.. |
|
México D.F. Sábado 9 de octubre de 2004 |
Una espada de Damocles sobre los migrantes
Sobre
los migrantes mexicanos residentes en Estados Unidos y sobre todos los
inmigrantes en ese país, en general, pende ahora una verdadera espada
de Damocles: la posible aprobación de una ley de reforma, aun para
peor, de los servicios de inteligencia estadunidenses, so pretexto de la
defensa nacional. Tal ley crearía un nuevo zar de la inteligencia,
más poderoso que el director de la CIA y que controlaría
todas las agencias de inteligencia del país, duplicaría el
tamaño de la tristemente célebre Patrulla Fronteriza, triplicaría
el de la agencia encargada de controlar la inmigración, prohibiría
el reconocimiento oficial por el gobierno federal de la matrícula
consular y, sobre todo, permitiría la "expulsión acelerada"
de los indocumentados, sin ninguna revisión judicial, lo cual podría
conducir a la deportación inmediata de un millón de personas.
El proyecto fue aprobado por la Cámara de Representantes por 282
votos contra 132 y ha pasado al Senado, que se opone al mismo. Pero el
clima xenófobo desatado por el gobierno de George W. Bush y la idea
racista de que todos los males vienen de los migrantes, que potencialmente
serían un peligro para la defensa nacional de Estados Unidos, podrían
llevar a su aprobación.
Ahora bien, en Estados Unidos residen casi 10 millones
de connacionales, que han sufrido dramas familiares y desarraigo, y han
desafiado la muerte y la discriminación con tal de encontrar un
trabajo mejor pagado que en México y poder sostener desde allá
a sus familias. México, que no pudo mantenerlos en nuestro país,
tiene con ellos una gran deuda política y moral, y no puede dejarlos
solos ante esta nueva amenaza contra su seguridad, su nivel de vida y sus
derechos humanos.
Además, esos migrantes que escaparon de los bajísimos
salarios y de los ínfimos precios de los productos agrícolas
resultantes del desastre que causaron en el campo la inundación
de productos estadunidenses subsidiados y la aplicación del Tratado
de Libre Comercio para América del Norte, se han convertido en la
segunda fuente de ingreso de divisas para nuestro país y han enviado
este año 15 mil millones de dólares que se vuelcan en sus
regiones de origen. Por eso, además de la exigencia ética
y política de proteger a nuestros conciudadanos en una inhospitalaria
tierra extranjera, la elemental responsabilidad obliga a preservar una
fuente de ingresos que supera en un tercio a la suma proveniente del turismo.
El gobierno debe protestar contra este proyecto de ley de inteligencia
que empeora la ya inhumana política migratoria de Estados Unidos,
y debe buscar apoyo en otros países latinoamericanos cuyos ciudadanos
son potenciales víctimas del mismo. Al mismo tiempo debe rechazar
el racismo y la xenofobia implícitos en este proyecto y que encuentran
su base "teórica" en los delirios de Huntington sobre la peligrosidad
de los latinos para la defensa de Estados Unidos. Una protesta ahora podría
tener fuerte impacto político en la campaña electoral de
nuestro vecino y frenar a los políticos más reaccionarios.
Las medidas fascistas deben ser enfrentadas cuando aún es tiempo.
|