MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Gracias a Dios que el Banco Mundial no gobierna

Aforismo: repetir una mentira no la hace realidad

ROZAGANTES Y FELICES por las "optimistas perspectivas económicas", el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional afirman que América Latina "está saliendo de la crisis", que tiene "grandes oportunidades en este momento" y que 2004 cerrará con "un importante crecimiento".

CON ESE "ESPIRITU" ambas instituciones celebran su reunión anual, en la que por obvias razones no participa la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, organismo que advierte que la región tiene "el vergonzoso liderazgo de ser la más inequitativa del mundo".

NO ES NOVEDOSO que el Banco Mundial y el FMI vaticinen un futuro venturoso para los latinoamericanos -lo hacen en cada una de sus reuniones anuales-, pero la alegría no tiene límite y el primero de los organismos citados afirma que la "contracción económica" en la región "ha terminado", mientras su presidente, James Wolfensohn, hace pública su intención de "proponer que la favorable experiencia de México en la instrumentación de políticas sociales" se aplique en otros países de América Latina, "sin que ello implique que se busquen imponer criterios sobre políticas; nosotros podemos dar guía, pero no gobernar, gracias a Dios".

ESA FELICIDAD ES compartida por el director gerente del Fondo, Rodrigo Rato, quien asegura que "América Latina es una zona del mundo que se está viendo beneficiada con los precios del petróleo, y evidentemente eso debería servir no para aumentar las vulnerabilidades, sino para reducirlas, y al mismo tiempo para incrementar la potencialidad de crecimiento de la economía regional". Parece olvidar que la mayoría de las naciones que integran la región son importadoras netas del energético y que el precio del barril ronda los 50 dólares.

AMERICA LATINA, SIN duda, es una región que "ofrece grandes oportunidades", aunque no necesariamente para sus pobladores. De ninguna manera es gratuito el "vergonzoso liderazgo de ser la más inequitativa del mundo", como reiteradamente lo advierte la Cepal.

CADA DIA MAS latinoamericanos -de manera destacada los mexicanos- constatan las grandes oportunidades que les ofrece la región y por lo mismo tienen que migrar hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones, aunque en ello se les vaya la vida. Esos son los pesimistas, porque los pesimistas saben muy bien que sí existen tales oportunidades y las aprovechan de maravilla.

LA BANCA ACREEDORA, por ejemplo, que obtuvo de América Latina en la pasada década alrededor de 515 mil millones de dólares por concepto de intereses de la deuda externa de 19 naciones de la región, y que a pesar de esa sangría el saldo del débito crece como la espuma, de acuerdo con el reporte estadístico de la Cepal, a la que el Banco Mundial y el FMI no invitan a sus reuniones anuales.

SI DE OPORTUNIDADES se trata, tres naciones encabezan la oferta. Argentina, Brasil y México, las "grandes" economías latinoamericanas (aún no se ponen de acuerdo para delimitar cuál de ellas es la que mayores destrozos ha registrado por las políticas fondomonetaristas y las "propuestas" del Banco Mundial), cuyos gobiernos centrales reportaron, al cierre de 2003, un saldo cercano a 530 mil millones de dólares por concepto de deuda (externa e interna), cuando una década atrás rozaba los 250 mil millones, es decir, un incremento de 112 por ciento.

DE ACUERDO CON las cifras de la Cepal, al cierre de 2003 el saldo argentino se aproximó a 179 mil millones de dólares, el brasileño a 200 mil y el mexicano a 149 mil. Diez años atrás, tales cantidades, en números redondos, sumaban 80, 78 y 94 mil millones de dólares, en cada caso.

LOS BANCOS ACREEDORES siempre han celebrado las oportunidades que América Latina les brinda, porque el saldo de la deuda externa ha crecido como la espuma, al igual que el correspondiente al débito interno, a pesar de que esos tres gobiernos (el argentino, el brasileño y el mexicano) les pagaron alrededor de 375 mil millones de dólares sólo por concepto de intereses.

ADEMAS, TALES AUTORIDADES, previa "recomendación" del FMI y del Banco Mundial, autorizaron la extranjerización de sus respectivos sistemas bancarios (renglón en el que México ha sido el más generoso, aunque Argentina no canta mal los tangos), ahora controlados por la propia banca trasnacional que a esos gobiernos cobra intereses sobre intereses por sus respectivos débitos externos, al tiempo que se ha convertido en su principal acreedora por la emisión de deuda interna.

QUIEN NO QUIERA reconocer las oportunidades ofrecidas por América Latina será porque busca chamba en Estados Unidos.

SI DE DEUDA se trata, ayer la Secretaría de Hacienda divulgó su reporte sobre las finanzas y la deuda públicas, con información al cierre de agosto pasado. En este sentido, explica que el saldo del débito externo neto se ubicó en 80 mil millones de dólares, monto superior en 2 mil 900 millones respecto al reportado el 31 de diciembre de 2003. Este resultado, precisó, "se explica por ajustes contables al alza por mil 300 millones y una disminución de los activos financieros en el exterior por mil 600 millones de dólares. Es importante señalar que este resultado es congruente con el techo de desendeudamiento externo neto de 500 millones de dólares aprobado por el Congreso de la Unión para 2004".

EL SALDO DE la deuda interna neta del gobierno federal al cierre de agosto se ubicó en 929 mil 900 millones de pesos, monto superior en 2 mil 800 millones respecto del registrado al cierre de 2003. "La variación de los saldos se explica por un endeudamiento neto de 81 mil 200 millones de pesos, ajustes a la deuda indexada a la inflación por 3 mil 200 millones y un incremento en las disponibilidades del gobierno federal por 81 mil 600 millones".

ADEMAS, SEÑALO HACIENDA, en el cuarto trimestre de 2004 se incrementará en 500 millones de pesos el monto semanal a subastar de Cetes a 91 días, para quedar en 5 mil 500 millones; en la misma proporción el de bonos a tasa fija a plazo de 20 años, para quedar en mil 500 millones; y la frecuencia de la subasta de Udibonos a plazo de 10 años para quedar en cada cuatro semanas en lugar de cada seis, manteniendo 500 millones de Udi por subasta.

Las rebanadas del pastel:

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