México D.F. Sábado 9 de octubre de 2004
Immanuel Wallerstein
ƑQué ha logrado EU en Irak?
Casi todo el mundo piensa que la política estadunidense en Irak es un fracaso político. Aun la mayoría del electorado estadunidense lo piensa así, según encuestas más recientes. Esto no parece perturbar al régimen de George W. Bush, que argumenta (y tal vez lo cree) que su política es un gran lo-gro. Así que revisemos la cuestión.
Primero, revisemos el éxito que el ac-tual gobierno proclama voz en cuello. Saddam Hussein fue derrocado y está prisionero, y su destino es ser sometido a juicio muy pronto. Esto es incuestionable. Pero he intentado imaginar qué otra cosa podemos anotar en la columna de logros y no se me ocurre nada. Compilé una lista de otros ocho objetivos estadunidenses y lo que encontré es que no puede uno sino ponerlos en duda o calificar su resultado de bastante negativo.
1. El primero es la destrucción del partido Baaz y su influencia política en el futuro de Irak. Bueno, el partido está formalmente desmantelado. Y en un principio las autoridades de ocupación intentaron eliminar a los baazistas de cualquier papel que pudieran jugar en las instituciones iraquíes (el ejército, que está desmantelado; la policía, que se reorganizó; las universidades y los ministerios de gobierno). Pero cuando Estados Unidos se enfrentó con las fuerzas insurgentes en la ciudad de Fallujah y se dio cuenta de que no las podía someter, tuvo que aceptar que la única solución era buscar a los líderes del antiguo partido Baaz para pactar una tregua y restaurar el orden local tras la retirada de las fuerzas estadunidenses.
Ahora sabemos por el New York Times que estos antiguos baazistas son considerados por la población local como agentes estadunidenses, y ya los obligaron a renunciar o a mostrar su lealtad hacia alguno de los grupos fundamentalistas islamitas que hoy controlan no sólo Fallujah sino buena parte de las áreas sunitas del Irak occidental. Así que Estados Unidos se encuentra en la extraordinaria posición de lamentar la caída del grupo de ex baazistas en Fallujah y sus alrededores.
En los años 80, en Afganistán, Estados Unidos logró derrocar al régimen comunista secular e instaló a los talibanes, y después descubrió que eran mucho peores. En las áreas sunitas de Irak ocurre algo parecido.
2. El segundo es el control de las existencias mundiales de petróleo. Es difícil afirmar que Estados Unidos esté en mejor posición que hace tres años. Las exportaciones de crudo iraquí son erráticas debido a los continuos ataques guerrilleros a los oleoductos. Falta saber si Estados Unidos tendrá mayor influencia de facto (que Francia o Rusia) en la manera en que Irak juegue sus cartas petroleras cuando la si-tuación política se tranquilice (y esto puede tardar algún tiempo).
3. El tercer objetivo es reducir la posibilidad de que los "terroristas" islamitas ataquen Estados Unidos o logren perpetrar otras hostilidades. Pese a todas las tonte-rías que se ha dicho, es claro que antes de 2003 el régimen de Saddam Hussein no permitía que estos grupos utilizaran Irak como base de operaciones. Ahora estos grupos "terroristas" tienen la libertad de deambular por todo Irak, tomar rehenes y reclutar nuevos militantes. Independientemente de lo logrado por Estados Unidos en otros sitios, en este rubro (cortarle fondos a Al Qaeda y destruir sus bases en Afganistán y Pakistán) no puede decirse que invadir Irak haya sido un avance en las postura estadunidense.
4. El cuarto es crear un gobierno estable, pro estadunidense en Irak. Bueno, Estados Unidos no ha alcanzado este objetivo aún. El actual régimen interino es débil en todos los aspectos, en potencia militar y policiaca, en control político de Irak, en legitimidad popular. La reciente embestida del presidente Iyad Allawi y las fuerzas estadunidenses sobre Najaf contra Moqtada Sadr y su milicia Mehdi, no ayu-dó a la posición de Allawi. El régimen interino es todavía muy dependiente del respaldo que le brindan los soldados de ocupación. Si pretende afianzarse, debe aumentar radicalmente su fuerza militar (lo que parece remoto) o aumentar su legitimidad (lo que significaría distanciarse de Estados Unidos). Allawi puede aspirar a ser el siguiente Saddam, pero le falta un buen tramo por recorrer. Y si llegara a lograrlo, Ƒsería realmente "pro americano" el gobierno estable que pudiera crear?
5. Otro objetivo era ponerle fin a la amenaza de las armas de destrucción masiva. No es sólo que el régimen de Bush no pu-diera hallarlas en Irak. Es también que la invasión tal vez desmenuzó las últimas as-tillas de su programa contra la proliferación de armas nucleares. Irán y Corea del Norte ya aceleraron su proceso en vez de frenarlo. Se anuncia ahora que Corea del Sur sigue sus pasos. Y entonces, Ƒqué tan atrás están Japón y Taiwán? Qué puede hacer Estados Unidos. Qué puede hacer Naciones Unidas. Ya no puede haber fintas.
6. La difusión de la democracia en Medio Oriente también era un objetivo. Sea cual sea el sentido quiera dársele, no veo que se haya cumplido. Si democracia significa elecciones multipartidistas sin cortapisas, es probable que -en este mo-mento- unas elecciones así tendrían por resultado regímenes mucho menos afines a Estados Unidos que los actuales (por lo menos en Irak, Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Afganistán y otros muchos países). Es por esta razón que el régimen de Bush organiza con pies de plomo las elecciones en Irak, en vez de impulsarlas a gran velocidad. La "democracia" es algo que la gente de Bush favorece sólo si arroja los resultados esperados. La gente, por desgracia, es perversa.
7. El séptimo objetivo es hacer amigos e influir gente por toda la región y el mundo. Aun los simpatizantes más fuertes del gobierno de Bush en Estados Unidos han notado que sus políticas tienen el efecto contrario. Ha hecho enemigos y ha in-fluido a la gente negativamente. La gente de Bush se ve en la necesidad de decir que esto no importa, y que Estados Unidos no puede permitir que sus políticas las dicten esos que se llaman sus amigos.
8. El último de estos ocho objetivos es establecer el poderío militar estadunidense con credibilidad, para disuadir a todos los potenciales enemigos de Estados Unidos y a cualquiera que quiera armar lío en cualquier parte del mundo. Pero utilizar un po-derío militar, especialmente uno avasallante, sólo funciona si tiene resultados de "conmoción y pavor", para usar los inimitables términos del gobierno de Bush. Es difícil que alguien se conmocione cuando las grandes fuerzas armadas estadunidenses son puestas a raya por la resistencia popular iraquí que sigue creciendo. Es difícil conmocionarse cuando esas fuerzas es-tadunidenses están agotadas al límite último, en términos de personal, sin que haya posibilidad de que se expanda en el futuro cercano. Es difícil conmocionarse cuando el personal militar y de inteligencia estadunidense le pide a sus superiores civiles que actúen con prudencia.
El problema con la credibilidad es que se edifica sobre cimientos de logros. Los fracasos sólo empeoran la situación. El régimen de Bush logró un objetivo no anhelado. Si fuera un ejercicio escolar me temo que la calificación no sería "excelente"; ni siquiera "muy bien", sino "suficiente", o peor, un rotundo "reprobado". Traducción: Ramón Vera Herrera © Immanuel Wallerstein
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