Segundo Encuentro de Maquillaje Corporal en el Museo de la Ciudad de México

El cuerpo humano se confirmó como la obra más bella de la creación

FABIOLA PALAPA QUIJAS

En su máxima expresión se mostraron las nuevas técnicas del maquillaje en el cuerpo. Seres prehispánicos, mitológicos y guerreros desfilaron la noche del viernes en el Museo de la Ciudad de México.

En esta ocasión los artistas no colgaron sus pinturas en las paredes; les dieron vida en la piel de seres humanos, y con música y coreografías se olvidaron de formalismos para exhibir el arte contemporáneo.

El festival multidisciplinario del segundo Encuentro de Maquillaje Corporal comenzó con la música del grupo Galería Nocturna, así como la presentación de la Compañía Fonámbules del Teatro, bajo la dirección de René Ballesteros.

Algo diferente y excitante fue lo que presentaron las artistas en este encuentro, en el que los asistentes admiraron la obra más perfecta de la creación: el cuerpo humano.

Las pinceladas humanas abrieron el camino a la libertad. Cada trazo reflejaba una nueva visión del arte vivo, en que pintores y escultores jugaron a inventar sus propios maquillajes.

Los modelos, cubiertos de pintura, dieron vida a los pensamientos de los artistas plásticos nacionales, y en un ambiente de libertad, expresaron todas las problemáticas de la vida actual a través de sus movimientos y gestos.

Al compás de la música, los cuerpos entraron con pasos firmes en el oscuro vacío del escenario para esparcir emociones e inquietudes sobre las guerras ideológicas, revoluciones culturales, significaciones y moral.

Aunque por momentos hubo ajustes del sonido, la gente aplaudía con entusiasmo para que el desfile continuara. Sentados, parados, hincados, en cualquier postura, todos se deleitaron con el espectáculo de música, danza, teatro, que tenía la huella de la pintura.

Los proyectos artísticos se fueron transformando en Coatlicue, Coyolxauqui, Ícaros, Animales, Espinario, Floración, Primavera, Geometría, Diluvio, Anatema, Un poco de agua y El equilibrista, hasta llegar al Arte de la Cocina Sandiísta.

Texturas cutáneas

El arte efímero brilló en la penumbra, al tiempo que las miradas de los espectadores permanecían fijas en el escenario. Algunas personas se escaparon un instante de la cotidianidad y siguieron el andar de unos cuadros vivos que revoloteaban en el patio del Museo de la Ciudad de México.

Brazos que se convirtieron en alas transportaron al público a un pasaje celestial, como una señal de volar y buscar nuevas expresiones artísticas.

Los cuerpos coloreados con atractivos y vistosos diseños rompieron con una tradición creativa. El artista encontró otra textura para arropar sus proyectos, en su afán de capturar la belleza estética del ser humano.

Tras concluir la primera fase de la pasarela, se presentó el performance Atate quieto, dirigido por Gustavo Montalván y Citlalli Rivera.

Mujeres y hombres realizan una danza de poder; ahí están en el suelo, los cuerpos etéreos de tres mujeres envueltas en telas bajo la opresión masculina. Una lucha de cuerpo a cuerpo comienza, todos se desplazan por el escenario, hay gritos y forcejeos; finalmente ellas se liberan y amarran a un ser enfermo de poder.

Las habilidades artísticas de los participantes quedaron en novedosos lienzos humanos y el festival multidisciplinario hizo que la gente gozara de las expresiones vivas del artista y observara las distintas alternativas que ofrece el maquillaje corporal.

En la segunda parte del encuentro, música electrónica acompañó la presentación de las obras restantes. Con aplausos y gritos, el público recibió el proyecto de Laura Quintanilla, titulado Espinario, seguido de Puta, del artista visual Antonio Ortiz, Gritón, hasta concluir con la obra Juárez XY, de Yuri Vega.

El desfile terminó y los organizadores agradecieron el apoyo de los voluntarios. El escenario se llenó de artistas, cuerpos maquillados y curiosos que buscaron la fotografía de alguna chica que los cautivó, así finalizó una edición más del Encuentro de Maquillaje Corporal.