México D.F. Viernes 8 de octubre de 2004
Padece la crisis de la competitividad, dice el diplomático
México, en riesgo de caer en la irrelevancia económica: Davidow
MARTIN SANCHEZ TREVIÑO Y JOSE DIAZ BETANCOURT CORRESPONSALES
Para mejorar su situación, los países de Latinoamérica deben encontrar el equilibrio entre las nuevas estrategias económicas y la competitividad, advirtió Jeffrey Davidow, ex embajador de Estados Unidos en México.
Al participar en el foro Competitividad de las regiones, el reto del siglo XXI, que se realizó en Tampico, Tamaulipas, Davidow estableció que después de 1994 los países de Latinoamérica fortalecieron sus sistemas democráticos, pero no han sido capaces de alcanzar reformas estructurales y ante el estancamiento se buscan nuevas fórmulas que en varios países se han convertido en "un regreso al populismo y a un nacionalismo económico exorbitante no visto antes".
Precisó que las clases no favorecidas exigen políticas populistas y el problema es encontrar el equilibrio entre los nuevos planteamientos de las economías y la competitividad. Consideró que las estructuras del pasado influyeron en la percepción cultural de que todos los cambios realizados no han transformado la pobreza en el continente y por lo mismo es el tema que debaten los economistas y quienes manejan las estadísticas.
En lo que denominó "la crisis de la competitividad en América Latina", Davidow dijo que si los países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Bolivia y México, no son capaces de inducir una nueva manera de promover la venta de la energía, perderán la batalla contra la irrelevancia económica.
La globalización, idolátrica, afirma Lozano Barragán
Por su parte, en Guadalajara, el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo para la Promoción de la Salud, con sede en El Vaticano, dijo que la globalización, que avanza y se disemina cada vez más en el mundo moderno, es una tendencia "idolátrica", porque solamente es económica y no contempla al ser humano y a la pobreza.
Durante una gira por Guadalajara, Jalisco, el purpurado señaló que "la globalización pone a la economía y el dinero como fuente de la felicidad del hombre, y entonces todo se echa a perder, porque los valores de las personas se conculcan y los más pobres quedan desprotegidos y quedan relegados como gente que no interesa, que no importa para nada".
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