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México D.F. Miércoles 13 de octubre de 2004
Cantó en hebreo y yiddish al amor y a
la justicia social en el FIC; hoy, en el Metropólitan
Los líderes de Israel piensan con ego y machismo:
Chava Alberstein
Los problemas con Palestina hubieran podido resolverse
hace muchos años, dice la compositora
"No me avergüenza criticar a mi gobierno; la gente
pequeña paga las consecuencias"
PABLO ESPINOSA ENVIADO
Guanajuato, 12 de octubre. Cálida, abierta,
menudita, generosa, la cantante, compositora, activista por la paz, representante
internacional de la cultura de su país, Israel, Chava Alberstein
regala a los lectores de La Jornada sus conceptos, comparte sus
ideales, manifiesta sus inquietudes. Abre su corazón.
La noche del domingo arropó al público del
Festival Internacional Cervantino con sus canciones en hebreo y en yiddish
en el teatro Juárez. Contó historias de vida, habló
de la inmigración que conforma su patria, de las pequeñas
cosas cotidianas, de las grandes cosas como el amor, la familia, las preocupaciones
sociales. Cantó a la paz, y al anhelo de justicia social.
Este
miércoles dará otro recital, a las 20:30 horas, en el Teatro
Metropólitan de la ciudad de México.
Antes, instalada en un hotel en los cerros que circundan
la capital guanajuatense, la señora Chava Alberstein, celebridad
no sólo por su fama sino por su trabajo y su coherencia de pensamiento,
concedió la siguiente entrevista a La Jornada:
-En la variedad de medios expresivos que conforman su
extenso trabajo artístico ¿qué lugar ocupa el canto
en sus lenguas naturales, nativas?
-Están justo en el centro. Básicamente canto
en hebreo y en yiddish, esas son mis dos lenguas naturales. A veces, cuando
una buena parte del público no entiende esas lenguas, incluyo canciones
en inglés, para establecer contacto, pero de ahí me sigo
en hebreo y en yiddish, que es la manera como puedo expresar mi ser y en
eso consiste precisamente mi mensaje, porque cantar en hebreo y en yiddish
ya tiene un significado en sí mismo. También, se trata de
materiales musicales que la gente no escucha a menudo por la radio.
-Usted misma ha manifestado que el yiddish es una lengua
muerta, ¿de qué manera habilita usted su renacimiento?
-Es la gente quien la hace renacer. Por mi parte, recurro
a la gran poesía en yiddish, extraigo las palabras de los quiet
books, que la gente ya no lee, y les pongo música, las traigo
de nuevo a la vida. No es nostalgia de cosas viejas, se trata de canciones
nuevas.
-Es claro en el trabajo artístico de usted la diferencia
entre nacionalismo e identidad, ¿basa en ello su anhelo de emancipación
de los pueblos?
-Ciertamente, además porque mi punto de partida
es el yiddish, que resulta más fuerte que el catalán o el
flamenco, en cuanto es un lenguaje sin fronteras. Está por todo
el mundo, figura en todos los mapas. Está en Europa, Centroamérica,
Asia. En eso consiste el secreto de la belleza del yiddish: está
por todas partes, no es una lengua geográfica. Es una lengua espiritual.
Es una lengua sin pasaporte, sin ejército, sin bandera, es una lengua
del mundo. Ahí radica la profundidad de su expresividad, ahí
supera a cualquier nacionalismo; no es una lengua clandestina, es una lengua
universal, es un lenguaje cálido, de amor y que permea otras muchas
lenguas en el mundo.
-El tema social es una clave del trabajo de Chava Alberstein,
¿cuál de los asuntos de la humano perfila sus preocupaciones
sociales?
-Precisamente la naturaleza humana, lo que concierne al
ser humano. Por eso me interesa hablar en mis canciones de lo bello, lo
hermoso, pero también del hambre, la injusticia, la gente que busca
el mal de otra gente. No sólo hablar de las cosas bonitas, de las
cosas bellas de la vida, como el amor, la amistad, la familia; también
hay que hablar de las cosas de la vida que nos preocupan. Para hacer eso
siempre he tomado como punto de partida el gran movimiento de canto social
que se dio en los años 60, con Joan Baez, Pete Seegher, Bob Dylan.
Ellos elevaron la palabra artista al concepto de ciudadano del mundo. De
manera tal que mis canciones pueden nacer de una nota publicada en un periódico,
de lo que sucede en la vida, de las cosas sencillas, porque un artista
forma parte del mundo y tiene una responsabilidad en el mundo. Los artistas
somos ciudadanos del mundo y debemos estar abiertos al mundo.
-¿Cuál es su posición respecto del
conflicto en su país?
-Tengo una posición muy clara: este conflicto ya
se hubiera podido resolver hace muchos años, pero lo que está
pesando es el ego y el machismo de los líderes de mi país,
la conducta de nuestros políticos y de quienes dirigen mi país.
Y también de los del otro bando. El problema es que nosotros, la
gente pequeña, somos quienes estamos pagando las consecuencias de
esos grandes egos. La violencia nos aleja día con día de
la idea de la solución de los problemas. No me da vergüenza
criticar a mi propio gobierno. Siento que no están en el poder las
personas adecuadas para resolver la situación.
-¿Qué alternativa tiene la gente pequeña
entonces?
-Somos una democracia. Habrá que preguntarse entonces
si la gente de la calle está lista para ocupar territorios, votos,
nacionalismo, hay que preguntarle a la gente y confirmaremos nuevamente
que no se está haciendo lo correcto, lo que la gente quiere que
se haga, la gente no quiere pagar el precio de las decisiones de nuestros
líderes, que son equivocadas. Sé que el cambio debe llegar,
no sé cómo, pero vendrá. Vivimos por lo pronto tiempos
duros para nosotros, la gente pequeña.
-Ciertamente habrá personas a quienes no le gustan
los puntos de vista de usted, que es tan influyente en la opinión
pública, ¿ha tenido usted problemas por sus puntos de vista
críticos?
-Por supuesto que hay gente a quien no le gusta lo que
digo. Pero qué puedo hacer. Yo digo lo que debo decir, tengo una
responsabilidad porque soy una artista. Solamente los políticos
andan siempre preocupados por quedar bien con todos y por eso no expresan
lo que quieren expresar, o bien no se expresan con la verdad. Soy una artista
con una responsabilidad social y me expreso con la verdad, y sé
que hablando con la verdad no puedo complacer a todos. De eso me siento
orgullosa, de ser una artista que tiene la capacidad de hablar con la verdad.
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