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México D.F. Viernes 1 de octubre de 2004
''Creí que la chistera era una mujer
que contaba chistes'', dijo la niña Amanda Velasco
La sinceridad infantil puso el toque especial en la
presentación del libro de Cristina Pacheco
CARLOS PAUL
''Al principio, cuando leí el título del
libro de Cristina Pacheco (La chistera maravillosa) creí
que se trataba de una mujer que contaba chistes y que por eso era maravillosa,
luego supe que era un sombrero que usan los magos".
Con
tal sinceridad se expresó Amanda Velasco, una de las seis niñas
que, junto con el escritor Francisco Hinojosa y la ilustradora Diana Tiznado,
presentaron la noche del miércoles ese volumen en el Centro Nacional
de las Artes.
Ante un bullicioso, pero atento público integrado
por decenas de escolares de primaria y luego de una breve representación
escénica de la historia que se cuenta en el libro, la cual estuvo
musicalizada por el flautista Horacio Franco, niños y niñas
presentadores del libro, dieron su opinión sobre La chistera
maravillosa.
Planchar sombreros, oficio perdido
Antes el escritor Francisco Hinojosa destacó que
el libro de Pacheco, editado por Alfaguara, no sólo recupera ''una
tradición bastante perdida", consistente en que los padres o abuelos
cuenten una historia a sus hijos o nietos en un ambiente familiar, sino
que deja testimonio también de diversos santos (San Lorenzo y Santa
Clara), oficios y objetos que en la actualidad, por un lado, no se veneran
como antes y, por otro, se han perdido, como es el oficio de planchador
de sombreros.
El lenguaje de la narración es también de
llamar la atención, abundó Hinojosa, y recordó lo
que la autora expresó en entrevista, en estas páginas respecto
de escribir para los pequeños: ''No se trata de disfrazarse de niño
ni pensar que hablando en diminutivos estamos cerca de ellos. Tenemos que
darle su categoría de personas que piensan con una claridad extraordinaria.
Por ello debemos darles más herramientas del lenguaje" (La Jornada,
25 de septiembre de 2004).
En su libro, concluyó Hinojosa, Cristina también
nos acerca de ''una manera muy tierna al país de los sueños,
al de la muerte".
Nicté Núñez, Karen Joset Chávez,
María Esther Sánchez, Diego Cruz, Lourdes Sánchez
y Amanda Velasco dieron un toque especial a la presentación con
sus comentarios, los cuales fueron desde recomendar comprar el libro, ''porque
nos hace soñar", hasta los que señalaban que el oficio de
planchador de sombreros les parecía ''muy raro", pues ''ese trabajo
ya no existe y, además, hoy día ya nadie usa sombreros".
Para otros, les llamó más la atención
cómo al niño Gonzalo, sus abuelos le enseñan a hacer
burbujas de jabón, pero sobre todo que la historia ''te enseña
que no hay que rendirse hasta lograr lo que uno quiere".
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