, ya que en
ella se descargan las aguas servidas del municipio, "mal tratadas" en cinco
plantas, lo que ha dado como resultado que ya la gente no pueda nadar en
las playas del centro de Zihuatanejo, que sus aguas, otrora transparentes,
sean turbias y con efluvios de albañal.
Señalan que el proyecto de Puerto Mío incluye
la construcción de un muelle para cruceros dentro de la bahía,
cuando se debe instalar fuera de ella, habida cuenta de la grave situación
ecológica en que se encuentra. Reiteran que debe derruirse el espigón
para ayudar al saneamiento ecológico; que debe acelerarse la integración
de la averiguación previa instaurada por la denuncia que se presentó
ante la Fiscalía Especial para Delitos Ambientales de la PGR, tanto
por la contaminación del agua de la bahía como por el impacto
del espigón y otras obras de Puerto Mío que han destruido
la zona de anidación de los pelícanos, así como por
el cambio de configuración de la playa Contramar.
Florentino Zavala Clímaco, presidente de la Federación
de Cooperativas Pesqueras Zihuatlán, que agrupa a 17 cooperativas
con 757 pescadores ribereños, señaló que pese a la
contaminación la zona aún es muy productiva, y que en lugar
de seguir haciendo obras que alteren su dinámica lo que se requiere
es derruir el espigón, que ha provocado la sedimentación
de 5 de las 50 hectáreas que abarca la bahía, misma que se
ha azolvado un metro y veinte centímetros en una década.
"Por eso estamos unidos con los ambientalistas exigiendo que se evalúe
el impacto ecológico que ha provocado", declaró.
José Santos Torres, presidente de la Sociedad Cooperativa
de Productores Marinos Buen Rumbo, con 43 socios que trabajan en los bancos
de almeja, ostión, caracol y pesca de langosta, informó que
como consecuencia de la arribazón de cruceros, que se inició
hace 33 años, fueron escaseando estos productos del mar, y que es
tal el azolve de la bahía que ya con la marea baja los motores de
las lanchas topan con el fondo y se les rompen las propelas.
María Luisa Martínez e Isabel Cristina Valverde,
subdirectora de Ecología y asesora jurídica, respectivamente,
del ayuntamiento de José Azueta (Zihuatanejo), indicaron que la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes "cometió un acto
ilegal al no notificar que el muelle municipal iba a ser certificado" para
determinar si cubría las especificaciones del PBIP". Además
de que tampoco notificó cuáles eran esos requisitos.
Manifestaron que el error de los funcionarios federales
que certificaron el muelle inconcluso de Puerto Mío "es creer que
el movimiento de oposición al cambio de terminal marítima
pelea sin fundamento y que es una necedad y un capricho". Esta claro que
conforme ha ido avanzando el proyecto privatizador de la bahía más
gente se ha sumado al movimiento. Hoy ganaron una batalla de lo que ha
sido ya una larga guerra. Por eso esta mañana mucha gente acudió
al muelle municipal a ver el arribo de las lanchas (tenders) que
trasladaron a más de mil turistas desde el enorme crucero que se
quedó en la entrada de la bahía. Por eso algunas personas
lloraron hoy de alegría al paso de los visitantes extranjeros.
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