México D.F. Lunes 4 de octubre de 2004
Al terminar la reunión con el FMI se
reconoció que hubo pocos avances sustantivos
Critica el BM a líderes del primer mundo por
no abatir la pobreza
No estamos cumpliendo nuestras promesas, recriminó
Wolfensohn Instan dirigentes a reformar el sistema de votación
en esas instituciones para dar más peso a países en desarrollo
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 3 de octubre. Los líderes
financieros mundiales utilizaron las sesiones finales de la reunión
anual del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
renovar el llamado a hacer un mayor esfuerzo para abatir la pobreza en
los países en vías de desarrollo, así como demandar
reformas estructurales en el sistema de votación dentro de ambas
instituciones para reflejar mejor el creciente poder económico del
Tercer Mundo.
Pero en la conferencia de prensa final los presidentes
del Banco Mundial y el FMI reconocieron que los delegados concluyeron estas
reuniones sin ningún avance sustantivo para aliviar la deuda y encontrar
mecanismos para aumentar los flujos de asistencia para los países
más pobres, o un marco para cambiar la estructura del voto de las
instituciones para ofrecer mayor peso relativo a los países en vías
de desarrollo.
Al final, dijo el director gerente del FMI, Rodrigo Rato,
estas son decisiones políticas que deben ser tomadas por los países
miembros, aunque no había impedimentos para que llegaran a un consenso
de que las naciones deberían emplear el firme crecimiento económico
que gozan para realizar más reformas macroeconómicas, a fin
de hacer sus economías más receptivas a la inversión
privada. También se llegó a un acuerdo general de que se
tenía que hacer algo sobre los altos precios del petróleo,
aunque más allá de instar a elevar la producción de
los países exportadores, las soluciones a largo plazo quedaron poco
definidas.
James
Wolfensohn, presidente del BM, abrió el día final de estas
reuniones con un discurso en el cual criticó severamente el fracaso
de los líderes de los países avanzados en convertir en acciones
la retórica de reducir la pobreza, y reafirmó que el combate
a este fenómeno es un elemento clave en la guerra global contra
el terrorismo.
''Si queremos estabilidad en nuestro planeta, tenemos
que luchar para acabar con la pobreza'', declaró Wolfensohn en el
que podría ser su último planteamiento mayor antes de que
en junio concluya su periodo como presidente de la institución.
''La erradicación de la pobreza es central para la estabilidad y
la paz'', y agregó que la mayor amenaza en la mayoría de
los países es ''la frustración y la falta de esperanza dentro
de la pobreza''. Informó que hoy, ''la mitad de la población
del mundo vive con menos de dos dólares diarios''.
Wolfensohn señaló que China e India han
logrado avances en la reducción de la pobreza, pero que la mayoría
de los otros países están muy retrasados en cumplir con una
larga serie de metas como disminuir en 50 por ciento la pobreza, mejorar
el acceso a la salud y al agua potable, entre otras, a las cuales se comprometieron
en el año 2000 los líderes mundiales durante su última
cumbre.
Este tipo de promesas, advirtió Wolfensohn, se
vuelven cada vez más huecas. ''La manera en que funciona nuestro
sistema hoy día es que, con una secuencia de reuniones mundiales,
acordamos nuestros objetivos, desde metas ambientales a la importancia
de igualdad de género y educación'', afirmó con notable
frustración.
Señaló que los gobiernos nacionales y las
instituciones financieras mundiales intentan cumplir con estos objetivos
antes de realizar otra reunión cada cinco años para evaluar
los avances. ''Usualmente esas reuniones llegan a la conclusión
de que no hemos cumplido con los objetivos. Se establecen nuevas metas.
Culpa y elogio se atribuyen y empezamos otros cinco años''.
El problema, señaló, es que los líderes
en el mundo avanzado prometen asistir con flujos e intentar cumplir con
las metas de dedicar 0.7 por ciento de sus recursos a la asistencia de
desarrollo, pero no entregan el dinero. ''Simplemente no estamos cumpliendo
con nuestras promesas'', dijo tajantemente.
Gran parte del intercambio real en este último
día de sesiones se realizó a puerta cerrada, en reuniones
y comidas privadas.
Pero el presidente de esta sesión, H. K. Lim, de
Singapur, reconoció que un aspecto en el que el intercambio se intensificó
fue sobre el asunto de la reforma del sistema interno de votación
del FMI. Los países dentro del sistema tienen votos que supuestamente
son relativos a su peso dentro de la economía mundial, pero todos
aceptan que las "cuotas" de voto (como se les llama) ya son obsoletas y
no ofrecen suficiente voz a algunas de las economías emergentes
medianas, mientras permiten que los poderes económicos tradicionales,
que ya no son tan importantes en la economía global como antes,
mantengan una influencia que no merecen.
Reformar este sistema, señalaron delegados de India
y otros países en desarrollo, es una prioridad urgente. Pero los
perdedores potenciales en este juego probablemente serán algunas
de las naciones europeas que se resisten a ceder poder en una institución
que aún establece muchas de las reglas y políticas de la
economía internacional.
Por otro lado, varios líderes financieros están
cada vez más descontentos con el fracaso del FMI (como en el caso
reciente de Argentina) en disciplinar a países que rehúsan
imponer las políticas económicas neoliberales que los participantes
en estas reuniones insisten que son el fundamento de crecimiento económico
sano. Stefan Engelsberger, que representa a tenedores de obligaciones argentinas,
comentó a una publicación especializada que ''nosotros, los
dueños de obligaciones, somos el daño colateral del FMI''.
El Fondo reconoció que había cometido errores
en el manejo de la crisis en Argentina y estableció una comisión
independiente para evaluarlos. Rato, aunque no se refirió específicamente
a Argentina en sus comentarios públicos de hoy, reconoció
que el organismo que dirige necesita ser más agresivo en promover
que los países adopten las políticas de libre mercado. Al
final, sostuvo Rato, ''necesitamos a un FMI que pueda decir no'', pues
si ''pudiera declinar en ofrecer apoyo financiero, fortalecería
los incentivos para implementar políticas sanas, evitando así
la necesidad de apoyo del Fondo en primer lugar''.
Los líderes del FMI y el BM rechazaron los comentarios
de periodistas en sentido de que en estas reuniones se obtuvieron pocos
avances sustantivos, y consideraron que se está más cerca
de acuerdos sobre temas claves como alivio a las deudas y mecanismos para
elevar la asistencia a países en desarrollo.
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