México D.F. Sábado 9 de octubre de 2004
El jefe de Gobierno puso en marcha ayer la cuarta
Feria del Libro en el Zócalo
Delinea López Obrador las bases de una política
cultural para el país
Se expresó en favor de aplicar una política
fiscal de apoyo a la industria editorial
ARTURO GARCIA Y ANGEL BOLAÑOS
"En ningún proyecto alternativo de nación
puede hacerse a un lado el fomento a las actividades culturales; los proyectos
de desarrollo que han ignorado el factor cultural han fracasado o atraviesan
por serias dificultades", afirmó ayer Andrés Manuel López
Obrador, jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Al
inaugurar la cuarta Feria del Libro en el Zócalo, el mandatario
capitalino perfiló por primera vez las bases de una política
cultural para el país. Consideró que los medios de comunicación
electrónicos -televisión y radio- deben cumplir un papel
preponderante en el fomento del hábito de la lectura, principalmente
entre los niños.
También propuso impulsar el desarrollo de la industria
editorial, mediante el fortalecimiento "de la infraestructura de bibliotecas,
salas de lectura y librerías", así como la realización
de ferias del libro en todo el país y la coedición a bajo
costo -con editoriales e instituciones públicas y privadas- de obras
de la literatura universal y de contenido científico y tecnológico.
Advirtió que el hábito de la lectura "es
parte de la calidad de la educación, y sus resultados, tenemos que
estar conscientes, no se cosecharán en el corto plazo; es un trabajo
de largo plazo, pero fundamental en el desarrollo de nuestro país".
En este contexto, se manifestó de acuerdo con quienes
demandan la aplicación de una política fiscal de apoyo "a
la industria editorial; desde los escritores, pasando por la producción
de los libros, hasta las librerías". Este pronunciamiento le valió
un nutrido aplauso de los asistentes a la ceremonia, realizada en el patio
de cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
López Obrador hizo un breve recuento histórico
de la labor cultural de distintos gobiernos. Recordó el papel de
los liberales durante la Reforma, en el siglo XIX; mencionó a Justo
Sierra, en el porfiriato, y aludió al "periodo brillante" encabezado
por José Vasconcelos en las primeras décadas del siglo XX.
Elogió las acciones emprendidas por Lázaro
Cárdenas, en cuyo sexenio se creó el Fondo de Cultura Económica,
y subrayó que Adolfo López Mateos, en los años sesenta,
impulsó la edición, por primera vez, de los libros de texto
gratuitos, "que indiscutiblemente han jugado un papel determinante para
el logro que constituye que hoy la mayoría de los mexicanos sepan
leer y escribir".
Minutos antes, en el mismo acto, José Angel Quintanilla
D'Acosta, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial,
calificó de "aisladas" las acciones del gobierno federal en la materia
y criticó "la falta de una verdadera política de Estado que
promueva y apoye de manera permanente la cultura".
Quintanilla D'Acosta insistió, en nombre de su
gremio, en la necesidad de que se apruebe una ley "mediante la cual se
otorgue a toda la cadena productiva y distributiva del libro importantes
apoyos de carácter financiero, fiscal y de fomento a sus exportaciones".
Por su parte, Víctor Hugo Rascón Banda,
presidente de la Sociedad General de Escritores de México, señaló
que "en todos los eslabones de la cadena editorial se vive con el Jesús
en la boca", porque "a diferencia de otras industrias, que tienen estímulos
fiscales, como la maquiladora, la petrolera o la agropecuaria, al libro
lo tratan mal. Cada año se le amenaza con el IVA, en cada legislatura
pierde los pocos estímulos fiscales que le han concedido. En cada
sexenio hay incertidumbre porque no tenemos políticas de Estado
permanentes. Estamos a la buena de Dios, esperando cómo nos irá
esta vez, quién llegará a los Pinos, a la SEP o a la Secretaría
de Hacienda".
La cuarta Feria del Libro en el Zócalo, que este
año tiene como invitadas a las ciudades de Guadalajara, Jalisco,
y de Fortaleza, Brasil, permanecerá hasta el 17 de octubre, incluye
la presentación de libros y actividades musicales y escenográficas
en sus sedes alternas, como los museos de la Ciudad y Nacional de las Culturas,
el antiguo Colegio de San Ildefonso y el Palacio del Arzobispado.
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