México D.F. Viernes 1 de octubre de 2004
La directora de esa reserva de la biosfera afirma
ser blanco de campaña de difamación
Actividades agropecuarias amenazan la conservación
de Sierra Gorda
El ecoturismo en la región es aún incipiente;
buscan que sea alternativa de trabajo
ANGELICA ENCISO L. /II Y ULTIMA ENVIADA
Jalpan
de Serra, Qro. La reserva de la biosfera Sierra
Gorda fue seleccionada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF,
por sus siglas en inglés) del Banco Mundial para el financiamiento
de proyectos ambientales, con monto de 6.7 millones de dólares.
Su gran riqueza biológica, los altos niveles de conservación
que posee por la inaccesabilidad geográfica de los bosques y la
diversidad forestal fueron condiciones para su elección.
Es la zona de recarga de acuíferos más importante
de la región. Cuenta con amplias áreas que permiten la filtración
del líquido a los mantos freáticos; de los 66 ríos
con que cuenta la entidad, por la reserva atraviesan 25 cauces. La presa
Jalpan es la única del mundo que ha sido incluida en la red mundial
de humedales.
Tras el decreto de reserva de la biosfera, en 1997 empezó
a operar el programa de desarrollo social sustentable, pero ha enfrentado
obstáculos, porque cuando se ha regulado el uso de suelo ha habido
confrontación con los propietarios de la tierra dedicados a la agricultura
o a la ganadería extensiva, principales amenazas para la conservación,
explica José Luis Noria, subcoordinador regional del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Aquí, 70 por ciento de
la propiedad es privada, agrega.
La religión del maíz
Es difícil cambiar las costumbres de la población.
El cultivo del maíz es como "religión", por lo que los campesinos
siempre siembran algún área de sus predios con el grano,
afirma Rigoberto Torres, presidente municipal de Jalpan. "Ser reserva de
la biosfera coloca a la zona en el ámbito mundial, con la posibilidad
de obtener recursos de diversas instancias para las comunidades", agrega.
Hay terrenos que por su geografía nunca han sido
explotados, mantienen la cubierta forestal original, lo cual les permite
contar con recursos de programas de la Comisión Nacional Forestal,
entre ellos el de servicios ambientales y el de fábricas de agua,
cuyas condiciones son no explotar el bosque; esta reserva es la que tiene
el mayor porcentaje de tierra bajo este esquema, alrededor de 10 mil hectáreas.
Sin embargo, la situación ha sido difícil,
dice la directora de la reserva, Martha Isabel Díaz Corzo. La condición
del crédito del Banco Mundial para la entrega de recursos es que
por cada dólar se deben invertir tres más. Por eso, la búsqueda
de dinero para el desarrollo sustentable de la región es tarea cotidiana.
Se
trata, indica, de recursos fiscalizados por el organismo internacional,
y es necesario entregar cada tres meses reportes sobre el proyecto, el
cual deberá desarrollarse en siete años. Precisa que tan
sólo en 2002 se hicieron cuatro auditorías para evaluar el
trabajo en el área natural. "Querían probar que podíamos
manejar los 6.7 millones de dólares" y los resultados de las evaluaciones
han sido positivos.
Destaca que esta reserva es la que más recursos
ha logrado negociar a escala internacional, lo que ha despertado el celo
del líder de la Confederación Nacional Campesina en la región
(CNC), Mauro Márquez, quien ha puesto en duda el trabajo ambiental
de la dirección en la zona.
El cenecista cuestiona que en organizaciones no gubernamentales
estén los hijos y el esposo de Díaz Corzo, Roberto Pedraza.
Este personaje ha sido impugnado por campesinos del municipio de Landa
de Matamoros, que en un desplegado publicado en julio afirmaron que en
1997 descubrieron que la Secretaría de Desarrollo Social le había
entregado recursos para electrificar comunidades, lo que nunca hizo.
Frente a lo que llamó "campaña de difamación",
Díaz Corzo interpuso una demanda ante la Procuraduría General
de Justicia del estado, en la cual aseguró que el trabajo de su
familia en materia ambiental data de 1989, cuando se formó como
asociación civil el Grupo Ecológico Sierra Gorda, la cual
promovió el interés ambiental de la población en el
área, además de que con ello se dio paso a que el gobierno
de Ernesto Zedillo declarara a la sierra reserva de la biosfera, el nivel
más alto de protección ambiental en el país.
Lograr el decreto presidencial requirió el consentimiento
de las comunidades residentes en las 11 zonas núcleo de la reserva,
ya que en esos sitios es imposible realizar actividades productivas, agrega
Díaz Corzo. Hubo un proceso de concientización, abunda. Menciona
el caso de San Juan de los Durán, "donde le dije a don Primitivo,
del ejido que es propietario de la Cañada de las Avispas, que su
tierra era lo más preciado para la reserva, pero que si no querían
podrían quedar fuera del decreto. La decisión fue de la comunidad.
Fue a hablar con sus compañeros y decidieron dedicar su propiedad
a la conservación".
Después de este proceso, la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales designó a Díaz Corzo
directora de la reserva, y ella se abocó a la búsqueda de
recursos para impulsar la conservación de la zona y ofrecer alternativas
productivas a los habitantes del lugar, donde las fuentes de ingreso son
limitadas.
Desarrollo del ecoturismo
Los caminos que suben y bajan las montañas están
limpios de basura. A diferencia de otras carreteras, donde las botellas
de plástico son parte del escenario, aquí no existen. Esto
es resultado de la campaña de educación ambiental que el
PNUD y la dirección de la reserva realiza con alrededor de 14 mil
alumnos.
En 135 comunidades de la Sierra Gorda se clasifica la
basura. La población separa plástico de varios tipos (entre
ellos el Pet), vidrio, cartón y basura orgánica.
El Pet es recolectado cada semana por la agrupación
Ecoce, encargada de su reciclaje, y el resto de la basura no biodegradable
también se vende. Los ingresos que por ello se obtienen se entregan
a la comunidad para que sean invertidos en obras sociales, explica Olivia
Pérez, jefa del programa de Educación Ambiental del PNUD.
Asevera que también utilizan los recursos para
hacer la "fiesta de la tierra" en las escuelas, donde se expenden los platillos
típicos de la región: flor de izote, mole de camote, atole
de calabaza, tamal de chamal o cícada, especie que dejó de
evolucionar en la época de los dinosaurios, pero que crece en varias
zonas de la reserva y está en riesgo de extinción.
Se prevé que, con un manejo adecuado, las comunidades
puedan explotar la cícada comercialmente, debido a que tiene un
valor ornamental y ésta es una de las pocas áreas del país
donde aún existe. A unos pasos del camino de terracería,
donde es posible encontrar víboras de cascabel, se abre paso San
Juan de los Durán, al pie de Cañada de las Avispas, donde
la comunidad construyó cinco cabañas turísticas.
Los azulejos, pájaros carpinteros y cardenales
revolotean por los pinos y con su trinar, que emerge de entre el follaje,
seducen a los visitantes que poco a poco han comenzado a llegar a este
sitio. "Hubo unos suizos que vinieron un fin de semana y se la pasaban
sentados, escuchando los ecos del bosque", recuerda Aldebundo Martínez,
presidente del proyecto ecoturístico.
El terreno de 750 metros fue comprado a un particular
con apoyo del extinto Instituto Nacional Indigenista, y su operación
es "ecológica", agrega. Se utilizarán plantas solares para
la generación de energía y el agua de la cocina y los baños
es tratada para que no llegue sucia a los mantos acuíferos.
Martínez camina hacia su casa, que está
a unos metros de las cabañas. Ahí, en medio de las milpas,
sobresale un montículo de piedras y tierra: "era una pirámide.
Alrededor hay nueve sitios similares", que podrían ser de influencia
totonaca o tolteca, ya que los indígenas chichimecas eran nómadas.
También, Patricia Martínez, quien asea el
centro ecoturístico, ante la inminente llegada de un grupo de estudiantes
de Querétaro, presume las orquídeas amarillas que encontró
en el bosque. Dice que cuando todas las cabañas están ocupadas
laboran 13 personas de la comunidad, entre cocineros y guías que
llevan a los paseantes a conocer el bosque.
El ecoturismo es uno de los proyectos que se impulsan
en la región, y además de éste se prevén otros
en Santa María de los Cocos, La Trinidad, El Madroño y Río
Escanela. Estas obras tendrán recursos del GEF y de los programas
de desarrollo rural de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas.
Los programas oficiales rurales de las diferentes dependencias
gubernamentales se incluyen dentro de los rubros productivos que impulsa
la reserva, que tan sólo tiene cuatro personas para atender las
383 mil hectáreas de la zona.
Con el objetivo de facilitar la gestión de recursos
para los propietarios de la tierra se estableció la organización
Bosques Sustentables. Esta agrupación se encarga de gestionar los
fondos de los programas de combate a incendios, plantaciones comerciales,
desarrollo forestal, empleo temporal, reforestación, servicios ambientales
y fábricas de agua, entre otros. De esa forma, los campesinos obtienen
recursos que les permiten conservar sus predios, sostiene Víctor
Ildefonso, subdirector de la reserva.
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